Capítulo 14

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          «LLEGAN VISITAS»

Mientras las gotas de agua caen frías por mi espalda, intento buscar las explicaciones a los "como", los "cuando", y los "porqué". Ya no se trata de un rompecabezas, esto se ha convertido en un laberinto dónde no está definido dónde empieza el pasado, el presente o el futuro. En eso se ha transformado mi vida ahora, en un limbo atemporal.

Cierro el grifo de la ducha, quedándome unos instantes contemplando cómo se desempaña el espejo mostrándome recortes de mi cuerpo. Aún no creo que aquel edificio donde me refugie en la Colonia, sea el mismo que Lucy, mi propia hermana, ha diseñado y construido. Pero no tengo dudas, aunque lo haya conocido en el ocaso de su existencia, es exactamente el mismo.

No tuve el valor de decirle que su obra, «su ópera prima» va a terminar carcomida por las guerras, vandalizada y abandonada en un mundo donde ya no existe el arte, -ni tampoco me lo creería.

Me pregunto que consecuencias puedo causar haber visto y conocido ese mundo gemelo al nuestro. ¿Acaso puedo cambiarlo?. No soy una científica especializada en el tema como papá, pero si hago tan solo una mínima modificación, es muy probable que las consecuencias se vean en esa apocalíptica realidad paralela. Tengo miedo de cambiar algo, y que el futuro de Kae, de Adam, de Cecé, y de todas las personas que aprecio, se vean comprometidas a tal punto de borrar su existencia.

Me dirijo a mi cuarto para cambiarme. Estuve pensando en esto todas las noches, y no les voy a mentir, tengo muchas dudas. Pero también algunas pocas certezas.

Llegué a la conclusión de que la Colonia de Terralia, es en realidad el Providence del presente en la Tierra. Claro que solo han quedado esquirlas de lo que fue. Quizás por eso que se me hacia tan familiar algunos lugares. Ahora comprendo esa sensación que tenía, de no haberme alejado nunca de mi ciudad cuando caminaba por sus calles.

En definitiva, la respuesta más clara y concisa que pude encontrar es que nunca me fui de aquí, sólo me trasladé al presente de otro Providence. Salté en el tiempo. Pero esto me lleva a otras dudas y preguntas.

Me siento en la cama, y miro por la ventana. Después de varias semanas de que algunos reporteros hicieran guardia periodística, se cansaron y se fueron. Ya me estoy acostumbrando a ver este paisaje citadino. Enciendo el radiograbador, busco en el dial mi programa de radio favorito, y comienzo a cambiarme. Ayer pensaba que si busco el lugar exacto donde debería estar su casa en la Colonia y le dejo un mensaje o una marca, ¿Kae podrá verla y sabrá que soy yo?, Pero una simple marca puede cambiarlo todo.

También me pregunto si podría volver a viajar, si podría ir a buscarlo, pero aún no consigo respuestas para eso... Apenas comprendo lo que me pasó, tengo piezas sueltas esparcidas por mi mente, ¿sucedió en verdad?.

Últimamente me asalta un sentimiento de incertidumbre y desconfianza. Es cómo si todo lo hubiera vivido e inventado en mi cabeza, y que en realidad nada hubiera existido, ni la Colonia y el Parlamento, ni Adam, la campiña, ni siquiera Kae...
¿Y si lo inventé todo?, si en verdad me escapé de casa y al caerme, perdí noción de la realidad.

¡No, no puede ser que lo haya soñado todo! -exclamo negando enérgicamente con la cabeza mojada, salpicando gotas de agua por doquier. Su beso fue tan real..., Y el sólo recordarlo se me eriza la piel. Que daría por volver y vivir una y mil veces ese momento.

¿Cómo terminamos Kae y yo besándonos?, ¿en que momento pasé a ser su amada?, ¿cuándo se enamoró?, ¿me besó para burlarse de mi?,-pienso con lágrimas en los ojos. ¡Si era evidente que no me soportaba!, que era una molestia para él. ¡Maldita sea!, estoy enloqueciendo por encontrar una respuesta.

Su mirada, sus labios, y sus manos rodeando mi cuerpo. Aquello no se sentía como una mentira, eso se sentía como amor, y despedida también.
El golpe en la puerta del ático me sobresalta.

BÚSCAME EN PROVIDENCE. (2°libro de la trilogía)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora