Capítulo 18

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«EL OLVIDO ES TU ENEMIGO, ¿COMO HAGO PARA MANTENERTE ETERNO?»

1985 llegó a su fin, y otro año empezó casi desapercibido para mi. Febrero es caluroso y agobiante, y los días pasan lento. Las cosas en casa han mejorado,-para mi escéptica existencia. Mamá y yo hemos dejado atrás las conversaciones monosilábicas, hay más confianza y ya no siento esas miradas de resentimiento hacia mi.

Preferí olvidar y no reprocharle nada acerca de mi mochila, porque el enojo y la frustración se fue apaciguando dentro mío. Creo que el cambio se debió a una mezcla de situaciones. Yo modifiqué un poco mis actitudes, dejé de desconfiar y de culparme por todo, y empecé a hacerme cargo de algunos quehaceres de la casa, -inclusive de la cena.

En todo este tiempo me he portado «bien», -o como se supone que debería portarme-, y siento que he superado mi depresión sin depender de las pastillas.
Aprobé el trabajo práctico de gimnasia y Jonas está mejor. Su psicóloga dice que nota cambios favorables en él, y que eso se debe al buen clima que hay en el hogar, pero yo tengo otra teoría.

A Jonas le fascina que le cuente historias acerca de Kae y de la Colonia, y a mí me gusta contárselas. Después de mi frustrado intento de no perderlo, irremediablemente sucedió. No conseguí retenerlo por más tiempo en mi memoria y terminé olvidando hasta la forma de su caminar. Tampoco me sirvió de mucho el arco de mi padre, ni la foto fabricada, ni los sabores, ni los aromas, nada. Cada día y noche que pasaba, desaparecia de mi mundo sin poder evitarlo.

Y hace una semana amanecí con la certeza de no haberlo soñado. Fue entonces cuando me di cuenta que todo era inútil, que lo olvidaría, lo perdería, y eso me hizo sentir vacía, una sensación tristemente conocida para mí. Evité que no se me notara en la cara, no quería arruinar todo lo que había logrado en casa.

Ahora sólo me quedan las historias que le cuento a Jonas. Cada día que puedo, le invento una, y en todas ellas, el protagonista es él. Él y su arco en el bosque, él rescatando a una princesa, él peleando con los malos.... Me encanta ver las sutiles expresiones en el rostro de mi hermano mientras le cuento la historia, porque se perfectamente que me escucha con atención.

Además, es la única forma que tengo de mantener vivo a Kae, aunque solo sea en recuerdos inventados.
Lucy ya está trabajando en la Compañía de Arquitectura. Era de esperar,-al menos para mí-, que aprobaran su proyecto. A mitad de año comenzarán las obras.

Mientras tanto ella puede tomarse un merecido descanso. Por ese motivo es que pasamos tiempo juntas, y eso me gusta y me hace bien.
Mi madre consiguió un empleo, ahora trabaja para el señor Bergman. Él es dueño de una pequeña editorial, que produce una revista científica para la Universidad Nacional.

Mamá se encarga de hacer las entregas domiciliarías y lo ayuda en organizar la agenda. El hombre se ha portado bien con mi familia, eso no lo puedo negar. Viene cada tanto a casa, y prepara una cena. Sin embargo, no logra convencerme del todo, si tolero su presencia, es por darle el gusto a mi madre. Ella cree que le debo la vida a él, -y puede ser en cierta forma-, aunque nunca creí la versión que me dieron de lo que pasó realmente ese día.

Volví a una rutina simple y sencilla, solo que ahora tengo un trabajo de medio tiempo como empleada en el Cine "Star Place" de Providence. Me levanto, desayuno, hago los quehaceres de la casa, y me encierro en mi guarida hasta la hora de almorzar. Luego, Lucy y Jonas me llevan en auto al trabajo, y me recoje mamá cuando termina mi horario. La noche transcurre entre música, refrescos, lectura y dibujo. Fue una costumbre que volví a tomar cuando Adam me obsequió aquel cuaderno de hojas amarillentas, sólo que ahora escribo también.

No sabía que tenía esa habilidad, hasta que una noche intenté describir lo que recordaba de esa otra realidad. Luego se fueron sumando descripciones sobre el rio, el muelle, y las costumbres de los habitantes de la Colonia. Trabajar en el Cine me ayudó mucho también. No solo porque tengo dinero disponible para mí, sino porque desarrollé algunos hábitos sociales.

BÚSCAME EN PROVIDENCE. (2°libro de la trilogía)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora