«LA DESEADA NOCHE DE FESTIVAL».
—Oh, Nina, ¡estás hermosa! Déjame tomarte una fotografía. —Lucy, no exageres–le contesto mirándome por enésima vez al espejo.
Mi humor no es el mejor en estos momentos. Me desconozco. Creo que la brillantina plateada en los párpados es demasiado. También el rímel negro que arquea mis pestañas, y el rojo carmesí hace que mis labios se vean voluptuosos.
Supuestamente personifico a la novia de Drácula, y por tal motivo mi disfraz consiste en un corsé blanco de satén, una falda de raso, cuyo largo está entre el límite de lo discreto y lo osado. Mangas de tela de red, y completan el traje, unas bucaneras con puntilla, y botas de media caña de cuero blanco.
Una tiara de flores plateadas, hechas de papel sujeta mi cabello, y un velo de tul, cubre parte de mi rostro. Y por si quedan dudas sobre mi interpretación, en el cuello está la marca de los colmillos de mi prometedor esposo, dónde aún gotea sangre, -osea, pintura roja.
—Mamá ya se va. Bajemos, que quiere verte–dice mi hermana al tiempo que gatilla la Polaroid.—¡Mira que linda estás!–exclama mientras me entrega abanicando la foto recién tomada.—Falta sacarte una foto con Brandon.
—¡Ni se te ocurra, Lucy!–la amenazo.
—¡Oh, no seas amargada!, Van a ser una hermosa pareja de baile.
—No lo sé, ¿te parece?– pregunto con dudas.
—Sí. Estás hermosa, cariño. Tienes dudas, porque estás nerviosa, es normal. Ponte mi perfume, y los aros que te prestó mamá. Te espero abajo.Asiento con la cabeza mientras me pongo los aros de perlas de mi madre. Luego me perfumo, y busco la pequeña cartera blanca, donde solo cabe en ella el biper, un paquete de pañuelos descartables y las llaves.
En el comedor me espera mi madre y Viktor. Hace tiempo que él no venía a casa, según mamá, estaba ocupado trabajando. Mejor así, cada vez que viene, siento que busca algo. Me mira con extrañeza, como intentando descubrir lo que en realidad escondo, -al menos, eso me hace sentir.
El mes pasado había venido a casa para pedirme que lo acompañara a elegir un regalo a mi madre, no pude negarme y lo acompañé. Durante el viaje al Centro comercial me hizo preguntas acerca de la profesión de papá.
Su interés por esos temas me provocaron desconfianza. Claro que mi madre no cree lo mismo que yo, y cuando se lo conté, lo defendió diciendo que él es una persona muy culta, y que es un aficionado a las ciencias. No tenía sentido seguir insistiendo, al fin y al cabo, es solo una sensación mía. Una de las tantas huellas, de mi pasado aficionado a la persecución irracional.
—Hija, ¡estás preciosa!
—Ten, una novia sin ramo, no es una novia–dice Viktor entregandome un ramillete de flores violetas, envuelto en una cinta de raso blanca.Parpadeo varias veces. Me quedé sorprendida ante su gesto, y tomo el ramillete intentando regalarle una sonrisa genuina.
—Ven–me pide ella.
Me acerco a mi madre, que estira sus dedos delicadamente para acomodarme mejor el cabello, mientras me da sus infaltables recomendaciones, pero noto algo de emoción en su voz.
—¿Tu amigo te traerá a casa, no?
—Si, mamá. Quédate tranquila. —Bien. No llegues tan tarde, y —Mamá, déjala que venga a la hora que quiera. Es su noche de festival–me escuda Lucy.
—Está bien. Diviértete Nina, nosotros nos vamos. Recuerden que luego de la obra de teatro, iremos a cenar. Que Jonas se acueste temprano, y dejen a ese cachorro fuera del cuarto. Lucy, llámame cualquier cosa.
—Si mami, vayan y disfruten su noche libre–les desea ella, mientras los acompaña hasta el umbral de la puerta, y ve como el coche de Viktor se aleja.—Bien, solo faltas tú, y me libraré de las pesadas de la casa.
—¡Lucy!, ¿le estás diciendo pesada a mamá?Ambas cruzamos miradas, instantes después nos tentamos de la risa. Eso logró distender un poco los nervios, que desde hace horas me torturan. Minutos mas tarde, escuchamos el motor de otro coche que estaciona en la puesta de casa tocando bocina.
ESTÁS LEYENDO
BÚSCAME EN PROVIDENCE. (2°libro de la trilogía)
RomanceLuego del invierno crudo de 1985 en esta ciudad próspera llamada Providence, el tráfico se intensifica para cumplir con la jornada laboral, llevar a los niños al colegio y continuar con los compromisos. Los panfletos de una nueva elección gubernamen...