Ho Seok empieza a despertarse, ¿qué hora es? No tiene el móvil a mano, espera que no sea demasiado tarde. Ve que tiene a Jung Kook al lado con Yoon Gi haciéndole la cucharita, prácticamente no se le ve. Tienen las manos cogidas. Decir que al alfa no se le dibuja una enorme sonrisa de oreja a oreja es mentir descaradamente. ¿Pero cómo no va a sonreír? No se va a cansar ningún día de su vida de decir que son lo más hermoso del mundo.
Rápidamente recuerda lo sucedido anoche, en especial cuando le entregó su regalo a Jung Kook, bueno, su idea, porque realmente el regalo es tanto de Ho Seok como de Yoon Gi, igual que los tatuajes. También recuerda el momento en el que entró por casa, su olor a miel... el olor de su padre, el olor del omega que le dio a luz y lo crio.
Inevitablemente la mente de Ho Seok viaja a cuando él se fue de casa. Es tan diferente el vínculo de un alfa con sus progenitores al de un omega. Ho Seok quiso ser independiente y lo fue, hasta hoy. En cambio para Jung Kook... Esto no es tan fácil. No vale con cerrar la puerta e irse. El primer vínculo de alguien omega es con la persona que alumbra su existencia. La vergüenza y la culpa colman a Ho Seok, ¿cómo va a mirar hoy a Ji Ho? Siente que le ha robado a su hijo, aunque en el fondo sabe y no tiene dudas, de que ambos eran conscientes de que tarde o temprano pasaría. Y Chae Rin... Seguro que ella tampoco está prepara para soltar a su hijo, pero no le queda de otra que dejarlo ir.
Jung Kook se empieza mover aún dormido y Ho Seok no duda en dejar un par de besos en su cabeza.
—¿Hay que levantarse ya? —pregunta más dormido que despierto sin abrir los ojos todavía.
—No lo sé, no sé qué hora es, —dice Ho Seok buscando sus labios para dejar un pequeño beso.
—Si no me traéis café no me levanto, —masculla Yoon Gi en la espalda de Jung Kook, éste se carcajea incapaz de abrir los ojos al igual que el otro.
—Dejad que voy a preparar el desayuno, —dice Ho Seok con intención de levantarse pero Jung Kook no le deja.
—No te vayas, —dice pasándole una pierna por encima, ahora sí que sí no se puede mover.
—Pero tenemos que irnos y no sé qué hora es, —se ríe Ho Seok.
—La hora de seguir en la cama, —se limita a decir Yoon Gi.
—Podrías ayudarme un poco, —se queja el alfa.
—Te ayudo a no salir de la cama.
—Ese es mi gato, —dice Jung Kook aferrándose más a Ho Seok.
Se limita a suspirar y a quedar atrapado entre las sábanas por un rato más, sólo hay una cosa que termina moviendo de la cama a Jung Kook, el hambre. No es hasta que sus tripas suenan que decide moverse.
—Ve a por el desayuno, —dice Jung Kook quitándose de encima de Ho Seok para aferrarse a Yoon Gi. Éste se acomoda entre los brazos de Jung Kook.
—A mí tráeme café, —pide el beta.
Ho Seok no da crédito a lo que ven sus ojos y escuchan sus oídos, pues nada, tendrá que levantarse para traer a los otros dos el desayuno. Vaya tela. Lo bueno de poderse levantar es que al menos puede estirar un poco el cuerpo. Siempre que Jung Kook se le queda dormido encima luego tiene que volver a recuperar la circulación.
Antes de salir de la habitación, se queda mirándolos unos segundos, una estúpida sonrisa se dibuja en su rostro y, avergonzado sin saber la razón, sale de la habitación para dirigirse a la cocina.
Puede ver en el horno la hora, son las once de la mañana, no es tarde, pero pronto tampoco. De haberse despertado antes podría haber preparado algo rico, pero no quiere que lleguen con el estómago lleno a la comida en casa de Jung Kook... En casa de Jung Kook... En casa de los padres de Jung Kook... Como sea, a la comida que han organizado sus padres. Aunque muy probablemente Jung Kook no tendría problema con comer copiosamente en ambos lugares.
ESTÁS LEYENDO
☘️TARDE DE OTOÑO☘️ -SOPEKOOK-
FanfictionNadie dijo que ser alfa, omega o beta fuera fácil, menos cuando todo parece complicarse repentinamente a causa de los periodos de celo, un poco extremos, que encauzarán el destino de nuestros protagonistas en una historia compleja. Jung Kook, un ome...