N/A: Hola! Nuevamente, lamento la demora. Pero aquí está el cap. Espero que les guste.
Por cierto... ESTE FIC PARTICIPA EN LOS #WATTYS2015. Enserio, se los debo a ustedes. Gracias por todo su apoyo.
Claru.
- - -
Pov. Annabeth
- Tengo algo que decirte - dije.
- ¿Y eso es?
- Iré a visitarte. Con dos campistas más.
Los ojos de Thalia brillaron con emoción.
- Pero no es así de sencillo - me adelanté.
- Siempre hay algo que complica las cosas - bufó. - ¿Qué es esta vez?
- Nueva profecía.
- Eso no puede ser nada bueno.
- Y no lo es.
Repetí la profecía que Rachel me había dicho hace unos minutos.
- ¿Qué tienen las Moiras contra ti? - dijo cuando terminé. - Es decir, ¿un viaje hasta la otra punta del país para encontrar nada?
- Encontraremos pistas sobre Blackwell - dije -. Eso algo.
- ¿Y qué es eso del navío volador?
- No lo sé - respondí frustrada.
- Vaya, Annabeth Chase no sabe algo.
- Cállate - le dije fingiendo estar enojada, pero había una sonrisa en mis labios.
- ¿Y quién es el romano?
- Un campista nuevo, y lo perdido es su memoria.
- ¿Pero existen los semidioses romanos?
Romanos... romanos... romanos.
"Mata a los romanos"
"Sigue la Marca de Atenea"
"Ya no eres mi hija"
Las palabras de mi madre aparecieron en mi cabeza de repente.
- Annabeth. Annabeth. Annabeth. - Thalia no dejaba de repetir mi nombre y chasquear los dedos.
- Estoy bien - dije. - Solo algo mareada.
- Bueno...
La imagen comenzó a verse borrosa.
- ¿En dónde están? - pregunté.
- Denver, Colorado. Hablamos cuando estén aquí para encontrarnos. Los esperaremos.
- Gracias, Thals. Adiós.
- Adiós.
El mensaje desapareció completamente.
Pov. Piper
Me desperté y enseguida tomé un espejo Había muchos en la cabaña de Afrodita. Me senté en mi litera, miré mi reflejo y dejé escapar un gemido.
Seguía guapísima.
La noche anterior, después de la fogata, lo había intentado todo. Me había despeinado, me había quitado el maquillaje de la cara y había llorado para que mis ojos enrojecieran, pero nada funcionaba. Mi cabello volvía a estar en perfecto estado. Mi maquillaje mágico se aplicaba de nuevo. Mis ojos se negaban a hincharse y a irritarse.
Me habría cambiado de ropa, pero no tenía nada que ponerme. Las otras hijas de Afrodita me ofrecieron algunas prendas (riéndose a sus espaldas, estaba segura), pero cada conjunto era más elegante y ridículo que el que llevaba.
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La otra hija de Poseidón ©
FanfictionSer hijo de los dioses suena divertido, pero no lo es. Es peligroso. Monstruos te persiguen día y noche. Tienes enemigos desde el momento en el que naces, aunque ni siquiera los conozcas en persona. Jenn Collins lo sabe porque lo ha vivido en carne...