May abrió sus ojos y se dio cuenta que ya no estaba en su habitación, sino estaba en la de Stephen, reconociéndola por el montón de libros en las esquinas.
Quitó la manta de su cuerpo, dándose cuenta que tenía una pijama muy grande, al igual que estaba bañada, mirándolo por su cabello humedo.
—Buenos días. —dijo, dándole un pequeño susto. —No quise despertarte.
Traía una bandeja en sus manos, donde se podía ver unos pequeños hot cakes, té y miel.
—Me atreví hacer el desayuno.
—¿Cocinas? —May marco una gran sonrisa en su rostro, pero era demasiado tierna, no la había visto, dejaba ver sus dientes blancos y afilados. —¿Desde cuándo?
—Desde hace 1 hora. —respondió, colocando la bandeja a un lado. —Ten un buen provecho.
Le sorprendió lo que le había dicho, ya que, todo lo que habían comido anteriormente lo había hecho aparecer con hechizos simples, etc.
Se levantó y antes de que el saliera le tomó la mano y lo miró fijamente a los ojos. Quiso abrir la boca para decir algo, pero se negó, tomando la decisión de acercarse a darle un beso en el cachete, que el recibió con gusto.
—¿Crees que necesites algo más? —le apretó levemente la mano, mientras se acercaba un poco a sus labios. —Cualquier cosa, pídemelo.
—Creo que... solo ropa.
Stephen arqueó las cejas y miró su propio closet, pero ella le tomó la barbilla para que la mirara.
—Para mí, Strange.
—¿No te gusta la mía?
—Hablo de ropa interior. —interrumpió, mientras ella tomaba parte del pijama y la apretaba, dejando ver sus senos. —Es que... llevo como 3 semanas que no uso.
—May. —dio la vuelta para abrir la puerta. —¿Por qué no me dijiste?
—Me dio pena.
—¿Pena? —se rió, mientras la miraba de pie a cabeza. —Te da pena pedir cosas que necesitas, pero no pelearte conmigo.
—Son cosas diferentes.
—Desayuna, apresúrate y te espero para que vayamos a comprar, al menos para el poco tiempo que te queda aquí. —suspiró. —Yo creo que lo más pronto podré regresarte a tu universo... solo falta un poco más.
El salió y ella giró su mirada a la cama, para empezar a caminar a él y sentarse con cuidado.
No quería tocar el tema de anoche y otra parte de ella si quería hacerlo.
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—Te ves bien. —le sonrió. —Me gustan esos jeans.
—Fue del primer día... antes de ponerme el traje.
—Sí, lo recuerdo. —abrió la puerta. —¿Nos vamos?
—Está bien.
Ella salió primero, apreciando el bonito sol que había salido. ¿Veía el día bonito solo por Stephen? Tenía que ser una mala broma.
Solo una noche y de vuelta a su universo.
¿Por qué mejor no otras noches?
—¿Quieres... irte en mi auto?
—No. —lo miró, mientras alzaba su cabeza a dirección de las calles. —Caminemos.
—Cómo gustes.
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Calling || Doctor Strange
Fiksi PenggemarDespués de la batalla final, Stephen Strange pensaba en un maravilloso y tranquilo plan de retiro. Eso hasta que un problema multiversal se presentó, dándose cuenta que esa teoría era cierta y no estaban completamente solos. ¿Qué tendría que hacer u...