Cap 16 - si no te gusta, quítamelo.

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Vio todo el santuario como si fuera la primera y buscó la última habitación, en donde solo había una cama y un escritorio, suponiendo que nadie se quedaba ahí porque estaba vacío.

Dejó su mochila en la cama y fue a echarle un vistazo al baño, dándose cuenta tenía razón, estaba descuidado, pero había agua, lo más importante.

Abrió la regadera y se puso bajo el agua, dejando ver cómo el suelo se tornaba rojo por la sangre que tenía en su traje.

Poco a poco fue quitándoselo, hasta quedar desnuda, dejando ver la pequeña costura que tenía en el vientre, pero se le veía bien, al menos eso le daba un poco de consuelo.

Colocó ambas manos en la pared, dejando que el agua recorriera por todo su cuerpo, mientras su pecho subía y bajaba, sintiendo próximo un ataque de ansiedad, sentía que iba a morir.

Le pareció confortante la idea de tener a las otras personas con las que estaba, porque sentía paz, no las recordaba como tal, pero en los recuerdos que tenía estaban divirtiéndose como si fueran amigos... como si fueran hermanos.

Pero se sentía sola ahora, era agobiante saber que lo estaba, aunque tratara de esquivar esos sentimientos de miedo en su ser.

¿La tía May estaba bien?

¿Estaría buscándola?

¿El tiempo funcionaba diferente?

Los universos... ¿Estaba muy lejos del suyo?

No vio a Eddi en todo el camino, así que seguiría buscándolo, teniendo la esperanza que, si ella no había desaparecido, él tampoco lo hizo.

Estaba segura que el hombre araña de ese universo aún seguía dando vueltas por ahí, así que también lo buscaría y no podría haber problemas otra vez... al menos del mismo tipo.

Tomó una toalla que suponía que era para invitados y se la colocó en su cuerpo, aunque una parte de sus muslos se veían por lo corta que estaba.

Abrió la puerta y miró por un momento la ventana, peinando su cabello con las yemas de sus dedos.

Se sentó en la orilla de la cama, quitándose la toalla, quedando desnuda, y después de secar su cabello, buscó en su mochila aguja e hilos, tomando de nuevo su traje.

—Pues... por lo visto será un largo tiempo por aquí. —murmuró, antes de dar un suspiro.


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—¿May? —preguntó, dando toques en la puerta.

No recibió ningún tipo de respuestas y no le tomó otra opción más que abrir la puerta de golpe.

No había nada ahí, solo la maleta de May en la cama y su ventana está abierta, dejando entrar el aire, acondicionando el lugar, haciéndolo más fresco.

—Parker, Parker. —negó con su cabeza para acercarse a su cama, cuando sintió que alguien estaba detrás de él.

—¿No te enseñaron a tocar la puerta? —preguntó.

Giró su cuerpo completo para verla, había modificado su traje, menos su color.

Seguía estando ajustado a su cuerpo, la diferencia era que dejaba caer su cabello por la parte de arriba.

Su máscara dejaba descubierto sus labios, eran rojos, se veían hidratados sin saber si se trataba del labial o que se había bañado.

En la parte del pecho tenía un ligero escote, dejando ver un poco sus pechos.

—¿Te gusta? —May se acercó a él, para pasar a un lado. —Ya que no quisiste modificarlo, tuve que hacerlo yo misma.

—¿Era necesario todo eso?

—Claro. —sonrió. —Una mujer me dijo "¿eres el hombre araña?" por dio...Odin.

—Ya veo. —se giró, para darse cuenta que May ya no tenía su mascara y estaba enfocado en él.

—¿A qué vienes?

—Asesorarme en que estés aquí. —la miró fijamente a los ojos. —Te encanta... escapar.

—Bueno... no me escaparía si estuvieras aquí conmigo. —coqueteó.

Stephen lanzó una pequeña risa e iba a dar la vuelta, cuando May se levantó sin pensarlo para lanzar una telaraña en la manija de la puerta.

—Ay, lo siento. —se disculpó, acercándose a su oído. —Me salió de la nada.

Stephen dio la vuelta para mirarla y le sonrió.

—¿A qué estás jugando?

—No. —interrumpió. —¿A qué estás jugando tú?

—Yo pregunté primero. —se acercó a ella, para mirar sus labios. —Y tú me besaste primero.

—¿Hablas de...? —May comenzó a reírse, haciéndose hacia atrás para caer en la cama. —Yo hablaba de los universos y esas cosas.

—No esquives el tema.

—Solo fue un beso, Strange. —se defendió, extendiéndose. —No deberías alertarte.

—¿Entonces que debería hacerlo?

—Que no encuentras la manera de regresarme... a mi universo. —suspiró, para mirar la ventana. —Tal vez mi sentido del humor sea raro y sea lo que me mantenga serena, pero me inquieta saber que ni siquiera tú sabes lo que está pasando y te niegas a recibir ayuda de alguien más.

Stephen la miró y después miró la ventana, para ver qué era lo que tanto miraba, dándose cuenta que era nada, era un punto fijo, causando que ella se perdiera en sus pensamientos.

—Estoy trabajando para regresarte. —aseguró, quitando las telarañas de la puerta para salir. —Te juro que pronto te irás de aquí.

Azotó la puerta y ella chasqueó la boca después, para cerrar sus ojos, buscando descansar.

Calling || Doctor StrangeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora