Teil 3: Romantik

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— Denle la bienvenida a Kim Minjeong, la futura princesa de Naevis —gritó alguien al bajar de la limusina.

— Esto es mucho más grande de cerca —murmullé.

— Si te sorprende por fuera, te desmayarás por lo de adentro —dijo Ryujin mientras entraba como si fuera una casa cualquiera — Mi amor, te extrañe —vi como abrazo y besó a un chico muy bien vestido.

— ¿Me perdí de algo? —caminé lentamente hacia la entrada.

— Él es Mark, el príncipe de Naevis y novio de Ryujin —suspiró Yeji que estaba a mi lado — Ellos están encargados de dar a luz al próximo heredero.

— Que mierda ¿Ryujin está embarazada?

— Vocabulario, sólo puedes ser tú dentro del castillo fuera del alcance de cualquier cámara o espía —me enderece como me enseñó Jimin — Y no, aún no está embarazada.

Entramos al lugar y solté un gran "Wow" al ver lo hermoso que es por dentro, era como en las películas o mejor, no podía creer que este sería mi nuevo hogar. Yeji me guió hacia un salón donde se encontraba sentado los reyes con los que me entrenaron y unas cuantas personas que no conocía.

Todos se levantaron al verme entrar, me sentí realmente importante por tal bienvenida. Yeji se sentó al lado de Ryujin y yo comencé a caminar al asiento al lado de Jimin.

— Por Kim Minjeong —alzó la voz la reina Tiffany y todos levantaron sus copas para repetir sus palabras.

Los reyes se veían muy amigables, no tenían la mirada intimidante que muestran fuera del castillo. Jimin tenía razón, fuera de cámara eran una familia normal que no se esforzaba en tener otra imagen y eso me lo confirmó la risa ruidosa de la Reina.

— No sabes lo feliz que estamos por verte otra vez en el castillo, se te extrañaba mucho —dijo entre risas el Rey.

— ¿Ya estuve acá? —vi como Tiffany le dio un codazo a su esposo.

— Pasaste todas unas vacaciones acá, hiciste que todos recordarnos que somos humanos, hiciste feliz a cada uno de los trabajadores del lugar —me dijo con una sonrisa.

— Menos a la de limpieza —susurró Mark mientras bebía algo de su copa.

— Ellos fueron los que más disfrutaron tu visita —interrumpió Baek — Por fin tenían algo que hacer.

— Le diste alegría al castillo —Tiffany me mostró una cariñosa sonrisa.

— Y perdiste la virginidad —soltó Ryujin.

— ¿Qué? —grité avergonzada y todos rieron — ¿Eso es cierto, Jimin? —vi como se ocultó con su copa — ¿Y cómo fue?

— En la mesa no, chicas —nos interrumpió la Reina.

Durante la comida no dejamos de reír ni de hablar, la estaba pasando muy bien y en ningún momento me sentí excluida. Me contaron muchas historias de mí como cuando me caí a la piscina cuando llevaba un carisimo vestido o cuando dejé entrar a Myeong lleno de barro por el castillo, manchando todas las alfombras del lugar. Al parecer yo era una chica muy descuidada en todos los sentidos y sólo generaba problemas.

¿Cómo es que Jimin se enamoró de mi cuando era un desastre?

Mire a la heredera con una sonrisa, estaba sonrojada pero estaba riendo, se notaba que la estaba pasando bien con su familia. Se veía hermosa con esa sonrisa en su cara, como sus mejillas hacia que se cerrarán levemente sus ojos.

No creo que sea tan difícil enamorarme nuevamente de ella, es una chica perfecta por donde que la vea solo tenía que abrir mi corazón hacia ella y enamorarme locamente de ella como Ryujin dice que alguna vez lo estaba.

— ¿Estás bien, Jeongie? —vi como me miraba preocupada.

— ¿Jeongie? —sonreí ante el apodo.

— Así te llamaba antes, tú me decías Yuji —peinó mi mechón rebelde que tapaba mi cara.

— Que apodos tan originales —dije orgullosa de mi antigua yo — Tal vez te vuelva a llamar así.

— Me encantaría —nos quedamos viendo en silencio por un momento hasta que yo aparte la vista — ¿Sabes que no puedo obligarte a nada, cierto? —la volví a mirar — Cualquier día puedes salir por esa puerta y renunciar a mí, pero te ruego a que me des una oportunidad.

— Mientras no me manden a usar un vestido como los antiguos, te daré una oportunidad —bromee y ella solo sonrió.

— A la antigua Minjeong le encantó probarlo —susurró antes de beber de su copa.

— ¿Sí tienes uno? —alze la voz, emocionada.

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