Pferd

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— Hasta duermen igual —escuche a alguien gruñir y abrí un ojo, era Jimin — Ryujin fue a hacer las compras así que hoy empezaremos con la nueva parte de nuestras clases.

— No quiero —murmullé y abrace a Myeong, él se acomodó en mis brazos, sonreí por el apoyo.

— Tu perro está haciendo que la antigua Minjeong vuelva, lo tendrá que devolver —me senté rápidamente, aun con Myeong en mis brazos.

— Ni se te ocurra alejarme de él de nuevo —grité enojada pero ella solo rió.

— Empezaremos luego de desayunar, te espero en el comedor —solté a Myeong y él se alejó de mí, hasta pude sentir como me mandaba a vestirme para que no nos alejaran, es un perro muy inteligente.

Entre al baño y me di una energética ducha, cantaba algunas canciones de aespa, me sabía cada una de sus canciones sin necesidad de tener la pista de fondo y como no tenía celular, no me quedaba otra que cantarlas acapella.

Creo que es la primera vez que me ponía a cantar en la ducha. Junto a Myeong todo era rosa de nuevo, volvía a ser yo que tanto extrañaba. No sé si era que extrañaba solo a Myeong o el tener alguien de confianza a mi lado.

No es que sea una chica tímida, todo lo contrario, le hablaba hasta al director de mi colegio pero siempre necesita alguien a mi lado, no podía ser yo sin tener una parte de mi a mi lado, no importa si era Myeong o Giselle.

Salí de la ducha y me coloqué uno de los vestidos de realeza que tantos había en mi closet. Jimin me dejó usar mi ropa que parecía pijama pero no en sus clases ya que necesitaba aprender todas esas cosas con un vestido puesto. El vestido que elegí era uno negro holgado hasta un poco más arriba de las rodillas, las mangas tenían unos diseños dorados, también tenía contaba un cinturón con el centro del mismo color dorado y me puse un poco de maquillaje, no mucho ya que que no me gustaba pero tampoco tan poco ya que Jimin no me dejaba, reglas de sus clases.

Ya con unos tacones negros salí de mi cuarto (con Myeong siempre a mi lado) y caminé hasta el comedor, nadie habló al verme pero yo ya sabía que si estaba vestida así y Jimin estaba a mi lado, debo saludar con toda la educación del mundo.

— Buenos días, señorita Yu —dije con una voz tranquila y una leve sonrisa, hice una pequeña inclinación y subí levemente la falda del vestido — Buenos días, Byun Baekhyun, Hwang Yeji, Lee Jeno —volví a mi posición inicial.

— Buenos días, Kim Minjeong —respondió Jimin y me dio una señal para que me pudiera sentar, con gusto lo hice, esperé que todos dieran un bocado a su comida para así yo poder comer.

— No puedo creer como ha cambiado, princesa Kim —comentó Baek — Recuerdo como si fuese ayer cuando usted bajaba toda enojada de su habitación para así comer todo lo que veía.

— Mi estómago se ha ido escogiendo, Baekhyun —dije al bajar los palillos, no podía hablar con los palillos arriba ni en alguna comida — Además he tenido unos grandes profesores —le sonreí a todos para luego colocar un pedazo de arroz en mi boca.

— ¿Nadie más tiene miedo? —escuché susurrar a Yeji y no pude evitar soltar una delicada risa, es horrible controlar cada acción.

— Hoy se ve extremadamente bella, princesa Kim ¿a que se debe? —preguntó Jimin y no pude evitar sonrojarme.

— La llegada de Kim Myeong me ha puesto extremadamente feliz, se debió haber reflejado en mi vestimenta —vi como todos miraron a mi hermoso hijo, comiendo en su plato al lado de la puerta.

Luego de eso cambiaron de tema, todos hablan menos yo, ya que como dijo Jimin yo no debo hablar al menos que alguien me preguntara algo así que me mantuve comiendo en silencio hasta que todos terminamos y cada uno se fue a lo suyo. Baek se fue a preparar la clase, Jeni a cortar leña ya que esta ha empezando a hacer frío y Yeji se mantuvo a mi lado para cuidarme de cualquier cosa.

— Estás de broma —alce la voz al ver como Jimin venía con dos caballos, uno café medio rojizo y otro negro.

— Son tradiciones, Minjeong —vi como comenzó a ponerle la montura, yo miraba como lo hacía pero ya en la mitad me perdí, muchas cuerdas — Cada 8 de mayo la princesa, tú y los reyes deben pasear por las calles de Naevis, saludando a los ciudadanos y viendo que todo esté en orden en el pueblo —terminó de colocar todo y empezó a acariciar al animal.

— Sí, unas cuantas veces fui a ver a los reyes, nunca creí poder ser parte de ese ritual —susurré lo último y mire a la mayor con miedo.

— Le ayudo —dijo Yeji y yo acepté ya que no tenía ni la menor idea de cómo hacerlo.

— Primero debes colocar tu pie derecho acá, después con una mano en la montura y otra en mi hombro haces fuerza para subirte —agarré aire para hacer lo que me dijo y cuando coloqué el pie donde me dijo sentí como puso sus manos en mis caderas, seguramente para evitar que me caiga de espalda y muera.

— Wow, es muy alto —sentí como el caballo se movió un poco y agarre con miedo la mano de Jimin.

— Cálmate —no sé si se lo decía a mí o al caballo— Nunca debes de sacar tu mano de la montura ¿okay? —apreté el lugar de la montura y afirme con la cabeza —Tampoco, nunca debes de soltar las cuerdas, que se te caen y no creo que puedas bajar sola.

— Ajá, que chistosa —murmullé.

— Con la cuerda lo controlas, moviéndolo a los lados doblas y hacia atrás frenas —afirme, sin moverme — No es tan difícil, pruébalo —le dio una leve palmadas en el trasero y yo cerré los ojos del miedo — Salta al ritmo del caballo.

— Se está moviendo —repetí una y otra vez mientras hacía todo lo que Jimin me dijo.

— Recuerda que eres una princesa, Minjeong, derecha y siempre con elegancia —me gritó y vi como se subió a su caballo como nada y comenzó a andar — Vamos a dar un paseo —como pude la seguí hacia el camino de tierra que había.

— ¿Es normal exitarse por el constante salto? —intenté bromear al ya dejar el miedo.

— Ryujin me contó de que estabas sufriendo por tu mes sin sexo —maldita enana, era un secreto — Así que supongo que es normal para alguien como tu

— Ni se te ocurra tocarme como la otra vez, que desde ahora le seré fiel a la princesa —miré el paisaje para agregarle dramatismo.

— Y aún te quedan 11 meses —dijo entre risas y yo la mire asustada, ni loca duraba tanto tiempo.

— ¿Cómo lo hizo el Rey Ok? —pensé en voz alta.

— Él solo tuvo medio año de entrenamiento y era un chico virgen.

—¿Y Kibum?

— Al principio se escapaba para acostarse con su ex novio Minho pero después Taeyeon se infiltró para coquetearle, se rumorea que tuvieron un trío ya que Minho nunca dejó de verse con el Rey —afirmé con la cabeza mientras la escuchaba, cada vez me interesaba más la historia de este reino, era como una telenovela — Llegamos —miré a mi alrededor y me di cuenta que estábamos en la entrada de la ciudad.

— ¿Qué hacemos acá? —pregunté con una sonrisa al ver a más gente caminar por ahí.

— Jimin, nos van a ver —la regañó Yeji que estaba atrás de nosotros en una bicicleta.

— Myeong va a estar muy solo mientras tu estés en tus lecciones —la miré confundida — Vamos a conseguirle un amiguito —comenzó a cabalgar y yo la seguí — Busquemos un perrito abandonado por ahí.

Ambas comenzamos a andar por las calles mientras mierbamos a todos lado en busca de un perro ideal para que acompañará a Myeong. Yo también aprovechaba de mirar en cómo estaba la ciudad, estaba exactamente igual que antes una que otra construcción estaba terminada, pero ningún cambio grande, sólo había pasado un mes no era de sorprenderse.

Comenzamos a hablar de cómo la gente nos miraba raro, no era normal ver a dos mujeres andar en caballo por la capital y más si una era tan bella como yo. Más de un chico dejaba de hacer sus cosas para vernos, Jimin me dijo que no importa lo que la gente hiciera, yo debía mantener mi compostura pero algo no me dejó mantenerlo, mejor dicho alguien.

— Giselle —susurré al ver como ella se besaba con otra chica.

Rápidamente cambie el rumbo y anduve lo más rápido que el animal podía.

Like A LionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora