Verliebt (M)

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Tiffany las veía jugar por la ventana, nunca había visto a su hija tan feliz, riendo con una hermosa sonrisa. La reina sabía que Minjeong era la indicada para su hija, le estaba enseñando lo que su esposo le enseño, a vivir. Le hacia olvidar las responsabilidades por un momento, le sacaba la idea de la cabeza de que tenía que ser una mujer perfecta para el reino.

Pero también tiene miedo.

¿Minjeong tendrá la madurez suficiente para reinar? El miedo de toda la población del reino es que se vuelva a repetir lo de sus padres, otra guerra civil, casi llegaron a tener una guerra con Japón y otras cosas horribles.

— Tranquila — la abrazo el Rey — La hemos criado bien, ella sabrá controlar este reino hasta mejor que nosotros, será la mejor reina de la historia de Naevis.

— Sólo espero que no sufra —miró a su esposo a los ojos — Es mi hija y temo de que Minjeong le ocasione problemas.

— Jimin sabe decir no —volvieron a mirar a las chicas jugar con espadas de madera — Ella sabrá si Minjeong es la indicada, independientemente de cuanto la ame, ella es lo suficientemente responsable para poner como prioridad al reino.

Jimin sabía que Minjeong no podía ni querrá ser parte del reino, es mucha responsabilidad para una persona liberal como ella, Minjeong es una chica que le gustaba ser ella, la ropa cómoda y odia el maquillaje, ella odiaría fingir ser alguien distinto en frente de la gente, tener que sentarse bien, controlar su voz y su postura en cada momento que esté con alguien importante o de la prensa.

Por eso Jimin se dedicaría en disfrutar de ella antes de que cumpla la edad de ser anunciada, se dedicaría en disfrutar su juventud y el amor que le tiene a Minjeong. Aunque desee escapar y ser libre con su amada, ella se quedará por el bien del reino.

-— Estoy tan cansada —la menor, recién bañada, se tiró a la cama de la princesa — Envidio tu infancia, tuviste tantas cosas con que jugar, yo solo jugué con tierra y agua —miró con admiración el gran vestido que estaba colgado.

— Pero nunca tuve el tiempo suficiente para disfrutarlo —se sentó en la cama y se dedicó a secarse el pelo con una toalla — Desde muy joven me he dedicado a aprender a gobernar.

— Ya no te envidio, la tierra es mejor que aprender cosas —dio una vuelta en la cama para quedar al lado de su mayor — Muchas gracias por invitarme, la he pasado muy bien —le dio un corto beso en la mejilla.

— Muchas gracias a ti por venir —se quedaron viendo con una leve sonrisa, ambas pensando que nunca olvidarían este día — Por venir a mi vida —susurró algo avergonzada — ¿Quieres probarte mis vestidos? —se alejó torpemente de Minjeong con el corazón acelerado.

— ¿Puedo? —se levanto para seguir a su novia — ¿No tendrás esos vestidos antiguos?, siempre quise proba uno —caminaron hacia el gran closet.

— Claro que tengo, soy de la realeza —fue al lugar mas lejano y sacó un gran vestido negro —duele un poco el proceso de ponértelo ¿estás segura de que quieres probártelo?

— Hablas con tu futura esposa, claro que quiero, pásamelo —lo intento agarrar pero Jimin fue más rápida — ¿Que? —sacó un corsé antiguo — Eso no me quedará...

— Oh créeme, lo hará.

Olvidando completamente que estaban cansadas se dedicaron a vestirse. Jimin sentía como si estuviera vistiendo una muñeca y Minjeong sentía que lentamente se estaba convirtiendo en una princesa.

Luego de un largo tiempo, Minjeong, ya vestida, se miro al espejo, se sentía irreconocible, parecía una chica educada e inocente. Jimin la había maquillado suavemente ya que creía que Minjeong ya era lo suficiente bella sin maquillaje.

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