CAPÍTULO 35

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Aquellas plumas, que parecían proyectiles a toda velocidad, se incrustaron en el cuerpo de Hércules, en varios lugares, y como dijo Wave, dejarlo como un colador.

Ares se preocupó por el eterno héroe, un ataque como el que hizo Akame era difícil de evitarlo, literalmente una lluvia de proyectiles que iban a diferentes direcciones. Hermes, por la situación tan difícil en la que se encontraba el eterno héroe, pensó que sería su final, muy fuerte y todo pero un ataque como ese no tenía defensa.

En las gradas, Odin sonrió sutilmente al ver que pronto, si Hércules no hacía nada, moriría irremediablemente.

Estás acabado, semidios griego —pensó Odín, en tanto que su sutil sonrisa crecía más hasta volverse una sonrisa perversa y retorcida—, pronto, muy pronto... ¡Jejeje!

Hércules abrió sus ojos, utilizó su brazo derecho para cubrir su rostro, en tanto que esas plumas seguían clavándose en su cuerpo. Sus músculos se hincharon, de nuevo un vapor comenzó a cubrir su rostro, y el mazo que llevaba consigo poco a poco fué cambiando de forma, dejando de ser un león a parecer un ave.

¡ÉXODO DE HÉRCULES!

Hércules agarró su mazo con ambos brazos, usó una fuerza increíble a pesar de estar muy mal herido, dió un grito por lo alto y después realizó su técnica...

¡SEXTO TRABAJO!
¡AVES DE ESTÍNFALO!

Una poderosa ráfaga, que fué de manera ascendente, desvió todas las plumas que Akame disparó de Mastema, todas las plumas fueron en contra de Akame, algunas se clavaron en sus muslos, una que otra desgarró sus brazos, su hombro izquierdo, y una hizo una gran cortada en su mejilla derecha.

La ráfaga fué tan fuerte que le hizo perder el control de esas alas, se desvanecieron en un segundo y Akame se elevó por los cielos.

Luego de eso, fué en descenso, estrellándose contra los tejados de las casas más altas. Se golpeó en un tejado y dió vueltas cayendo bruscamente encima de una carreta la cual destruyó, dió dos vueltas más en el suelo y finalmente se detuvo. Estaba muy mal herida, a esa altura era un milagro que todavía siguiera con vida.

¡M-Mí hombro!, Me disloqué el hombro... —pensó Akame, entre lágrimas, sintiendo un horrible dolor en su hombro derecho, mismo que más recibió el impacto al caer al suelo. No solo su hombro, su pie derecho también presentaba heridas—, ¡Carajo no puedo perder!

Hércules exhaló bastante aire, al igual que Akame, estaba tan mal herido, la sangre chorreando por su cuerpo, su tatuaje creció incluso mucho más todavía cubriendo casi la mitad de su cuerpo. El dolor era indescriptible, pero su deber y su convicción eran más grandes todavía.

Caminó hasta donde estaba la pelinegra tirada en el suelo, y cuando estuvo a pocos metros de ella, se detuvo unos instantes.

—¿Lo ves, Akame?, No importa cuántos trucos utilices, la justicia siempre vencerá al mal, nunca lo dudes.

—L-La justicia —murmuró Akame, poniéndose de rodillas, dándole la espalda a Hércules y sosteniendo su hombro dislocado—, ¿Qué es la justicia?, Es darle a cada uno lo que se merece, ¿Pero y qué hay de los débiles? ¡¿Qué hay de la gente buena que sufre a manos de los malvados?! ¡La justicia idealizada que tú proclamas no existe! Tú te jactas hablando sobre la justicia como si fueras un héroe, cuando en realidad no eres el héroe de nadie, no salvaste a nadie, ninguna de las personas que ví sufrir fueron salvadas ¡Todas murieron!

RECORD OF RAGNAROK "LA ÚLTIMA ESPERANZA"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora