—Strange. —habló, mientras el aprovechaba la puerta entrecerrada para lanzar su capa, haciendo que tomara a May del cuerpo y la llevara a la habitación del hechicero.
—Wong. —lo saludó, haciéndose a un lado para que pasara. —Pensé que vendrías después.
—¿Invitaste a alguien? —preguntó, mirando que la nieve ya no estaba en el suelo.
—Ninguna persona tiene tanta suerte. —se dio le vuelta, cerrando con seguro la puerta donde May estaba.
Wong no dejaba de recorrer sus ojos por el santuario, como si buscara algo. Sonrió y asintió, comenzando a subir las escaleras.
—¿Qué fue lo qué pasó? —siguió caminando. —Háblame del hombre araña y... esas criaturas que salen en los noticieros.
—Todo ese problema quedó resuelto. —Stephen comenzó a seguirlo, sin despegar la mirada de su habitación. —Solo quedará reparar los daños materiales.
—El multiverso es peligroso, no lo olvides. —le recordó. —Al menos... regresaste a todas esas arañas a sus hogares, junto a sus respectivos villanos.
—Sí, a todas. —afirmó.
Wong dejó que se confiara y caminó rápido a la habitación, pero Stephen logró tomarle la mano justo en la manija de la puerta.
—¿Qué ocultas?
—Yo no oculto nada, solo es mi habitación. —le sonrió. —Mi privacidad.
Wong dio un paso atrás, pero con un hechizo abrió la puerta sin pensarlo, mirando toda la habitación.
No había nada, las luces estaban apagadas, solo la capa estaba levitando a un lado de la cama.
Entrecerró los ojos buscando algo extraño, pero lo único extraño ahí era la actitud de Stephen, haciéndole perfecto juego con su apellido.
Aunque el negó con la cabeza, al ver que su ventana estaba entreabierta, jugando con la cortina.
—¿Necesitas algo? —le preguntó, dando la vuelta para verlo salir.
—Solo vine a visitarte, tengo una reunión muy importante.
—¿Con quién?
—Con abominación.
—¿Sigues viéndote con él? —Stephen lo detuvo. —Eso es peligroso.
—El multiverso más. —repitió, bajando las escaleras para crear un portal, en donde dejaba ver una celda con rayos rojos protegiendo al hombre que estaba dentro. —No tardaré.
Le hizo una mueca y cruzó, sin antes darle una palmada en el hombro.
—Eres mi mejor amigo Stephen. —sonrió, dando la vuelta para irse. —No hagas más hechizos... por nuestro propio bien.
Stephen no le respondió, ni siquiera se mustio en decir algo más, sino alzó su mano para que la capa llegara a él y la colocara en su espalda.
Subió con rapidez, para abrir la puerta de la habitación y verla vacía.
El poco aire que entraba le colocaba la piel de punta, pero el solo dio un suspiro y tomó su cabello con ambas manos, sintiendo que caería en un colapso de estrés, hasta que escuchó una voz.
—¿Ya se fue? —preguntó.
May se deslizó por la telaraña, ya que estaba en el techo, hasta quedar frente a él.
—Me supuse que era el otro hechicero. —sonrió, y él se dio cuenta porque su máscara se movió. —El más inteligente que tú.
—May Parker ¿verdad? —preguntó.
—Elizabeth si te gusta más.
Stephen no le respondió, sino se dio la vuelta con intenciones de que lo siguiera. Y así fue, ella se dejó caer y acomodó traje, ya que lo sentía un poco más apretado.
—Oye. —habló.
—¿Qué?
—¿Puedes hacerme un traje más grande? —May se quedó de pie, mientras estiraba sus brazos, viendo que estaba roto y le quedaba más ajustado. —No me ha dado tiempo de hacerme otro y creo que el cambio de universo me hizo más... ancha.
—¿Crees que soy un sastre?
—Tienes razón. —río, sacándose su máscara para empezar a caminar y pasar a un lado de él, rozándole su mano por la espalda. —Ni siquiera puedes hacer un hechizo y eres hechicero, menos podrás con un traje de araña.
Stephen sonrió, aunque trató de ocultarlo, haciendo una pequeña mueca en su cara.
Le parecía interesante la manera en la que ella era descarada, ni siquiera se preocupaba en disimular, ella coqueteaba.
—¿Cuántos años tienes?
—Casi 2 ingenierías.
Chasqueó la boca por la respuesta y llegó primero a la puerta que llevaba al laboratorio, para abrir y dejársela caer en la cara, aunque May lo detuvo a tiempo, antes de que lograra su cometido de querer golpearla.
—¿Qué harás?
—Limpiar el desastre.
—Te ayudaría, pero ya lo hice bastante. —sonrió, sentándose en una mesa que había, subiendo sus piernas para abrazarse, asimismo, mientras el veía todo el lugar desordenado.
Stephen dejó de prestarle atención e intento recordar el nombre de aquel hombre que portaba un traje de araña, pero se le hizo inútil, no recordaba nada de él.
Si recordaba la pelea con Thanos, recordaba el hecho de haber peleado a un lado de él hace poco tiempo, pero lo recordaba con su máscara, no recordaba una mención con su nombre, incluso Tony Stark lo llamaba "hombre araña" en las noticias, ya que sabían que era su protegido.
Igual en su mente estaba la idea de las otras personas que estaban ahí, pero ya no iba a preocuparse en eso, su preocupación era la mujer que no había regresado a su universo y por alguna razón sentía algo extraño en ella.
Recordaba fragmentos de todo, recordaba a Miles y su rostro, recordaba a las otras arañas, pero no nada de ellas.
Recordaba a May desde el primer momento, hasta cuando lo besó.
No iba a negar que era atractiva para su gusto. Su figura quedaba bien en su traje ya que era lo único con lo que la había visto.
Desapareció unos papeles que estaban en la mesa, sin desear ver nada en ellos, al igual que unas pipetas de laboratorio.
Hasta que vio una computadora que no era de él.
—¿Crees que...? —Stephen volteó a ver, cuando se dio cuenta que May ya no estaba en la habitación y escuchó como la puerta principal se azotó con fuerza.
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Calling || Doctor Strange
FanfictionDespués de la batalla final, Stephen Strange pensaba en un maravilloso y tranquilo plan de retiro. Eso hasta que un problema multiversal se presentó, dándose cuenta que esa teoría era cierta y no estaban completamente solos. ¿Qué tendría que hacer u...