Karosserie

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— No te queda bien la barba —rió Ryujin antes de que Giselle entrara corriendo al lugar.

— ¿Qué opinas? —le pregunto Mark a Giselle.

— Reunión, todos —esas palabras bastaron para que todos del lugar se levantaran para seguir a Giselle.

El cabello de Jimin había crecido al no tener tiempo para que se lo cortaran. Estaba bien cuidado y a todos les paso por la cabeza que a Minjeong le encantaría verla así, tal vez chillaría de la emocion de que su hermoso cabello largo volvió o solo se la quedaría embobada.

La sala de reunión se iba llenando rápidamente y Jimin esperaba pacientemente en su lugar. Llevaba mucho tiempo de que no se llenaba tanto el lugar ya que también había periodistas de Naevis y de otros países.

Nadie sabía porque la reina había llamado a toda esa gente y su neutra expresión no hacía más que quedarse con la duda. Su grupo de amigos bombardeaba de preguntas a Yizhuo y a Chaewon, la únicas posibles de tener información del tema.

La gente comenzó a grabar cuando Jimin se levanto de su silla para recibir a sus padres. Ellos entraron juntos a paso lento y elegante. Las luces de las cámaras no dejaban de prenderse y apagarse, desde su retiro no sabían nada de ellos.

El silencio del lugar era imposible de lograr con esa gran cantidad de gente, pero todos estaban ansiosos de las palabras de la reina ¿Naevis se rendirá? ¿La reina ha muerto? ¿Japón se rindió? ¿Hay otra guerra? ¿La joven reina renunciara? Esas preguntas y miles mas dejaban a todos los presentes nerviosos.

Jimin comenzó su discurso al frente de un micrófono, todos del lugar le pusieron toda la atención. Luego de un formal saludo e introducción, hizo un corto silencio donde pensó levemente de como dar la noticia.

— Como todos sabrán, la reina Kim Minjeong, mi esposa, decidió hace dos años dejar atrás sus comodidades e ir a ayudar a nuestros soldados a pelear —espero una reacción, pero todos estaban atentos a lo siguiente — A diferencia de los otros soldados y por ordenes del reino, se dedicó a ser médico de emergencia en campo de batalla —más de una persona se quedó en shock sobre su buen acto — A pesar de llevar un arma en su espalda, nunca la llego a usar —bajo la mirada por un segundo.

— Larga vida a la reina —grito un periodista.

— Anoche —ignoró el grito— A las 21 horas me llego un llamado —Giselle se tensó del miedo — Y a las 2 de la madrugada se decidió que la guerra llego a su fin —miró directamente a una cámara al decir esa frase — Japón se ha rendido gracias a que la reina Kim ha salvado más de un soldado de su bando.

— ¿Cómo está Kim Minjeong? ¿Ha sobrevivido?¿Cuándo comenzarán a volver los soldados? —todos no dejaban de gritar sus preguntas.

— La primera ministra, Ning Yizhuo, responderá todas las preguntas —se inclino levemente y camino hacia la salida del lugar. Ya afuera comenzó a correr por los pasillos del castillo, seguida por Ryujin.

Nadie sabia sobre el paradero de Minjeong y Yeji. Tampoco sabían si estaban vivas, muertas o graves. Jimin pensaba que cuando llegara este día no iba a poder aguantar su felicidad y vería inmediatamente a su esposa entrar por la puerta principal.

Jeno le abrió la puerta del automóvil que había mandado a traer antes de la reunión. Sin preguntarle a nadie había planeado comprar un boleto hacia Uhon para así buscar a Minjeong con sus propios ojos.

— Mi reina —se detuvo antes de entrar — Nosotras también iremos —dijo Chaewon que estaba acompañada por Giselle, Ning, Chaehyun y Tiffany.

— Mi esposo y Mark se encargarán de los periodistas y del castillo —dijo Tiffany — Ambas son casi mis hijas.

— Y mi ex y amiga —dijo Giselle que fue la primera en entrar.

— Y la ex de mi novia y compañera de vida —entró NingNing.

— Es mi mejor amiga y a Yeji ni siquiera la conozco bien —entró Chaehyun.

— Trabajo para ellas —dijo Chaewon.

Chaehyun no pudo evitar soltar una risa al darse cuenta de la cómica situación. Se encontraba en un coche de la realeza, apretadas ya que eran ocho y el auto aguantaba solo a 5. La reina de Naevis con una cara de preocupación en el asiento de adelante y atrás era todo un caos.

Yizhuo cargando a Giselle miraban con una leve sonrisa el camino, todos afuera del auto estaban festejando la gran noticia. Ryujin sentada en las piernas de Chaehyun, que no dejaba de gritar que se apurara en llegar al aeropuerto. Chaewon estaba tiesa, sentada en las piernas de la reina Tiffany, haciendo lo posible de no incomodar a la mayor.

Al llegar al lugar Jimin agarró la mano de Jeno, obligándolo a acompañarlas. Ella sabía que tenía un pasado con Minjeong y como amiga de él, quería que se enterara por ella que ahora lo recordaba, aunque no estaba segura de que la reconocería.

— Ay dios —susurró Giselle cuando el avión despegó, nerviosa ya que era su primera vez. Yizhuo agarró su mano para darle un corto y tierno beso.

— Hemos mandado la información de altura y características físicas a los rescatistas —dijo Tiffany mientras acariciaba la espalda de su hija— Estoy segura de que encontraremos a ambas —le sonrió levemente.

— Hierba mala, nunca muere —susurro las palabras que le dijo Minjeong hace más de un año.

Mordiéndose los dedos, moviendo su pie, mirando la hora y el paisaje cada cierto tiempo, Tiffany no sabía como calmar a su hija. Afuera se podía ver aun el humo de incendios y pueblos totalmente destrozados. Jimin en su vida ha viajado más de una vez a Uhon, de vacaciones o acompañando a sus padres en su trabajo y se podria decir que no había ningun rastro del hermoso paisaje turístico.

El avión privado aterrizo en un pastizal cerca del hospital. Jimin no espero que abrieran las puertas para levantarse y caminar rápidamente hacia la salida, abriendo ella misma la puerta. Con leves tropezones bajo la escalera y con el viento golpeando su cara, corrió hacia el hospital improvisado.

— Mi reina —dijo un guardia de la entrada, pero fue totalmente ignorado.

Más de cien personas en camilla llorando, vendados, operados, heridos o ya muertos. No todos eran facil de reconocer, pero Jimin de todas formas corrió por todos los pasillos, llamando a su esposa y dándole una rápida mirada a cada camilla, esperando que también podria esperar a Yeji.

— Mi amor —dijo Tiffany a su lado, abrazándola — Los soldados encontraron a dos personas con las características de Minjeong y Yeji —el corazón de Jimin se aceleró más que antes.

Un soldado guió a todos hacia una sala aparte, todo era silencioso en ese lugar, ya nadie gemía de dolor o lloraba por su vida. Sólo se escuchaba los pasos de las personas que revisaban las camillas. El estómago de todas se apretó al darse cuenta de que se encontraban en la zona de los muertos.

— Perdón, mi reina —susurró el soldado al detenerse en una camilla.

El cuerpo estaba tapado por una sabana, pero una mano con el mismo color de piel de Minjeong salía sin permiso. Jimin camino lentamente, miedo de reconocer el cuerpo aparto levemente la sabana, encontrándose un cuerpo quemado e irreconocible.

Se acabó.

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