Heiß

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— Hoy aprenderemos a usar una espada —vi como sacó un par de espadas y me entregó una.

— ¿Esto aún se usa? —era mucho más pesada de lo que me imaginaba.

— En el palacio desde el reino de Heechul hay una serie de espadas escondidas por si alguien está en peligro, esas espada sólo sabe donde están la familia real —me informo Jeno — Seguramente será lo primero que te muestre la Reina Tiffany.

Me enseñó como se tomaba y en que posición debía estar para que haga movimientos más fuertes y rápidos, durante toda la clase me costó mucho moverla pero me dijo que eso era normal, me costaría mucho tiempo acostumbrarme así que al final de la clase me dijo que me la quedara para que practicara cuando tuviera tiempo. En solo tenerla en su funda y en mi mano me hacia sentír diez veces más cool de lo normal así que nunca más lo solté, me hacía sentir bien.

Camine hacia la clase de Ryujin y ella emocionada me quitó la espada, me dijo que siempre quiso tener una en sus manos, jugó un rato con ella y luego volvimos a hacer ejercicios. Desde que llegué sentía que había bajado mucho de peso, también cada vez que me bañaba me miraba en el espejo y podía ver como cada vez mi abdomen se endurecia más, seguramente cuanto salga de acá lo tenga marcado.

Comenzamos a trotar por el bosque, esto ya era rutina pero no me cansaba de ver las hermosas vistas del lugar, las montañas nevadas, el lago limpio y todo lleno de plantas y animales, era un lugar de cuento, por eso me encantaba trotar con Ryujin, aveces descansábamos en la orilla del lago y hablábamos hasta que ya era muy tarde para seguir.

— Sabes —susurré mientras lanzaba una piedra al río — Me acabo de dar cuenta que llevo un mes sin sexo —escuché como se reía pero yo seguía viendo rebotar la piedra.

— ¿Pero las clases de los domingos no te satisfacen? —negué con la cabeza.

— Esas cosas no son mi estilo —me senté a su lado — No hacen nada mas que pegarme y maltratarme, nada sexual —apoyé mi cabeza en su hombro — Extraño a Giselle —suspiré.

— Extrañas el sexo, idiota —me empezó a acariciar en el cabello.

— Bésame —susurré al separarme para verla a los ojos.

— Estás loca —negaba con la cabeza.

— Estoy caliente, bésame y hagámoslo acá, no hay nadie —seguía negando mientras se reía— Vamos, no quiero hacerlo con Jimin ni mucho menos con Yeji.

— No puedo, Minjeong —vi como agarro una piedra y la tiro al río.

Estaba muy necesitada como para escucharla así que sin pensarlo mucho la bese con mucha lujuria. No tenía la intención de que fuera suave ni mucho menos que fuera cariñoso así que rápidamente la mordí para así poder colocar la lengua. Ella gimió y me golpeaba en el hombro mientras intentaba apartarme, cuando me aparte recibí una gran cachetada, me lo merecía así que no dije nada.

— Por dios, Minejong —gritó y se paró — Estoy comprometida y tú igual, idiota —baje la mirada, avergonzada de mi misma.

— Lo siento —susurré y vi como ella caminaba hacia la cabaña, agarré las cosas y la seguí.

— Hola, chicas —saludó Baek pero ambas lo ignoramos, Ryujin fue a su habitación y yo a la cocina en busca de un cuchillo para matarme y agua para la calentura — ¿Qué paso? —preguntó confuso.

Un mes sin sexo. Giselle y yo teníamos la costumbre de hacerlo cada vez que queríamos, no importaba el lugar que alguien se calentaba, siempre encontrábamos un lugar privado para hacerlo.

Me habían mantenido tan ocupada que no me había dado cuenta del tiempo que había pasado hasta que vi el río, tan solo que pensé que sería un lindo lugar para hacerlo con Giselle.

Extraño a Giselle.

La extraño mucho más que el sexo y no, no lo iba a hacer con Ryujin, sólo iba a besarla para calmarme un poco (aunque hizo todo lo contrario). Mi cuerpo y alma era de Giselle, solo ella podría hacerme gemir y correr como siempre lo hacía.

¿Ella estará igual que yo? A diferencia de mi ella podría ir a cualquier lugar para conseguir a una chica o chico para que la satisfesca, aunque sabía que ella no haría eso, una parte de mi pensaba que ya lo había hecho.

— ¿Por qué le lloras al refrigerador? —escuché la voz de Yeji y me giré para responderle.

— Estoy tan caliente —grité mientras más lágrimas salían de mis ojos — Pero no quiero engañar a Giselle.

— Pero ella no puede verte por mas de un año —susurró y recordé todo lo que pasó para luego abrazarla y llorarle en su hombro — Vamos, no llores —me acarició la espalda — Yo sé que te enamorarás de la princesa cuando se conozcan, a pesar de tener un gusto horrible, es una muy buena persona, tiene el carácter de Tiffany —susurró lo último.

— Pero realmente amo a Giselle —susurré y más lágrimas salían — Siempre pensé que nunca ni nada nos iba a separar y si lo hacía ambas lucharíamos.

— Lo siento.

— Pero ella no hizo nada ese día —me aparté de ella y la miré a los ojos — ¿Sabes cuantas veces estuvimos apunto de morir? Sé que no le tiene miedo a ustedes que la pueden matar, pero no sé porqué escapó.

— Debe tener sus razones, seguramente su familia o alguien la necesita —afirmé con la cabeza, intentando creérmelo.

— Supongo que no tengo otra opción de que enamorarme de alguien que no conoceré en otro año más —suspiré.

— Trataré de que la princesa pueda venir antes, sé que con gusto lo hará y si le explico las razones a los reyes aceptarán —me peinó el cabello — Veré lo que puedo hacer, no me gusta ver como alguien de la realeza sufre, mi deber es siempre protegerlos de todo tipo de ataques.

— No corras, ven, ven —escuché gritar a Jimin y ambas curiosas salimos de la cocina — Te portaste tan bien en el camino, maldito demonio —gritó y no pude evitar soltar una gran sonrisa.

— ¡Myeongie! —chillé al ver como corría hacia mi—Mi amor —lo agarré y lo abrace, él estaba tan inquieto y no dejaba de lamerme la cara — Yo igual te extrañé.

— Tus padres podrán visitarte a finales de este mes, así que por ahora te enviaron unas cartas —ignoré completamente a Jimin y me dediqué a jugar con Myeong — Okay, lo dejaré a tu habitación.

— ¿Cómo lograste que permitieran traer a ese perro? —preguntó Yeji.

— Los beneficios de caerle bien a la realeza —vi como Myeong me mandaba a jugar con el afuera y yo con gusto lo seguí.

Agarre un pequeño palo para luego jugar todo el resto del día con él. Corrimos por el bosque, saltamos en el pasto y nos metimos al río para seguir jugando. Si hubiera hecho todo esto antes de venir, mi cuerpo no lo hubiera permitido pero ahora veo que el beneficio de hacer ejercicio es que ahora mi cuerpo aguantaba más tiempo

Al volver a la cabaña, los dos mojado y cansados. Baekhyun se ofreció de limpiarlo mientras yo me bañaba para sacar todo el barro de mi cuerpo. Ya ambos listos él se acosto a mi lado y lo abrace para luego dormir con una gran sonrisa, había extrañado tanto a mi niño.

Like A LionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora