«LLÉVAME UN SOLO INSTANTE A TU PRESENCIA, QUE TU AUSENCIA ME DUELE ETERNIDADES...»
La noche es el momento del día que más espero. Apago la luz del velador y me quedo horas mirando por la ventana el cielo claro y estrellado. Fue un día movilizante el de hoy. Volver entrar al colegio, el episodio con el casillero de Megan, y la reunión con el director. Ahora solo deseo estar recostada en mi cama, cerrar los ojos, y que mágicamente aparezca él en mis sueños.
Por suerte, la herida está bien, sólo fue el roce del pantalón lo que hizo que sangrara uno de los puntos de la operación, pero nada grave. Apenas llegamos a casa, mi madre me limpió la herida y me cambió la venda. En dos días tengo control con el Doctor Braum, y me sacará los puntos.
La tarde había transcurrido con tranquilidad. Mamá, en cualquier parte de la casa en la que yo no esté, y yo recorriendo cada rincón de la misma, haciéndome la idea de que por más que piense en Kae con todas mis fuerzas, él no va a aparecer por arte de magia. Después de meditarlo bien, decidí llamar a Ivi. Conversamos un rato, ella estaba preocupada por mí. Además, me dijo que me preparó los apuntes de las materias, me contó algunos chismes de pasillo, y cosas así. Al final quedamos en que mañana vendrá con Mike. Al principio la idea no me gustaba demasiado, no era por ellos, era por mí. Pero creo que un poco de compañía no me vendría mal.
Ahora sólo resta esperar el llamado del director. Y poco a poco, las cosas y mi vida se acomodarán.Volveré al colegio, pasarán las horas y los días. Con algo de suerte mi mamá romperá un poco el hielo que nos distancia, Jonas será el mismo niño preguntón e inquieto de siempre, Lucy obtendrá su trabajo, y yo ..., yo volveré a ser Nina, -o algo parecido a lo que era.
Ah, debo admitirlo, extraño también a Adam. Él siempre fue comprensivo conmigo. ¿Que me diria ante esta situación?. Bueno, si logro que vuelva a hablarme después de todo lo que pasó entre nosotros, claro. ¿Y Cecé, ella también me rechazará, y me odiará?, tal vez Celina lo descubrió antes que yo. Quizás ella vio lo que yo no veía, -o no quería ver. ¿Y él?, Ja, me lo imagino de brazos cruzados, apoyado sobre el umbral de la puerta diciéndome algo así como: «chica tonta, deja de preocuparte por estupideces».
Como extraño su voz, aunque no era tan conversador como Adam. Pero yo le entendía perfectamente con sólo ver sus ojos, observar sus posturas, sus silencios, sus muecas y la forma graciosa que ponía su cara cuando maldecía por lo bajo. Con él podía ser auténtica, no ocultaba mis opiniones como lo hacia con Adam. Con él podía mandar al demonio a la Junta Parlamental, a esa maldita Corporación y a su Ciudad Capital, sin que recibiera una mirada acusadora y un reto.
La mayoría de las veces no hacia falta decirle nada, ya que conocía lo que me pasaba con solo observarme. No existían esas clases de conexiones con Adam, porque yo le ocultaba lo que verdaderamente sentía o pensaba. ¿La razón?, pues, no era otra que por miedo. Sentía que no era justo para él, no podia herirlo, tampoco quería que supiera mis oscuros pensamientos. Además, yo aún me negaba a creer lo que sentía en verdad por Kae.
Cansada, cierro los ojos, y dejo que los sueños me traigan su presencia.
La noche transcurre casi sin sobresaltos, pero hubo un momento que mi propio grito me despierta. Gotas de sudor corren por mi frente y mis manos se aferran a las sábanas cómo si me estuviera cayendo despacio. Tomo más aire de lo que mis pulmones necesitan. Desesperada, me siento en la cama y miro por la ventana el paisaje de una ciudad apacible y llena de vida, tan diferente a aquella ciudad aniquilada que conocí, pero que llegué a sentirme como en casa también.
Pasaron los minutos, las horas y todavia no puedo volver a dormirme. Esa horrible sensación no se va y me pone al borde de la histeria. Es inminente la cruel verdad, lo estoy perdiendo. Era él en el sueño, pero al mismo tiempo no. Tampoco eran sus manos las que sostenían las mías, ni eran sus ojos. Y allí donde debía estar su rostro, había una mancha nebulosa y oscura.
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BÚSCAME EN PROVIDENCE. (2°libro de la trilogía)
RomanceLuego del invierno crudo de 1985 en esta ciudad próspera llamada Providence, el tráfico se intensifica para cumplir con la jornada laboral, llevar a los niños al colegio y continuar con los compromisos. Los panfletos de una nueva elección gubernamen...