Cap 34 - hombres chichones como le gustan a la escritora.

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—¿Cuándo volvemos a salir? —preguntó, mientras la puerta se cerraba.

—¡Cuando vuelva a descansar! —gritó, azotándose la puerta en la cara.

May quitó su máscara y estiró su cuerpo, para después mirar las escaleras.

Stephen la estaba esperando con tulipanes morados, junto un colibrí artificial.

Su animal favorito. Sus flores favoritas.

—Strange... —murmuró, dando pequeños pasos.

—Me tomé el tiempo de comprarte lo que te gusta. —sonrió, entregándole el pequeño ramo. —Vi lo que hiciste en el puente.

—Ah, eso. —agachó su mirada, para ver sus pies. —Estábamos decorando y por casualidad... viniste a mi mente.

—Gracias.

Stephen se acercó, deseándole darle un beso en los labios, pero mejor tomó su barbilla y la alzó.
No quería verse ilusionado, tampoco motivado e incluso intenso.

—Tienes... arena. —mintió, soltándola.

—Ah, lo siento. —dijo, dando la vuelta. —A penas entraré a bañarme.

Ella empezó a subir las escaleras, cuando el la tomó de la muñeca, deteniéndola.

—¿Tú realmente quieres ir a la fiesta de Stark? —preguntó, mirándola. —Si gustas, podemos hacer una excepción.

—¿Cómo ir?

—Puedo dejar la casa embrujada, cuando los niños lleguen las puertas de abrirán, tomarán dulces y un pequeño susto.

—No me gusta tu definición de "pequeño susto". —se rió, al igual que el. —Pero... no lo sé.

—¿Por Peter?

—Aún Tony no sabe la identidad de él. —suspiró, sentándose en la escalera. —Me gustaría que estuviera en una reunión siendo el mismo... Peter.

—Lo entiendo. —asintió con su cabeza, sentándose a un lado. —Me gusta que seas... que pienses siempre en los demás.

May no respondió, sino siguió sonriendo, sin saber que más decirle. Era obvio que se ponía nerviosa, aunque algunas veces tratara de negarlo.

—¿Quieres que prepare algo para cenar? —preguntó, levantándose. —Ve a bañarte, te espero aquí.

—Me parece perfecto. —dijo, llegando de un brinco a su habitación.

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—Peter Parker de la 133. —lo señaló, mientras la araña presionaba su reloj. —Ve al universo de May Elizabeth Parker, no puede seguir en caos.

Asintió con su cabeza y dio la vuelta, entrando en el portal que se había abierto.

Estaban en la sala de juntas, Jessica y Gwen permanecían sentadas y Miles con Hobbie murmuraban cientos de cosas.

—Yo digo que, la devolvamos casa. —suspiró, mientras Mayday jugaba, metiéndole los dedos en la nariz. —No creo que tenga problema con que llegue Strange a tomarla... ella ni siquiera notó la diferencia.

—Aún no lo ha notado. —Miguel se sentó, quedando enfrente. —Pero cuando pueda hacerlo, querrá escapar y será más peligroso de lo que pensamos.

—¿Por qué?

—Porqué Stephen Strange 199999 ya tiene el darkhold, al igual que el 666.

—Miguel. —Jessica lo miró, acariciando su vientre. —¿Qué harás con ellos 2?

—Esperar a que hagan su trabajo. —Hobie subió las piernas a la mesa, mirando como Mayday gateaba hasta él. —Que los 2 brujitos se maten entre ellos, tomamos a May y problema resuelto.

—Hablando cosas que no conoces. —Miguel ahora lo miró a él. —Siempre...

—Estoy hablando de lo que vemos. —interrumpió. —Y de lo que nos "demuestras" jefe.

Tensó su mandíbula, mientras Gwen miraba todo desde su lugar, incluso Miles se encontraba despreocupado, aunque en el fondo sabía que tenía sentimiento de culpa, al no decirle nada a May desde el primer día su primer motivo de estar ahí.

Miguel lo había mandado, justo en el mismo momento que el hechizo la mandó, aunque la visualizas del portal les costó mucho hacerla igual, para no causar problemas.

Venom sabía quién era Peter Parker, por eso llegó como los otros y volvió con los otros, aunque Stephen 666 no estaba en sus planes que el regresara. Sin problemas lo regresaría, pero no quería dar muchas señales de que estaba presente.

Se pixelio cuando se dio cuenta que el tiempo era demasiado, no portaba pulseras para eso, así que mejor tomaron la decisión de regresarlo.

—¿Y para qué nos llamaste? —preguntó.

—Para informarles que seremos nosotros quienes iremos por May. —se levantó, extendiendo una pantalla, mostrando exactamente lo que les había pasado a las otras arañas.

Stephen les quitó sus pulseras con un hechizo, haciéndolos alucinar con las personas que más querían. La mayoría demostraba a su tía May y después eran torturados por ellas mismas.

Decía que era la tortura que todos merecían, al sentir que nadie lo ayudó con su pérdida. El solo avanzó, aunque haya sido para mal.

Solo con decir que la Peter Parker de la 1749, vio repetidas veces morir a Gwen Stacy. No logró salvarla cuando por error se resbaló de una torre.
La vio morir 1748 veces, hasta que la última el murió, cayendo de lo alto, mientras se le atravesaba una asta de casi 1 metro, por su cuello.

Y para hacerlo peor, tomó cada uno de sus cuerpos o de sus restos, dejándolos caer enfrente de Miguel O'hara.

—Todo por no querer ayudarme. —fue lo último que dijo, cuando el cielo volvió a su normalidad.

La muerte de los Peter's Parker's no fue la única anomalía, sino sus universos que quedaron sin el hombre araña.

Sin uno de sus mejores protectores.

—Yo la verdad no jalo. —Hobie se levantó, queriendo tomar su pulsera para abrir el portal de su universo, pero Gwen lo detuvo.

—Tenemos que ir.

—¿Por qué no va Miguel? —preguntó. —Es su anomalía.

—Es nuestro trabajo.

—Oh vamos. —se sentó, deslizando su silla hasta llegar a Miles, tomándolo del brazo para palmearlo. —Tu dímelo, Miles.

—Yo...

—No tienes nada que decir, Morales.

Todos se quedaron callados al escuchar la voz. Era Stephen Strange de la 606. El supremo.

Aquel Stephen que podía derrotar a cualquiera que se le pusiera enfrente, con sólo pensarlo o danzar su capa por el universo donde se le placería.

—Gracias por venir.

Lyla apareció con una sonrisa en el hombro de Miguel.

—Me encanta escucharte decir "gracias". —dijo, para después desaparecer.

Reviró los ojos y se acercó Stephen.

Ambos hombres eran de la misma estatura, incluso podría jurar que tenían el mismo temperamento, ego y ganas de pelear.

—No lo hice por ti.

Calling || Doctor StrangeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora