CAPÍTULO 42

501 45 27
                                    

Lejos de la arena, lejos del increíble combate entre el Berserker del Trueno y el León del Orgullo, en la enfermería donde atendían a los sobrevivientes de las rondas del Ragnarok, los tres humanos que habían sobrevivido a sus respectivas peleas seguían siendo atendidos.

Seiya se encontraba todavía en recuperación, su mano —la cual había sido literalmente perforada— estaba próxima a sanar por completo al igual que el resto de sus heridas, en un par de horas estaría recuperado. Estaba dormido y a su lado su Valkiria quien realmente no quería separarse del castaño. Alvitr también dormía sentada al lado del castaño, no le importaba como tal el Ragnarok, solo le importaba su humano.

Diferente historia para Akame quién, y por fortuna, lograron salvarle la vida, de haberse tardado un poco más había muerto sin duda. Se encontraba conectada a una máquina de oxígeno y con muchas vendas en su cuerpo. Se encontraba recuperándose, aunque tardaría algo de tiempo recuperarse al 100%.

Itachi por su lado, era el que definitivamente quedaría con secuelas luego de su pelea con Zeus. Se encontraba con sus ojos vendados, lograron salvarlo pero, su visión era otra cosa, haber llevado el Mangekyou Sharingan más allá de lo que podía soportar en serio le iba a pasar factura. No iban a poder salvarle la visión al 100%, pero si a un 60 o con suerte a un 70%.

Volviendo a la arena, Escanor le lanzó al dios del trueno una bola de fuego con una fuerza increíble, no cualquiera sería capaz de iguales ese poder.

—¡Thor esquiva ese ataque, no vayas a hacerle frente! —exclamó Ares. Anubis igualmente quedó sorprendido del poder del humano, por su parte Hermes entrecerró sus ojos, ese poder, un humano no podía tener un poder como ese así nomás.

Thor levantó el Mjolnir y lo sujetó con sus dos brazos, lo usó como escudo siendo que esa bola de fuego se estrelló contra el martillo lo cual lo hizo retroceder muchos metros, perdón, casi sale volando con la fuerza de ese ataque.

El martillo logró resistir muy bien ese ataque, pero Escanor todavía no había terminado con su ataque...

—Te dije que no vayas a morir, pero veo que hasta los dioses caen ante mi poder... —dijo Escanor, viendo cómo a su rival se le complicaba escapar de ese ataque.

—¡THOR TEN CUIDADO! —gritó a todo pulmón viendo la situación tan crítica en la que estaba el dios del trueno.

Escanor cerró su puño y esa bola de fuego explotó, una gran honda desgarró las columnas de la arena y de nuevo las gradas se vieron afectadas por ese ataque. El pobre de Heimdall casi sale volando gracias a la fuerza de ese ataque.

—¡Hermana Brunhilde! —exclamó Göll, siendo cubierta por su hermana mayor y protegiéndola ante cualquier escombro que podría hacerle daño.

Ares se cubrió de la ráfaga de aire de ese ataque, Hermes se colocó detrás de su hermano usándolo de nuevo como escudo. Anubis creo una especie de escudo de color púrpura, pero Apollo, el dios del sol no se inmutó para nada con ese ataque, ni se cubrió ni usó algo como escudo.

—¿Qué pasó? ¿Acaso Escanor no se contuvo? —preguntó Ban, usando sus brazos para cubrirse de los escombros que salían volando.

—¡Elizabeth, cuidado! —gritó Meliodas, poniéndose enfrente del amor de su vida para cubrirla puesto que esa explosión realmente fué colosal, pateando un escombro que fué volando en dirección de ella.

King también se colocó enfrente de Diane para que no se vea afectada por el poder del León del orgullo. Poco después de ese ataque, las cosas se fueron calmando aunque la arena había quedado bastante dañada por el poder de Escanor.

Una gran cortina de humo y polvo quedó luego de ese ataque. Los dioses quedaron en silencio, atónitos ante lo que el representante de los humanos le hizo al dios del trueno.

RECORD OF RAGNAROK "LA ÚLTIMA ESPERANZA"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora