1. Vainilla y canela

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Jung Kook se encuentra en la cama, tiene la respiración agitada, tiene mucho calor, esa maldita fiebre que le azota siempre se está descontrolando hoy más de la cuenta. Puede sentir como su cuerpo tiembla levemente, ¿dónde se ha metido? Se empieza a poner nervioso hasta que oye la puerta de la habitación abrirse, ese olor fresco y reconfortante le inunda los pulmones. Su respiración se agita aún más si cabe, sin quererlo se pone frenético. No abre los ojos hasta que siente la cama hundirse a su lado.

—Tienes que beber un poco de agua, —dice Ho Seok mientras Jung Kook se incorpora un poco para poder beber—. ¿Estás seguro de que no te pasa nada? —pregunta preocupado, mientras, pone la mano en su frente a pesar de que el calor que irradia, en general, no es normal—. Me empiezo a plantear que necesites una ducha de agua fría, veo que me va a tocar llevarte al hospital.

—No digas tonterías, —dice quejicoso el chico mientras continúa dando pequeños sorbos del vaso—, sólo necesito que te tumbes conmigo, seguro que así se me pasa, —termina diciendo mientras le devuelve el vaso para recostarse de nuevo.

—Tu remedio para todo, —sonríe Ho Seok mientras deja el vaso en la mesita para recostarse junto al chico.

Jung Kook se hace una bolita mientras es abrazado por Ho Seok, se centra en su olor, no hay nada mejor para olvidarse de la fiebre, para calmar sus dolores de cabeza o controlar sus repentinos cambios de humor, que ese olor a bosque, a campo, a aire libre... Jung Kook nunca ha sabido describir exactamente lo que es, pero no cree que haya otro como ese.

Pasan los minutos y parece que la temperatura no aumenta, Ho Seok lo agradece porque empezaba a plantearse seriamente lo de llevarle al hospital. Que le aumente bastante la temperatura no es nada nuevo, pero en esta ocasión empezaba a pasarse de la raya.

Ho Seok oye la puerta de la casa, oye la voz de Yoon Gi anunciar su entrada y cómo se aproxima hasta la habitación dando dos pequeños toquecitos leves.

—Pasa, —dice Ho Seok suave, lo suficiente para que le oiga sin molestar a Jung Kook.

Yoon Gi abre la puerta y automáticamente una mueca de asco se le dibuja en la cara. No hay vez que esto pase que a Ho Seok no se le dibuje irremediablemente una sonrisa en la cara.

—Santo cielo, ¿cómo lo aguantas? —pregunta cerrando la puerta para aproximarse a la cama—. Hasta para mi olfato que no es la gran cosa es horrible.

—Años de práctica, —responde dejando un beso en la cabeza de Jung Kook.

—Lo siento hyung, —se disculpa Jung Kook intentado esconderse entre los brazos de Ho Seok en un vago intento de que su olor cubra el suyo.

—No te disculpes, —le resta importancia sentándose en la cama—, es sólo que eres demasiado dulce para mí, —coloca una mano en el costado de Jung Kook en un intento de animarle sintiendo así su temperatura—. ¿No está demasiado caliente? —pregunta Yoon Gi preocupado, Ho Seok asiente con la cabeza.

—Lleva ya largo rato así, si le sube un poco más va a tocar llevarle al hospital, —explica Ho Seok acariciándole el pelo.

—No me vas a llevar a ninguna parte, —dice Jung Kook frunciendo el ceño a lo que Ho Seok rueda los ojos y Yoon Gi sonríe.

—¿Habéis comido algo? —pregunta Yoon Gi mirando a Ho Seok.

—Casi no me deja ni levantarme a por agua, —responde Ho Seok sabiendo que el otro se va a enfadar por esto.

—¿Lleváis todo el día sin comer? —pregunta horrorizado—. A mí nadie me avisó de que me iba a tocar hacer de niñera.

—No se enfade hyung, —susurra Jung Kook.

☘️TARDE DE OTOÑO☘️ -SOPEKOOK-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora