CAPÍTULO 77

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Ares de nuevo se lanzó a atacar a su oponente, iracundo e irracional, sin planificar nada, en lo único que se enfrascaba era en matar, nada más que eso, aplastar a su rival y destrozarlo.

Los músculos de su brazo derecho se hincharon nuevamente, y sin esperar nada, lanzó un severo y rápido puñetazo al rostro del cuarto Hokage; quien dicho sea de paso logró esquivarlo, dejándole pasar de largo. Ares se detuvo en seco a pesar de la potencia de su golpe y se volteó hacia donde se encontraba su rival, lanzándole otro puñetazo directo al rostro.

Minato lo esquivó, y aprovechó el descuido del dios de la guerra para lanzarle una fuerte patada por debajo de su mentón, con la fuerza suficiente para detenerlo momentáneamente.

Sangre salió expulsada de la boca de Ares al recibir ese ataque, una demostración de que Minato no era un debilucho.

—¡Bien hecho, Minato! —gritó Göll.

—Sigue así, Minato, pronto se le acabarán las energías a ese desgraciado —susurró Brunhilde, viendo venir la victoria de Minato.

Ares miró furioso a su rival, juntó dos manos e intentó golpear a Minato aplastandole su cabeza; pero fué en vano, nuestro querido cuarto Hokage de nuevo logró esquivarlo lanzando su Kunai hacia otra dirección.

Apareció detrás de Ares y, de nuevo, le arrojó una patada, ahora en su nuca, mandándole al suelo, llegando incluso a dejar marcas en el suelo.

—Ese desgraciado es demasiado rápido, debo admitirlo —dijo Artemisa, empezando a molestarse debido a que el combate se estaba alargando, algo que ella no esperaba.

—Aún así, Ares no se detendrá con ataques como esos. Digamos que, Ares posee la potencia pero no la velocidad suficiente, y Minato tiene la velocidad pero no la potencia suficiente como para derrotarlo —explicó Hermes, con una pequeña sonrisa en su rostro.

—¿Qué creen ustedes que esté planeando ese sujeto? —preguntó Artemisa, mirando a los demás dioses en la zona VIP.

Ares se levantó rápidamente y se volteó a ver a su rival. Sangre salía de la boca del dios de la guerra, y ni siquiera habiendo sido lastimado de esa forma se detuvo a analizar sus movimientos.

Se arrojó de nuevo hacia Minato, dando un salvaje grito, idéntico al de una bestia iracunda; y esto ya se estaba volviendo molesto, demasiado; sin embargo, Ares dió un largo salto por los aires, a pesar de su gran tamaño y peso pudo saltar de semejante forma.

—¡El dios de la guerra va a aplastar a Minato! —dijo Heimdall, viendo con asombro lo que hizo Ares.

La sombra del dios de la guerra cubrió por completo al cuarto Hokage. Ares descendió con mucha fuerza y rapidez, aunque eso no supuso un gran problema para Minato, quien logró retroceder a tiempo dejando que Ares creara un hueco en el suelo, levantando polvo y una que otra pequeña piedra volando por ahí.

—¡Increíble! —dijo un dios desde las gradas.

No obstante, Ares continuó con su ataque y persiguió a Minato, saliendo con rapidez de la espesa nube de polvo, en busca de su rival. Nuestro cuarto Hokage tomó de nuevo su Kunai y lo arrojó hacia el aire, a una gran altura, lo suficiente como para escapar, cuando Ares estuvo cerca y le lanzó un golpe, Minato se teletransportó a su Kunai, mismo que aún seguía en el aire.

Ares levantó su mirada al ver que Minato se encontraba en el aire, lejos de su alcance. Minato sacó tres shurikens de su bolso táctico y se las arrojó a Ares, no sin antes, realizar rápidas posiciones de manos creando un jutsu.

—¡KATON: HŌSENKA TSUMABENI! (¡Arte Ninja estilo de fuego: Flor de llamas del fénix!)

—Genial, un Jutsu de Katon —dijo Göll, viendo lo que hizo Minato.

RECORD OF RAGNAROK "LA ÚLTIMA ESPERANZA"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora