Cap 36 - ya me perdieron... me enamoré.

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May llegó atrás de Stephen y le dio un beso en su gran espalda. El día estaba fresco, estaba nublado, aunque no tanto. Se apreciaban algunos rayos del sol.

—¿Quieres ir a la fiesta de Stark? —le preguntó, mientras disfrutaba los besos que ella le daba. —Para que vayamos a comprar algo, antes de que se haga más tarde.

—Me gustaría que llevarás un smoking color azul. —lo giró, para darle un beso en los labios. —Como tus ojos.

Stephen se sonrojo al sentir la mirada de May. Sus ojos estaban dilatados, sus labios estaban rojos e hinchados, sin saber si era por el fresco que estaba haciendo.

Nunca se había sonrojado por las palabras de alguien, claro que había sentido la emoción de enamorarse, pero lo que estaba experimentando con ella nunca lo había sentido.

Estaba feliz de tenerla a su lado.

Pero su pesadilla había comenzado cuando abrió sus ojos, dándose cuenta que se había quedado dormido en la habitación de May. Habían pasado 6 días desde el centro comercial, que no supo a dónde se fue.

Sabía que no estaba en su universo.

Sabía que se la había llevado.

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—Doctor Stephen...

—Buenos días. —sonrió. —Disculpe... ¿no vino una mujer a comprar?

—La castaña. —el señor que había preparado el té se acercó. —Muy buenos modales.

—Sí, ella.

—¿Se le olvidó algo?

—No, no. —interrumpió. —Vengo por ella.

La cajera giró lentamente su cabeza al señor que estaba teniendo la conversación con Stephen y esperó a que el hablara.

—Doctor Strange...

—¿Sí?

—Ella se fue con usted.

Él quitó su sonrisa y miró todo el lugar, para después salir. Notó que el centro comercial estaba tranquilo, incluso el no sintió ninguna presencia de algún otro ser y eso lo estaba preocupando.

Abrió un portal al santuario, dándose cuenta que todo estaba intacto, no había ni una mancha o algún mueble fuera de su lugar, todo estaba tranquilo.

Menos él.

Menos su mente.

Menos su alma.

Ni siquiera se preocupó en algo más, ni en levitar o llamar su capa, sino corrió a gran velocidad a la habitación de May.

Tampoco estaba ahí.

Su habitación estaba ordenada, incluso tenía muebles nuevos que él había comprado para empezar a remodelarla.

Su visión era que ella se mantuviera con él, y él con ella, no veía otro camino.

Sintió un revoltijo en el suelo cuando vio una bolsa de regalo en su escritorio que no dudó en abrir. Tenía un collar con un dije. Era un corazón rojo envuelto en una telaraña color negro.

"Feliz Halloween, hechicero"

Cerró los ojos y lo acercó a su pecho, cuando la puerta comenzó abrirse, rechinando. Giró su cabeza para ver y dio pequeños pasos a ella, dándose cuenta que ahora la puerta de su habitación era quien se estaba abriendo.

Algo lo estaba llamando y no dudaría en ir.

Entró a su habitación, llamándole la atención que el darkhold estaba abierto.

—May... —susurró, acercándose y extendiendo sus manos para tomarlo. —¿Qué me estás haciendo, linda?

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—¿Qué quieres de mí?

—Solo quiero que seamos felices. —sonrió, acariciando su rostro. —Es nuestro destino, de una o de otra manera.

—Alterarás otros universos.

—¿Pensaste en eso cuándo te enamoraste de Stephen 199999? —preguntó, soltándola.

Ella no respondió por falta de fuerza. Su estómago estaba revuelto y si sentía que seguía hablando vomitaría todo lo que había comido los últimos 3 meses.

—Le advertí que iría por ti.

—¿De qué hablas?

—¿No te lo dijo? —arqueó las cejas, mirándola de pie a cabeza. —Pensé que te mantenía la confianza.

—¿De qué estás hablando?

Su voz se empezaba a escuchar cortada y apretó sus puños, mirándolo fijamente a los ojos.

Había tanto dolor y sufrimiento, que por un minuto sintió compasión de él, pero solamente ese minuto.

—Le dije que iría por ti. —suspiró. —Le dije que iría por...

Alzó su mano para acariciar su rostro, pasando su pulgar por sus labios.

—No llores. —tomó la palabra, acercándose a ella. —No voy a lastimarte.

🕸️

Miguel O'hara se había quedado solo con Luna de la 616. Su romance no había durado mucho, ya que después de la muerte de James, ella tenía el pensamiento de quedarse sola emocionalmente, buscando aventuras solo para satisfacer sus necesidades.

Eso cambió hasta que Stephen 606 comenzó acercarse a ella, ganándose su corazón y su confianza, dándole la oportunidad de confiar de nuevo.

—Tenemos que ir ya. —susurró. —Lo pensamos mucho, Miguel... ya la tiene.

El asintió con su cabeza y se acercó.

—Ve con Stephen y hazlo alejarse.

—Es un hombre enamorado.

—¿Qué tiene de relevante?

—Una persona enamorada es capaz de hacer cualquier cosa, O'hara. —interrumpió. —Mira a mi Stephen.

—Pero al final si se quedó contigo.

—Porque ambos lo deseamos así. —dio la vuelta, sentándose en la silla más grande. —Su universo aún conserva a su Luna, cuando sienta mi presencia no dudará en atacarme.

—¿Por qué te atacaría?

—Tiene sus razones.

—¿Cómo cuáles?

—Proteger a su familia, tal vez.

Pareció pensarlo, pero todos sus pensamientos fueron robados cuando Stephen 606 entró, mirándola fijamente.

—Ya abrió el darkhold.

Calling || Doctor StrangeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora