Ich mag dich sehr

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Minjeong se encontraba comiendo al frente mío y yo no podía dejar de mirarla, tenía que pedirle una cita pero no sabía cómo. Había pasado una semana desde que tuve la conversación con NingNing, durante toda esa semana me dedique a saber si realmente me gustaba Minjeong.

Y me di cuenta de que no me gusta estar enamorada, no me podía concentrar en nada, reía por estupideces y pasaba más tiempo jugando con la comida mientras veo a Minjeong comer, esto es horrible.

Lo peor es que NingNing se ríe cada vez salgo de mi burbuja. Yeji lo sabe y creo que Ryujin igual ya que todas se ríen de mí. La única que no sabía es Minjeong, no tenía idea de cómo decirle o darle pistas.

¿Cómo lo hago?

— Minjeong, me gustas —dije y escuché la risa de mi tía, Kang Seulgi.

— Eso es muy aburrido, primero di las razones por las que te gusta, no lo sé —dijo mientras movía su espada.

Nos encontramos en su habitación entrenando, ella lo tenía adaptado para poder entrenarme, nadie tenía permitido entrar, además ella no dormía acá, sino con su amiga, la profesora Bae.

— No sé cuáles son las razones, simplemente me gusta —con un ágil movimiento la deje en el piso.

— Dile eso y que te sientes cómoda con ella y todas esas cosas cursis —se levanto sin problema — Pero recuerda no decirle que eres la princesa, aún no es de confianza.

— ¿Qué puede hacer ella, matarme? —dije entre risas y volvimos a pelear — No tiene la inteligencia ni la fuerza para hacerlo.

— ¿Estás segura que te gusta? —preguntó confundida.

— Creo que sí —suspiré y me senté en el suelo— Tiene muchas que odio, como su forma de ser y de vestir. Hace una semana pensaba en matarla todos los días antes de dormir, aún lo hago pero creo que eso lo que me gusta de ella, su torpeza, su despreocupación a la vida, su actitud y Dios ¿la has visto acaso? es hermosa.

— ¿Dónde está mi Yu Jimin? —se sentó a mi lado— Dile eso, dile cuanto la odias y termina con "pero me gustas" no lo sé.

Seulgi tenia razón, si decía esas palabra que salían de mi corazón no iba a ser tan difícil, tenía que hacer que el corazón hablara por mí, no pensarlo mucho y luego pedirle la cita.

Decidida salí de la habitación para dirigirme a la habitación de Minjeong, no quería esperar más, quería poder soltarme ante ella y tener momentos románticos como los de mis padres. Cancele la junta con Baek para estar con ella así que no podía dar ni un paso atrás.

— Kim Minjeong, necesito hablar contigo —grité al entrar a la habitación.

— ¡No es lo que piensas! —gritó y nuevamente la vi caerse de la cama — Ah eres tú, deberías tocar antes de entrar.

— Y tú tener más cuidado, algún día podría ser tu compañera de habitación —caminé hacia ella y la ayude a desatarla.

— Somi esta muy ocupada viendo a su novio, ella aprovecha cada segundo para estar con él así que no debería tener problema —soltó un suspiro— ¿Qué pasa?

La mire a la cara y mi mente se puso en blanco, solo podía pensar en lo hermosa que se veía sonrojada y algo cansada, debió ser por el susto pero mi corazón dejó de funcionar bien por lo débil y tierna que se veía.

— ¿Te excita amarrarte? —dije sin pensar ni apartar la mirada de sus labios.

— Bueno, no es algo fácil de decir, no es que me excite estar amarrada en mi cama es sólo que- —

— Sí o no —se calló rápidamente y vi como comenzaba a ponerse cada ves más nerviosa.

— Sí —susurró y bajo la mirada — No se lo digas nadie, por favor.

— Cállate —alce un poco la voz — ¿Te has imaginado que alguien te amarrara y te hiciera esas cosas que tanto te gustan? —lentamente me fui acercando, no sé donde había quedado mi timidez.

— Sí —susurró y su sonrojo aumentaba.

— ¿Con quién? —acaricie su mejilla — Responde —dije alto al no escuchar respuesta.

— Con la profesora Kang —susurró e inmediatamente me separé de ella.

— Que asco, es mi tía —dije saliendome completamente del papel.

— ¿En serio? Eso explica muchas cosas —susurro lo último y la mire confundida, no nos parecíamos en nada — Ambas son algo intimidantes y tiernas, también saben bailar bien, como en su clase de danza de hace tres semanas atrás, tú fuiste la que más destacaste en la clase y ni hablar de que ambas son muy sexys.

— Es mi tía, cálmate —pase mi mano por mi cabello.

No sabía que era buena bailando, solo hacía lo que me decían, tal vez por eso soy buena con la espada. Tampoco nadie me había dicho que era tierna, unas cuantas chicas de cursos menores me tenían miedo así que lo de intimidante ya lo sabía, tampoco me habían dicho que soy sexy, no es que tenga mala autoestima, sólo que esas cosas nunca pasaron por mi mente por lo ocupada que estoy.

—¿Realmente piensas eso? —susurré mientras veía al piso.

— ¿Lo de tu tía? Estoy segura que más de una ha pensado eso, tiene todo un harem en-

— Hablo de mí —la interrumpí y le mire a la cara.

— Claro, tienes unas curvas hermosas y una mirada que intimida más que la Reina, creo que por tu hermoso lunar, pero tus mejillas te hacen ver muy tierna cuando te pones tímida, como la vez que te pusiste el abrigo al revés esta semana, te sonrojaste tanto cuando te diste cuenta —lo último lo dijo entre risas — Me sorprende que te sorprendas que piense eso de ti, eres hermosa.

Me sonrió y sentí que una lagrima salió sin permiso, no sabía porque lloraba pero ella rápidamente me abrazo. Me costó responderlo ya que no estaba acostumbrada al contacto físico con la gente, al hacerlo mis lágrimas aumentaron. Realmente no sabía lo que me estaba pasando.

Así pasamos un largo tiempo, ninguna hablaba y yo solo lloraba en su hombro mientras ella acariciaba mi cabello. Me sorprendía de que ella no se riera o lanzará alguna broma por verme llorar pero lo que más me sorprendió fue que se quedara callada, pero aun así sentía que ella me consolaba. Me sentía tan cómoda entre sus brazos que mi corazón se aceleraba.

— Perdón por mi comportamiento —dije al separarme de ella.

— No pidas perdón por expresarte —me arregló el cabello.

— Minjeong —comencé.

— ¿Sí? —sacó su mano de mi pelo y me miró atenta.

— Soy la princesa —dije segura pero me arrepentí al darme cuenta de lo que dije.

— ¿Qué?

— Me gustas, eso, Minjeong, me gusta y mucho—tartamudee y ella simplemente rió.

— Pensé que me odiabas —parecía tranquila y eso me dejó confundida — También me gustas Yu Jimin —dio un tierno beso en la mejilla — Y mucho —agregó.

— ¿En serio?

— Claro que sí, por eso te pedí ayuda para estudiar, quería... no, necesitaba pasar tiempo contigo, conocerte y esas cosas—vi que miro el reloj de la pared —Somi ya vendrá y tengo que ordenar la habitación —me dio otro beso en la mejilla.

— Uh sí, sí, te veo mañana —me levanté con torpeza pero antes de salir corriendo le di un beso en la frente — Le gusto a Minjeong —susurré al ya esta afuera de la habitación, mi corazón estaba a mil por segundo y sentí como mis mejillas ardían — Le gustó a Minjeong —repetí con una sonrisa.

— Oh por dios, le gustó a Jimin —escuché gritar a Minjeong a todo pulmón.

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