Cap. Agregado IV

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N/A: Hola! Pues lo de siempre. Lamento la demora, etc, etc, etc. Vayamos a lo importante. Estoy de vacaciones. Eso significa mucho tiempo libre para escribir y actualizar. Así que podría decirse que estoy devuelta.

PD: el próximo capítulo ya está casi listo. Y creo que es uno de los que más he disfrutado escribiendo, a pesar de todas las cosas que pasan.

PD 2: No me odien por ser lenta a la hora de escribir, si? Yo los quiero.

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Pov. Emily

La cara de Thalia se transformó en una extraña mezcla tristeza y felicidad.

- ¿Quién? - dijo la Cazadora, como si no pudiera creer lo que la hija de Atenea le había dicho.

- Jason Grace - repitió Annabeth. - Lo conoces... ¿Verdad?

Los ojos de Thalia se inundaron en lágrimas.

- Jason... - murmuró. Se paró de un salto y se dirigió hasta algo parecido a un escritorio, solo que gigante. Abrió uno de los cajones que tenía el mueble y sacó un collar con un dije de forma circular.

La chica volvió a sentarse junto a nosotros y se quedó observando el collar varios segundos, llorando en silencio.

- Jason... - repitió. - ¿Dónde está? ¿Cómo lo encuentro? - su voz llegó a sonar desesperada, y mientras hablaba pasaba la mirada de uno a otro.

- Está en una cruzada - expliqué. - Junto con otro chico llamado Leo y una chica llamada Piper.

- Van hacia el palacio de Eolo - siguió Annabeth. - Tú sabes llegar, ¿cierto? - Thalia asintió. - Los encontrarán fácilmente. Tres chicos en el medio de las montañas llaman la atención. Además, seguro tendrán a alguien persiguiéndolos.

- Bien - murmuró Thalia. Dejó su collar sobre la mesa. Pude ver que había una foto en el, de dos niños pequeños. Thalia habría tenido unos tres años menos que ahora (quince), así que tenía unos doce. Su cabello estaba sin mechas de colores y algo más largo. Había una sonrisa en su rostro. En sus brazos había un niño pequeño de unos dos años, rubio de ojos azules. Tenía una pequeña cicatriz en el labio inferior, pero sonreía ampliamente.

Sin duda era Jason. Lo identificabas fácilmente por la cicatriz que tenía en el labio.

- Tengo que ir a buscarlo. Ahora - murmuró la Cazadora con decisión. Volvió su mirada a nosotros tres. - Enviaré con ustedes a Claire y Delly y dos de nuestros lobos.

- Perfecto - le sonrió Annabeth.

- Partirán cuando quieran. Llegaran a en menos de dos minutos con la magia de Claire. Delly es buena con los lobos y el rastreo, aunque Claire seguramente también tiene algún tipo de hechizo para facilitar eso.

- Bien - volvió a hablar Annabeth. Luego se giró hacia nosotros. - Chicos, ¿me dejan con Thalia a solas un momento? Busquen a Claire y Delly y cuéntenles sobre la misión.

- Claro - dijo Sam tomando mi mano.

Salimos de la carpa gigante, dejando que las chicas tuvieran privacidad para hablar tranquilas y fuimos a buscar a Delly y Claire.

Aunque ellas nos encontraron a nosotras primero.

- ¡Chicos! - gritó la voz chillona de la hija de Hécate a nuestras espaldas. A su lado, Delly hablaba con otra cazadora de su edad.

Claire tomó a la hija de Atenea del brazo y la arrastró hasta donde nos encontrábamos Sam y yo.

- ¿Qué les ha dicho Thalia? - preguntó Claire.

La otra hija de Poseidón © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora