A la castaña le causaba alta ansiedad estar tanto tiempo sola en un lugar tan grande, más sabiendo que se manejaban cosas con demonios dentro.
Sí, había espiado los libros de Stephen.
—May. —escuchó en su oído.
Ella giró su cabeza, pensando que el estaría detrás, pero ni siquiera había algo, ni la capa.
—¿Strange? —preguntó, sin recibir alguna respuesta.
Tomó valor de subir las escaleras, pero mientras lo hacía, sentía como alguien venía detrás de ella, haciendo que su sentido arácnido se alertara 100 veces por segundo.
—¡Ya! —gritó. —¡No estoy para bromas!
Sintió como un aire frío le pasó por todo el cuerpo, rodeándola, causando que la piel se le erizara por completo.
—¿Qué pasa? —le preguntó, viendo cómo se quedaba paralizada a mitad de escalera. —¿May?
Sintió que sus piernas volvieron a tomar fuerza y lentamente terminó de subir las escaleras, acercándose a él.
—Estoy... —suspiró. —Sentí algo.
—¿Tus sentidos arácnidos? —Stephen no dejó de mirarla, incluso su piel se tornó blanca, demostrando que estaba asustada. —Dime qué pasó.
—Escuché tu voz. —murmuró. —Pensé que estabas detrás mío, pero... el aire.
Stephen alzó su mano para traer su capa, colocándola en su espalda para bajar levitando, mientras ella miraba todo desde arriba.
Si era extraño verla así. No se asustó tanto con las criaturas que combatió, entonces esto tuvo que haber sido un poco más tenebroso para ella.
—No hay nada. —dijo, mirando todo el lugar como si tuviera algún tipo de visión nocturna. —Despejado.
Ella asintió y no bajó, sino el volvió a empezar a subir caminando las escaleras, con intenciones de meterse nuevamente a su habitación.
—Sueñas conmigo y a parte escuchas mi voz llamándote. —burló, antes de girar la manija de la puerta. —May Elizabeth Parker... la mujer araña con miles de ingenierías alucinando al pobre del hechicero supremo.
—Tanta suerte tuvieras. —le sonrió, negando con su cabeza. —Pero en verdad... había algo.
—Que no hay nada. —repitió, encerrándose.
May ni siquiera sabía que tanto hacía dentro, pero si sabía que estaba investigando cada vez más sobre los multiversos, ya que se escuchaban los portales que hacía a cada rato y lanzaba libros al suelo.
Y sentía que estaba más cerca.
Y ella se estaba aburriendo.
—Tiene que ser mi esquizofrenia. —murmuró, cerrando los ojos, hasta que sintió otro aire más cerca.
Se fijó en la parte de arriba, parecía una pequeña puerta de madera, aunque ya nada le parecía extraño.
Sabía algo y era que estaba abierta.
Por otro lado, Stephen estaba mirando un libro de los tantos que tenía regados en la habitación, pero sentía que faltaba algo, algo más preciso y algo más poderoso.
Pensó qué tal vez debía esperar a que Wong regresara, ambos conocimientos podrían tomar una decisión precisa y concreta, ya que no podía dar un paso en falso, por el bien del universo.
El portaba una sudadera negra hasta el cuello y pantalones.
Sacudió su cabeza y se levantó del suelo, para mirar la puerta.
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Calling || Doctor Strange
Hayran KurguDespués de la batalla final, Stephen Strange pensaba en un maravilloso y tranquilo plan de retiro. Eso hasta que un problema multiversal se presentó, dándose cuenta que esa teoría era cierta y no estaban completamente solos. ¿Qué tendría que hacer u...