Vorbereitung

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— Faltan tres días —susurré al ver la fecha en mi celular.

Han pasado tres meses de la declaración de guerra, los reyes y Jimin pasan más hora en la sala de reunión que en otro lugar, yo voy de vez en cuando pero ahora decidí estar un rato con Ryujin y Giselle.

Por ordenes de Mark, Ryujin debía de evitar todo  lo relacionado con la guerra, para no estresarla ni nada, al ser hija de un militar quería ir a ayudar en la batalla, pero no podía por estar embarazada. Giselle se ha dedicado a acompañarla ya que no podía hacer otra cosa en el palacio.

— Lamento que se haya arruinado tu boda —dijo Ryujin.

Las tres estábamos en mi habitación pintándonos las uñas y hablando de distintas cosas para así poder distraernos un poco del ambiente del país. Negue con la cabeza y agarre el esmalte negro.

— No creo que cambien la fecha, deben de casarse antes del anuncio —dijo Giselle — ¿Has por lo menos visto vestidos? —negué con la cabeza.

— Jimin me dijo que conocería a personas importante de China y Corea del Sur —hice un puchero — Yo quería conocer el presidente de Corea del Sur.

— Dicen que es muy cercano con los reyes —dijo Giselle y Ryujin confirmó.

— Antes el presidente Lee pasaba mucho tiempo acá, por eso aún mantenemos una buena relación con Corea del Sur y la hija de un gran empresario de China siempre pasa sus vacaciones acá con sus amigas —agrego Ryujin.

Se volvió a hacer un silencio y mientras yo esperaba que se sacaran mis uñas me acosté mirando el techo. Estaba muy ansiosa de la boda, ser oficialmente la princesa de Naevis. Me iba a casar con una heredera del trono, seguro la boda iba a ser fantástica si no fuese por la maldita guerra.

Me la imaginaba con flores violetas, en el patio del palacio, con deliciosos platos y un sorprendente postre de algún cítrico, de preferencia mandarina. Le hubiera pedido a Baekhyun que me hiciera un vestido, no importa cuando odie los vestidos me hubiera gustado con todo mi ser usarlo en ese momento, junto a Jimin.

— Planeémoos la boda de Minjeong —dijo Giselle emocionada — Baekhyun debe de estar desocupado y aburrido al igual que nosotras, a él le encantaría la idea.

— No sé si nos dejen, la concentración del reino debe de estar en la guerra, gente está muriendo, Giselle —dijo Ryujin

— Seguro si no estuvieras con esas hormonas de embarazada me apoyarías —Giselle frunció el ceño — No hay nada de malo con tener un poco de felicidad en malos momentos, además mi madre siempre decía que si me rompía la cabeza estudiando mucho tiempo lo mejor es tener un poco de distracción para luego volver con nuevos aires —colocó su mano en el hombro de Ryujin — Sólo usaremos un día, luego de eso tal vez los reyes encuentren la forma de encontrar la paz.

— Tienes razón.

— Minjeong, pregúntale a tus suegros si podemos hacerlo —me miró con una falsa sonrisa inocente.

— ¿Por qué yo? Que vaya Ryujin, nadie le dice que no a una embarazada —ambas miramos a Ryujin.

— Par de estúpidas —susurró para luego sacar su celular y hablar con Mark.

— Y asegúrate de llorarle —agrego Giselle.

Mientras Ryujin hablaba por celular yo le envié un mensaje a Baek sobre la idea. Giselle me contaba sus ideas para que sea un día inolvidable, me contaba en qué lugar hacerlo y a quién invitar, como a nuestros amigos y algunos famosos. Se veía muy emocionada, más que yo.

— He venido con todo —Baek entro con otras dos chicas — Me importa un carajo la aprobación de los reyes, esta boda se tiene que hacer.

— Igual de todas formas tenemos el permiso —dijo Ryujin.

— Que bueno, que la reina ya me regañó una vez y no es nada bonito verla enojada —se sentó en la cama — Ellas son Nayeon y Jisoo.

— Me especializo en decoración de interiores —dijo una de las chicas.

— Me especializo en comidas y postres —dijo la chica de voz grave.

— Son las mejores del país, amigas mías y además de eso pueden ayudar en mucha otras cosas —le dejé un espacio a las chicas en mi cama para así quedar los 6 juntos en círculo, la cama era bastante grande — ¿Alguna idea en mente? —negué con la cabeza, nunca fui de pensar en esas cosas, tampoco sabía mucho de moda para poder aportar.

Tampoco me sentía muy bien como para estar como el resto, Giselle hablaba emocionadamente con Jisoo y Nayeon sobre sus ideas, Ryujin y Baekhyun también estaban emocionados. Me sentía agotada de todo esto.

Siempre pensé que ser princesa o novia de alguien con dinero significaba viajes y despreocupación, no estar en mi habitación extrañándola y estar preocupada todo el rato de su salud mental.

Porque el estrés de Jimin se notaba a simple vista, se notaba como había bajado de peso, que no se preocupaba de sus raíces sin teñir ni de usar su hermoso brillo labial que tanto me gustaba verlo. Cuando se iba a acostar me abrazaba con fuerza donde me transmitía su dolor y estrés para luego despertar muy temprano a seguir su rutina.

¿Dónde habia quedado la Jimin que se preocupaba cada en verme sonreír? ¿Dónde estaba la Jimin que intentaba todos los días enamorarme cada vez más de ella? Sólo esperaba que volviera cuando la guerra termine, que todo vuelva a la normalidad cuando haya paz en el país.

Sentía como mi pecho se apretaba en pensar que no volvería a ver a esa Jimin, en la persona que me enamore completamente dos veces, porque sí, ahora sabía que era lo que tanto me había enamorado antes que me dejó completamente loca por ella.

Su seriedad que me hace querer hacerla sonreír cada vez que la veo, su responsabilidad que me hace querer corromper. La idea de que se sonroja y ríe por mí, de que soy su pequeña Minjeong y ella la inalcanzable Jimin, eso es lo que me hizo enamorarme la primera vez que la vi en el internado.

Y eso es lo que extraño ahora de ella, de que se me acerque con la pregunta en mente ¿Qué hará ahora esta loca? De que me reprenda por alguna estupidez para luego reír conmigo y después sonrojarse por el romántico momento.

No es que haya recuperado la memoria, ojalá, solo es lo que pude leer en el diario de Yizhuo y me ayudó a ver esos detalles de Jimin. Había momentos donde escribí grandes textos sobre lo que le quería decir a Jimin, pero no se lo decía por miedo de ser rechazada.

En ese tiempo vivía con el miedo de perderla, de perder a la única persona que mientras más me conocía mas confiaba en mí. Jimin me enseñó que hasta una chica como yo podía ser feliz, le oculté mis miedos y mi pasado que ahora conoce más que yo, pero gracias a ella no sigo en ese mundo.

Estaba y estoy enamorada más de lo que me gustaría admitir y más de lo que ella se puede imaginar, me duele tanto ver que olvide todo lo que escribí en ese diario. Pero a pesar de todo este horrible momento estoy feliz de poder sentir su respiración en mi cuello cada noche.

— Minjeong ¿Qué opinas? —salí de mis pensamientos para verme en el espejo con un hermoso vestido blanco.

— Está hermoso —susurré con un nudo en la garganta.

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