Euphorie

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Minjeong se encontraba mirando el cielo cubierto de nubes negras. Ya no tenía un recuerdo claro de cómo se veía el cielo despejado, pero lo extrañaba. Extrañaba pasar horas descubriendo las constelaciones de Capricornio y Aries mientras observaba cómo las estrellas toman diferentes dibujos.

— Si lo cortas mal, te disparo —dijo al cerrar los ojos.

Soobin se ofreció para cortarle un poco el pelo, pensó que era demasiado largo para el campo de batalla. No quería nada que le dificultara sobrevivir. Así que luego de que Minjeong aceptara (molesta) agarró un cuchillo, un poco apartado de la gente y sentados en el césped comenzó a su misión de vida o muerte.

Yeji los acompañaba mientras escribía en su diario. Lo comenzó a escribir al inicio de la guerra, sentía que estaba viviendo un momento histórico así que no lo pudo evitar ¿un libro narrando como la reina de Naevis vivía en la guerra? Sentía que luego se iba a hacer millonaria.

— No me creerán, pero yo nací acá, en Uhon —comento Soobin, ignorando la amenaza de la menor — Por acá cerca había un autocine, siempre quise ir, pero en una cita —rió levemente— Pero me rechazaron las dos veces que me enamoré —hizo un leve mohín.

— ¿Qué tipo de persona eras antes de la guerra? —pregunto Minjeong — Ya sabes, la guerra cambia mucho a la gente.

— Era todo un caso —volvió a reír, pero se detuvo al ver que casi corta de más. No quería conocer a su reina enojada, si ya en sí seria daba miedo— Me gustaba pasear por las calles hasta tarde, no salía de fiesta, pero sí me metía en muchos problemas —dejo de cortar y miro el suelo, avergonzado — Era el estereotipo de chico sin futuro que se dedicaba a andar en skate y a fumar, pero siempre saque buenas notas.

— Que envidia —murmulló Minjeong.

— Vivía muy bien y era muy feliz —se sentó al lado de Minjeong — Pero nunca le agrade a la gente así que hacía todo eso solo —Minjeong se acostó y se dedico a mirar las puntas recién cortadas de su cabello, evaluando el trabajo de su amigo — Iba a hacer grafitis solo, iba a patinar por horas solo, iba a fumar hierva solo, iba a meterme a lugares cerrados solo.

— Pero como dijiste, eres feliz —Soobin asintió con la cabeza — ¿Qué es eso que amas que te ayuda a sobrevivir?

— No lo sé —suspiró — Creo que nada ¿y tú? ¿Qué te trajo y que te mantiene?

— Puede que suene muy aburrido, pero Jimin —se sonrojo levemente — Vine con la idea de que estoy ayudando a mi esposa en su trabajo y me mantiene viva las ganas de volver a verla —era la primera vez que lo decía en voz alta y eso la hacía sentir muy bien — Pero también me da miedo —Yeji soltó su libreta y miro a Minjeong — Sé que he cambiado mucho en este año de guerra pero no quiero ver que lo nuestro también haya cambiado.

— Su historia debe de ser hermosa como para decir eso —Yeji rió levemente ante las palabras de Soobin.

— No tienes idea por lo que pasaron —dijo Yeji — No es una historia cualquiera de unos pocos años.

— ¿Y cómo eras antes?

— Un verdadero caso perdido, no como tú —dijo entre risas.

Yeji contaba con entusiasmo todos los momentos inolvidables de Minjeong, desde la adopción de Myeong hasta cuando discutió con Chaewon. Los tres conversaron hasta el amanecer del otro día, riendo, discutiendo y llorando de distintas cosas. Las chicas sentían que era muy fácil hablar con Soobin, no juzgaba nada ni se burlaba, sólo se dedicaba a escuchar y preguntar por más.

Miraba con una sonrisa a Minjeong que contaba como era estudiar con Jimin. A pesar de que la menor no le haya contado que había recuperado la memoria, la había escuchado hablar por celular. Aunque no entendía y le preocupaba el porque no le había contado, sólo se quedó en silencio, no queria forzar a la menor a hablar.

— Perdón por las palabras, pero no puedo creer que alguien como tú sea reina —dijo entre risas el chico.

— Y nadie podía creer que esa criatura sin nada bueno enamorara a Jimin —dijo Yeji sin pensar.

— El secreto es ser bella —dijo Minjeong con una risa forzada, ignorando que ese comentario le dolió — Y tierna.

— E insistente —agregó Yeji.

Ver como Minjeong contaba como Jimin la cuidaba, aunque no le agradaba y como lentamente se iba enamorando cada vez de la heredera, riendo y alzando la voz en las partes mas emocionantes. Le hacía sentir calidez en su pecho, como cuando una madre ve por primera vez a su hijo jugando con lo que despues seria su mejor amigo.

— Y la zorra de Somi que me quería robar a mi esposa —Soobin se sorprendió del vocabulario y Yeji le dio un leve golpe en la nuca — Ahora que la recuerdo, al volver le daré una buena paliza —luego de dar unos golpes en el aire, los tres rieron.

— Al menos ella no decía groserías —dijo entre risas Yeji.

— Al menos yo me case con Jimin —respondió con una falta seriedad.

Aún eufóricos se quedaron callados al ver al capitán caminar hacia ellos, sabían que iban a ser castigados por estar despiertos toda una noche. Hoy iban a salir a pelear y siempre debían de estar bien cargados para sobrevivir y pelar.

— Es bueno verlos reír —dijo luego de pasarles el desayuno — Es difícil tener momentos así en estos lados así que pueden ir a descansar.

— No es necesario —Minjeong se levantó — Con un café y una barra de cereal, estoy lista para salvar vidas.

— Esa es mi reina —alzo la voz Soobin — Yo la sigo.

— Yo también —los tres le sonrieron al capitán que les respondió con una mirada de padre orgullosos.

— Si llegan a morir, no recibiré la culpa —respondió mientras se dio vuelta — Saldremos en tres horas.

— Espero que quede mucho café —comento Soobin.

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