CAPÍTULO 20

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Seiya estaba en apuros, no solo su oponente podía copiar sus técnicas, ver a través de su ataque y esquivarlos, sino que su velocidad era superior a la de él. Aunque sonreía, bien sabía que un pequeño error podía costarle la vida.

¿Qué puedo hacer?, Arrojarle otra técnica sería una mala idea, no quiero ni imaginarme lo terrible que sería si logra copiar mi cometa Pegaso, mi técnica más poderosa —pensó el castaño, viéndole a los ojos, y, por unos instantes, bajando su mirada hacia el suelo, observando la sombra de ella.

Sin embargo, pensó en algo, algo que podía funcionar si lo ejecutaba de una manera rápida y precisa, si Melínoe era capaz de moverse a una velocidad mayor que la suya, entonces, ¿Qué podía hacer si bloqueaba su visión?

Se lanzó contra Melínoe a toda velocidad, cargando una gran cantidad de cosmoenergia en su puño derecho. Melínoe lo observó y sonrió de manera burlona.

Se ah vuelto loco, me ataca y de frente, sin pensarlo dos veces —pensó la hija de Hades, adoptando una posición defensiva.

—¡METEOROS DE PEGASO!

—¿Otra vez esa basura de técnica? Acéptalo, jamás podrás

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—¿Otra vez esa basura de técnica? Acéptalo, jamás podrás... —dijo la hija de Hades, pero pronto se dió cuenta de la realidad al ver hacia donde se dirigían esos meteoros.

Todos los meteoros que Seiya lanzó fueron a estrellarse contra el suelo, al frente de Melínoe, creando consigo una enorme cortina de polvo y escombros volando por todos lados.

Toda esa espesa nube de polvo cubrió a Melínoe, quién utilizó sus brazos para cubrir su rostro.

Entrecerró sus ojos, esa cantidad de polvo era ridículamente alta, por lo que decidió arrojarse para atrás, escapando de ese lugar y de los escombros que salieron volando producto del ataque. Cuando salió de aquella nube, se percató que Seiya no estaba al frente, y grande sería su sorpresa cuando sintió como el caballero de Pegaso le apareció por detrás, abrazándola con fuerza.

—¡¿Qué rayos?! —dijo Melínoe, al ver cómo Seiya la abrazó por detrás, haciendo una gran presión sobre su espalda y sus hombros.

—¡Ja! No eres tan veloz como piensas... —dijo el santo de bronce, burlándose un poco, y viendo cómo ella lo miraba con ganas de asesinarlo.

—¡¿Qué haces?! ¡Suéltame, pervertido! —dijo muy, muy enojada la hija de Hades, intentando liberarse.

—Ahora intenta copiar esto, ¡DESTELLO RODANTE DE PEGASO!

Una especie de torbellino comenzó a cubrir tanto a Seiya como a Melínoe, los cuales a su vez, comenzaron a elevarse por los aires a una velocidad impresionante.

—Oh no... —dijo ella, viendo la altura que estaban consiguiendo.

A una gran altura, Seiya lo sujetó con mayor fuerza, era el punto en donde no podía dejarla escapar. Melínoe golpeó a Seiya con su codo intentando liberarse, pero le fué imposible, y cuando la técnica llegó a su punto más alto, descendió a una velocidad incluso mayor con la que ascendió. Los dioses observaron intranquilos al ver en la situación en la que se encontraba la hija de Hades, pero los humanos no, festejaron lo que el santo de bronce había conseguido.

RECORD OF RAGNAROK "LA ÚLTIMA ESPERANZA"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora