Cap 31 - sargento chismosillo.

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—¿Cómo estás? —le preguntó.

—¿Le preguntas eso a un hombre que perdió al amor de su eternidad, en una batalla que pudiste haber evitado?

—No tenía alternativa.

—Eso no era lo que me decía. —interrumpió, dando la vuelta para verlo. —¿A qué viniste?

—Necesito...

—¿Necesitas? —James sonrió, mientras negaba con su cabeza. —Ahora eres tú quien necesita de mí.

—Sargento... yo no podía hacer nada por...

—Ya no digas nada. —lo interrumpió. —Habla rápido, tengo cosas que hacer.

—Luna conservaba un libro.

—¿Qué tipo de libro?

—El darkhold.

El castaño giró su cabeza adentro de su casa, quien Strange estaba admirado, realmente era más grande de lo que creía, todo se veía tan tranquilo para un hombre así.

—¿Quién te dijo que vinieras?

—Wanda y Natasha me han dicho que tú podrías saber algo.

—¿Natasha estaba de acuerdo?

—Y nos dimos un abrazo de despedida. —sonrió, mientras trataba de verse tranquilo.

James negó con su cabeza y dio la vuelta para abrir la puerta lentamente. Esta hizo un rechinado muy agudo, incluso le puso la piel erizada al hechicero, quien lentamente se estaba acercando.

—Espero y entiendas que el haber abierto la puerta de nuestro hogar a ti, significa mucho.

El hechicero vio todo por dentro, estaba ordenado, limpio, pero le llamó la atención un juguete de caballo de madera que estaba en la esquina.

—¿Ellas te ofrecieron algo de beber?

—Sí, no te preocupes.

El castaño se sentó en el mueble de su sala y cruzó sus piernas, colocando su brazo en el descansa brazo derecho.

—Siéntate. —le ordenó, mientras veía cómo lentamente se acercaba a sentarse en el sillón de enfrente.

—¿Vas ayudarme?

El iba a responder, cuando se escucharon algunos pasos bajando las escaleras. El hechicero no quiso girar a ver, pero la inercia le ganó, viendo a un niño de aproximadamente 11 años.

Strange se levantó lentamente para verlo bien, juraba que se parecía a Luna, pero igual era la combinación perfecta de James y él.

Se pasó de largo, acercándose corriendo a un lado de su padre, susurrándole algo.

—¿Estás seguro? —le preguntó, viendo cómo asentía con su cabeza.

—El es mi hijo, se llama James Romanoff Buchanan. —lo miró, mientras Strange aún mantenía su boca abierta. —Decidimos poner el apellido de ella primero, porque...

—Mamá dice que el apellido nos da fuerza. —sonrió, levantándose. —Ven conmigo, señor Strange.

El niño pasó corriendo a un lado de él y comenzó a subir las escaleras.

—En verdad... que bien se lo tenían guardado.

—Después de la batalla en New York íbamos a retirarnos, pero supongo que todos nuestros planes estaban muy cambiados. —le sonrió, levantándose. —Ve con mi hijo, te dará lo que quieres.

El hombre que llevaba un suéter negro asintió con su cabeza y comenzó a subir las escaleras, aunque le daba mala sensación hacerlo, ya que era mucho silencio lo que estaba escuchando.

Calling || Doctor StrangeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora