Die Könige

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Baje las escaleras, nerviosa de lo que iba a pasar. La Reina me había llamado para hablar con ella en el lugar donde ella se dedicaba a trabajar, me llamo como reina, no como la buena suegra que es. No sé qué esperar.

Al entrar a la gran habitación de Tiffany quedé impresionada por la cantidad de papeles que había en su escritorio, junto a ella. Se sacó los lentes al verme y apuntó con su mirada la silla que estaba al frente de ella.

Caminé nerviosa de que me retara por algo ¿Myeong y Myang hicieron algo malo? había más posibilidades de que yo lo hubiera hecho que ellos ¿Qué he hecho últimamente que pudo haber enojado a la reina?

— Seré directa —dijo al sentarme, la mire atenta, nunca había visto a la reina tan seria — No puedes rechazar a Jimin —la mire sin saber que decir — Quedan 4 meses para que los ciudadanos los conozcan y uno y medio para su boda —afirmé con la cabeza — Usted está lo suficientemente entrenada para poder ser la acompañante de mi hija y no hay tiempo para buscarle a otra persona —todo eso ya lo había pensado antes, pasaba mucho tiempo en mi habitación y es inevitable pensar en ello — Jimin no sabe que estas acá y no lo debe saber, ella te propondrá matrimonio esta semana, lamentablemente está obligada a eso —le acababa de quitar toda la emoción a la sorpresa que iba a tener — Le pido como reina a que aceptes y te pido como madre de Jimin que le des una oportunidad y que la hagas feliz.

— Jimin es una buena persona —realmente no sabía que decir, sólo me incomodaba el silencio que dejo — Tengo más que aceptado que viviré el resto de mi vida con ella y no puedo negar que eso me emociona —Tiffany me miro sorprendida — Mi corazón la recuerda, se acelera cada vez que la veo y más con su sonrisa, pero mi cerebro no, no sabe que es lo que tanto le gustaba de ella. Sí, tiene muchos buenos puntos pero aún no encuentro uno que enamore a la actual Minjeong.

— ¿Entonces? —me levanto una ceja, impaciente de la respuesta.

— Me casare con ella, haré lo posible para encontrar ese punto que hará que me muera por ella para que reciba todo el amor que se merece y más —miré la foto del rey que se encontraba en el escritorio — He sido entrenada para ello, para ser quien la haga feliz, aunque tenga tanto trabajo y responsabilidades —Tiffany me sonrío y se levantó para abrazarme.

— No puedo creer que la chica que tanto gritaba en nuestros pasillos ahora me hablé de esa forma —al separarse pude notar que su mirada estaba llena de orgullo — Serás una muy buena Reina, contigo junto a mi hija podré descansar en paz.

— ¿Se va a morir? —grité asustada y ella solo rió.

— Cuando ustedes estén en el trono me iré a unas vacaciones sin fin —miro las hojas sobre su escritorio — No sabes lo duro que es hacer estas cosas, pero sólo me queda un año y cuatro meses —se sentó para seguir trabajando — Se puede retirar —me despedí con una reverencia y salí casi corriendo de ese lugar, no me gustó ese ambiente de responsabilidad, eso iba a ser mucho para Jimin.

Le pregunte a Chaewon donde se encontraba el rey, necesitaba consejos de el urgentemente. Al ya saber me dirigí a su habitación, él no podía aguantar mucho despierto así que ya se me hacía normal escuchar que estaba ahí.

Al llegar su secretario entró a avisar que estaba, o sea que lo fue a despertar para que estuviera presentable para mí. Luego de unos minutos entré y él aún estaba mirando su zapato medio dormido.

— Toma asiento —dijo después de un rato, se estiró y me miró —¿A qué se debe su visita?

— Necesito su consejo —me miro un poco sorprendido — Sé que su trabajo no es fácil, por eso quiero que me de consejos para no arruinarlo.

-— O sea dañar a Jimin —susurró y me miro con una leve sonrisa — Sólo debes estar siempre a su lado, darle un abrazo cuando lo necesite, un beso, una sonrisa. Debes remplazarla en sus tareas pequeñas para que así vayan disminuyendo, todo eso hará que no se sienta sola, que no se desanime y haga mal su trabajo.

— Si tengo hacer todo eso ¿Por qué me enseñaron leyes, la constitución e historia? —El rey se levantó para agarrar una botella de agua.

— Por una parte, es para cuando tenemos que remplazarla, no podemos ir sin saber nada —se dio vuelta y me miro a los ojos — Pero también es para escucharla, entender todo lo que nos diga y si es que necesita otro punto de vista nosotros se lo daremos, por eso nosotros venimos de abajo, para que le demos una opinión más humana.

— ¿Y es difícil hacer todo eso? —pregunte con un poco de miedo, eso era mucho para mí. Negó con la cabeza.

— Todo eso lo haces también porque la amas —miro la foto de la reina que tiene en su velador —Haces todo eso porque no quieres verla sufrir, todas esas acciones vendrán de tu corazón —soltó una gran sonrisa.

— ¿Y si no logro amarla? —susurre con la mirada al piso — ¿Y si hago mal mi trabajo? —lentamente mi respiración se iba poniendo irregular — No quiero que Jimin sufra porque no la amo, no quiero ser una mala esposa, una persona que arruine el reino —Taecyeon puso su botella en mi cuello, haciendo que dejara de pensar mucho.

— Lo harás bien —agarró otra botella y me la paso — Todos esos pensamientos que dices me confirman que Jimin estará en buenas manos—bebí agua para calmarme — Y me atrevo a decirte que, así es el amor.

— ¿Qué quiere decir? —se sentó a mi lado.

— Así es el amor, te asusta que esa persona este mal, piensas más en ella que en ti, no quieres defraudarla —puso su mano en mi hombro — Fácilmente pudiste escapar, pudiste demostrarle esas inseguridades a ella, pero no, has venido a mi habitación para saber cómo hacer mejor tu trabajo.

— Amo a Jimin —susurré.

— Pero aún te falta amarla como el amor de tu vida, te falta sentir ese famoso click —sacó su mano de mi hombro y se volvió a acostar — Pero esas cosas no se pueden forzar —susurró — Confío en que lo sentirás algún día, antes o después de la boda o de la coronación, uno nunca sabe —soltó un gran bostezo.

Jimin se merecía más que lo que yo le podía dar, sé que puedo hacer eso de apoyarla y entenderla, pero ¿Cómo saber cuándo necesita un abrazo? Ella no es tan expresiva como para saberlo.

Y luego de las charlas con los reyes no pude dejar de pensar en Jimin. Me di cuenta que sé muy poco de ella, en la cita supe que cosas les gustaba como el baile o los dinosaurios pero no sabía cuál era su serie favorita, su comida o color favorito, ni si quiera sé de donde vinieron sus fetiches.

"Jeongie ¿puedes venir al jardín? Cerca de los caballos" decía el mensaje de texto que me envió Jimin, le conteste con un sticker de un mono corriendo.

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