CAPÍTULO 18

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La arena del Valhalla era un caos, sobre todo del lado de los dioses que alentaban con todo su aliento a Melínoe para que asesine a Seiya de la manera más sádica y cruelmente posible, para que así cobre venganza por la muerte de Hades. La humanidad también estaba alentando al caballero pegaso, no muchos conocían quién era él, pero el solo hecho de estar defendiendo a la humanidad ya lo hacía ganarse el respeto y el apoyo de todos los humanos.

Seiya miraba a los ojos a aquella muchacha, y ella, a su vez, no le quitaba los ojos de encima, iba mirada penetrante, intimidante, con ganas de asesinarlo y que pague por lo que hizo. Heimdall en ese momento dió inicio a la tercera ronda, dándole aviso a los oponentes que ya podían iniciar el combate.

—No bajes la guardia, Seiya —dijo Göll, desde las gradas, viendo el combate.

—Debes confiar en Seiya y en nuestra hermana Alvitr, Göll, ellos pueden ganar esta ronda —dijo Brunhilde, mientras le colocaba su mano encima del hombro de su hermana menor.

—Querida hermana, hay algo que no entiendo, la hija de Hades no iba a participar en el Ragnarok su nombre no constaba en la lista, ¿Entonces por qué ella..?

—Esto seguramente fué obra de los dioses —en ese momento, Brunhilde levantó la mirada y observó la zona VIP de los dioses griegos, y vió como Ares las estaba observando con una sonrisa malévola, o como si se estuviera burlando de ellas. Brunhilde apretó sus puños, los dioses ya se estaban pasando las reglas por los huevos muchas veces.

En la arena, Melínoe activó su cosmoenergia, de un color verdoso, mientras le miraba al castaño directo a los ojos.

Su cosmos es horrible, lleno de odio, no se parece en nada a los oponentes con los que me eh enfrentado antes —pensó el santo de bronce.

Seiya en ese momento comenzó a caminar hacia la izquierda, rodeando a la muchacha, y ella caminó en sentido contrario al del castaño, rodeándolo también, buscando algún puto frágil en su defensa para atacarlo.

—Hum, se están estudiando, quién baje la guardia primero será el primero en recibir un ataque —dijo Hermes, viendo cómo los dos se estaban rodeando mutuamente.

—Eso es algo obvio —dijo Ares.

—Ay no puede ser, todavía no creo que hayan dejado participar a esa muchacha en vez de a mí, yo ya hubiera acabado con ese gusano en un abrir y cerrar de ojos —dijo Shiva, cruzado de brazos, enojado y fastidiado por lo que sus ojos veían.

En la arena, ambos dejaron de rodearse, Seiya también activó su cosmoenergia, estaba preparándose para comenzar con su ataque. Se lanzó de frente hacia la muchacha, corriendo a una velocidad increíblemente exagerada para ser solo un santo de bronce.

Melínoe entrecerró sus ojos al ver cómo el castaño se le venía encima. Seiya a solo unos metros de llegar a donde estaba ella, dió un largo salto por los aires y después procedió a atacarla con una patada directo en la cara. Melínoe se movió a la izquierda dejando que el castaño pase de largo. Seiya aterrizó en el suelo haciendo una pequeña grieta, después se volteó a verla y lanzó una ráfaga de puñetazos directo al rostro de ella.

Un verdadero caballero jamás levantaría su puño contra el de una mujer, pero en ese caso era la excepción, era él o ella.

Melínoe de nuevo volvió a esquivar esos golpes a una velocidad impresionante, parecía que esos golpes para ella eran tan lentos como una tortuga. Cuando Seiya terminó su ataque, retrocedió de inmediato dando un salto, alejándose algunos metros.

—La verdad eres bastante hábil para ser solo un mortal —dijo ella, viéndole a los ojos.

—¿Acaso lo dudabas? —preguntó el castaño, con una sonrisa llena de confianza.

RECORD OF RAGNAROK "LA ÚLTIMA ESPERANZA"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora