May estaba trepada en el techo, como si fuera una araña descansando, mientras Stephen la veía.
Se veía tan graciosa porque su cabello caía sobre su cara y ella mantenía sus manos pegadas en el techo. Su playera era extremadamente pegada, así que no caía, ni dejaba ver nada que no quisiera que se viera.
Por parte de ella, estaba desestresándose, quería relajarse y sentir un poco de paz.
Hasta que abrió uno de sus ojos y se dio cuenta que Stephen estaba mirándola. Tenía su mano puesta en su barbilla, recargando su codo en el descansabrazo.
—¿Qué tanto me ves? —le preguntó, inclinando su cabeza.
—Pienso que pondrás huevos.
Chasqueó la boca y se dejó caer en las escaleras, deslizándose por la orilla.
Hasta llegar al suelo.
—Sigo sin creer que saques telaraña de tus manos.
—Hablando de eso, yo sigo sin creer que el hombre araña de tu universo use disparadores.
Stephen se levantó y entró a la cocina, haciendo aparecer un desayuno.
—Me gusta más cuando cocinas para mí. —May dio la vuelta en la barra, para quedar frente a él. —Deberíamos tener sexo más seguido para que despiertes con ganas de cocinar.
El tenso su mandíbula al escuchar eso, pero no respondió. No quería tener una relación seria con ella, pero tampoco planeaba utilizarla para tener sexo. No quería interpretar mal las cosas.
¿O era el quien estaba mal interpretando?
Ella sabía que tarde o temprano se iría a su universo, así que ambos eran los que tenían en claro las cosas.
¿O no?
—¿Tienes pareja en tu universo? —le preguntó, mientras ella detenía la cuchara para dar el primer bocado.
No le respondió, hasta que el la mirara a los ojos.
—No... bueno, creo que no.
—¿Por qué?
—Andábamos y éramos "felices". —dijo, alzando sus manos para doblar ambos dedos. —Pero se fue del país y no me dijo absolutamente nada.
—¿Por qué dices "creo"?
—Porqué nunca terminamos. —suspiró. —Solo se fue y ya.
—¿No te dejó ningún mensaje?
Negó con su cabeza y comenzó a comer. Stephen abría muy bien los ojos para verla, ella comía demasiado y ni siquiera se le notaba en su cuerpo.
—¿Tú tienes algo aquí? —guiñó el ojo, mientras acercaba un poco sus manos a un vaso de agua. —¿Una pareja? ¿Algo imposible? ¿Un amor que no olvides?
—Haces buenas preguntas. —sonrió. —Pero no, yo no tengo nada imposible.
Ella le sonrió de vuelta y espero a que continuara hablando. Stephen era demasiado atractivo a su parecer, cosa que le llamaba completamente la atención.
—Tuve una relación, hace muchos años, pero igual no funcionó.
—¿Se fue del país?
—No. —pausó. —Quien se fue, fui yo.
—Lo siento. —le dedicó una sonrisa tranquila, entregándole un pedazo de pollo con su mano. —Come para que te alivianes.
El reviró los ojos y lo aceptó.
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Calling || Doctor Strange
Fiksi PenggemarDespués de la batalla final, Stephen Strange pensaba en un maravilloso y tranquilo plan de retiro. Eso hasta que un problema multiversal se presentó, dándose cuenta que esa teoría era cierta y no estaban completamente solos. ¿Qué tendría que hacer u...