Gründe zu leben 1

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Solté un insulto al despertar, no tenia ganas de abrir los ojos ni mucho menos de levantarme. Pero al recibir la luz del sol en mi cara ya había despertado, agarré la almohada y la use para taparme la cara, no queria iniciar un nuevo día.

— Joder —volví a insultar a escuchar como alguien entraba — ¿Cómo es que siempre saben que desperté? —tiré la almohada y me senté en la cama, ya bastante enojada.

— Sus insultos se escuchan desde afuera, señorita —dejó la bandeja con comida a mi lado — Además, siempre despierta a la misma hora.

— Maldita sea —agarré la tasa de café para beberlo — Ahora entiendo porque Minjeong te odiaba tanto, Hyewon —murmuro antes de beber.

— Sólo hago mi trabajo —levanté la mirada al ver que no se estaba yendo — Mark la espera en la puerta —me informo y yo solo suspiré.

— Déjalo entrar —dije algo insegura para luego volver a acostarme, sabía a que venia y no queria pelear con él ni tampoco hablar.

— Esperaba que tu habitacion estuviera más desordenada, mi amor —no pude evitar sonreír al escuchar su voz, lo extrañaba bastante — Creo que es bueno ver que todo estar ordenado, teniendo en mente que no dejas que las trabajadoras trabajen.

— No las necesito —murmullé y sentí como mi esposo se sentaba en la cama — Puedo cuidarme yo sola.

— Lo sé, mi amor —sentí como acariciaba levemente mi pierna — Y no sabes cuanto amo eso de ti, eres una chica fuerte física y psicológicamente —me destapé la cara y me gire para verlo en la cara, él sonrió levemente.

Siempre me ha gustado como me trata, el comportarse como mi mejor amigo a veces y como mi esposo cuando debía. Fuimos amigos desde que ya hace 13 años, él apoyaba mis maldades y yo las suyas, siempre creando caos en la mansión.

Pero esta vez no le sonreí ni mi corazón se aceleró, deje de verle la cara y mire el piso. Siempre me trato bien, nuestra relacion siempre fue mas risas que otra cosa y nuestro sexo tampoco era malo, él no merecía que yo lo dejara de amar como siempre lo he hecho. Pero no sabía como decírselo y por eso no he hecho mas que escapar de su cálida sonrisa.

— Por favor, no pongas esa cara —me agarro de las mejillas y me hizo mirarlo a los ojos, estaban llorosos, pero de todas formas me sonreía con cariño — No me enojaré porque tu corazón ya no me corresponde —dijo antes de que dos lagrimas salieran — Tanpoco me enojaré porque le pertenece a una mujer.

— Perdón —susurré y él me soltó para luego abrazarme con fuerzas.

— Sólo no dejes de ser feliz ¿bien? —me susurró — Ella volverá y la debes de recibir con una sonrisa —se separó levemente para mirarme a los ojos — Si ya no vas a sonreír por mí, hazlo por ella, por favor —asentí con la cabeza y limpie sus lágrimas con mi sabana.

— Perdón —volví a decir y él negó.

— El amor no es algo que se pueda controlar —murmullo para luego separarse y levantarse — ¿Quieres ir a ver cómo están tus hijos? —afirme con la cabeza y me levanté de la cama.

He vivido tanto tiempo con Mark que sabía perfectamente que, aunque lo ocultara estaba enojado, pero no conmigo, sabía estaba enojado con él mismo por no haber hecho un buen papel como mi esposo, aunque haya sido un mejor esposo que los de los libros o que sus padres. Estando siempre cuando podía a mi lado, haciéndome reir, aunque tuviera un mal día y acompañándome en mi mejores dias.

Aunque mi corazón dolía bastante por dejar de amar al hombre perfecto, un gran peso se me fue de mis hombros al ver que el entendía la situación.

Porque tenía razón, yo no decidí enamorarme de Yeji y aunque intente dejar de pensar en ella, no pude controlar que mi enamoramiento no dejara de aumentar a tal punto que al escuchar el grito de Yizhuo, supe que ya no había vuelta atrás.

Sé que nunca sabré cuándo comenzó todo, si fue en el internado donde fuimos inseparable, después del accidente cuando me ayudo a intentar junto a Mark a recupérame o cuando se dedicó cada día a cuidarme desde que se enteró que estaba embarazada.

Pero si sabía el día que me di cuenta.

"Te amo" me susurró luego de darme un corto y tierno beso en los labios para luego irse de mi habitacion, dejándome sonrojada y confundida. Sentí una gran felicidad al escuchar esas palabras salir de sus labios, pero no fui tras ella por los pensamientos de que solo eran las hormonas del embarazo. Pero al aceptarlo luego de una noche entera de una pelea interna, ya se había ido.

— Son hermosos ¿no? —escuche hablar a Chaehyun.

— ¿Por qué te envió Minjeong? —pregunté sin dejar de ver a mis hijos.

— Ya sabes porqué —vi como acaricio levemente la cara de Sakura — Aunque Minjeong sea una chica torpe e inmadura por fuera, siempre fue alguien que se preocupaba más del resto que de ella misma.

— Sólo espero que eso no la lleve hacer una locura en el campo de batalla.

— Estoy segura de que hará lo posible para sobrevivir, por nosotros —vi como sonrió levemente — Ella y Yeji volverán como si nada hubiera pasado, estoy segura.

— Ambas tienen muchos pendientes acá —susurré levemente enojada.

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