Like A Lion

Ich erinnere mich

Baje lentamente las escaleras, cada vez sentía que eran más largas cuando las bajaba antes de algo importante, mire a los lados y todo parecía normal en el palacio, la gente limpiando, los guardias mirando a la nada y la gente importante caminando a lugares importantes.

Yo iba a la sala de reuniones pequeñas, generalmente lo usan los reyes para hablar con Jimin en privado, ahora lo usaríamos para que mis padres me cuenten todo lo que pasaba antes del accidente.

— No creo que debería saber —escuche susurrar a Giselle cuando llegue al lugar — Siempre arruinándolo —se hablo a sí misma.

— Buenos días, hija —saludo mi madre seguida de mi padre — ¿Cómo has estado?

— Desde navidad no he hecho nada mas que ir a reuniones aburridas —me senté en medio de Giselle y Jimin, esta ultima no dejaba de ver con odio a mis padres.

— Debes de estar muy estresada —dijo mi padre con una sonrisa nerviosa.

"Si Jimin me cogiera, no estaría así de estresada" pensé mientras solo afirmaba con la cabeza. Jimin ha estado tan ocupada con el tema de la boda, la coronación y sus deberes de heredera que solo me la encontraba cansada caminando por los pasillos.

— Bueno, antes de que hablen de cualquier cosa, recuerda mantenerte calmada y que Jimin te ama —dijo Giselle y me agarro de la mano — Y yo siempre estaré para ti

— Comiencen —dijo Jimin con un tono brusco.

Y mi padre comenzó a hablar.

Me dijo que me habían metido en el internado para evitar completamente verme, para mejorar mi comportamiento rebelde que había generado en el colegio anterior y para mejorar mis notas. Me habían prometido ir a visitarme cuando tuviera unas notas decentes, pero al tenerlos ellos nunca fueron a verme, hasta el último día que me fueron a retirar y me trataron mal frente a mis amigas.

No podía creer ni imaginar todo lo que me decían, desde que desperté del coma siempre fueron muy amables, cariñosos y educados conmigo, me apoyaban en todo y jamás me regañaron por algo que hiciera. Mire a Giselle.

— Verte al borde de la muerte nos hizo darnos cuenta lo malos que fuimos —dijo mi padre — Perdónanos por todo eso, intentamos no repetir todo eso y te dimos todo el cariño que no te dimos antes.

— Supongo que estuvieron felices de que no recordara nada —agache la mirada, quería llorar — Por eso rechazaron de que fuera a un psicólogo para tener tratamiento — levanté la mirada — Por eso Myeong nunca confió en ustedes.

— Perdónanos —repitió mi madre.

— Perdonar, olvidar, recordar... —mire a ambos — Los perdoné porque lo olvidé y ustedes se aprovecharon de ello, pero ahora al saber lo que ustedes me hicieron no puedo hacerlo —soné más fría de lo que quería.

Los ojos de mi padre en vez de ser tristes como los de mi madre eran de enojo, vi como apretó la mandíbula. Evitar su mirada por miedo hizo que mi padre se levantara con una mano alzada, automáticamente yo me tapé con los brazos y grité.

— Le llega a poner una mano encima y prohibiré que ambos la vean —escuché decir a Jimin, aparté mis brazos y pude ver que estaba sujetando el brazo de mi padre, así fue como otro recuerdo llego.

Mi padre estaba completamente ebrio sentando en el sillón junto a mi madre, yo me encontraba comiendo en la mesa.
Cada tanto volteaba a mirarlos y ambos se veían como dos adolescentes enamorados, pero de repente ambos me miraron con asco, mi padre agarró su botella y la lanzó, dándome un golpe por encima de la ceja, sentí como la sangre comenzó a brotar.