2. Melisa, anís y tinta

128 11 6
                                    

Tras el fin de semana, el lunes toca recuperar la normalidad, después del celo a Jung Kook siempre le cuesta seguir la rutina, pero bueno, se intenta tomar las clases de esa mañana con calma, prestando la máxima atención posible.

Cada día se tiene que recordar por qué se está sacando la carrera de medicina, a pesar de que no le guste una mierda, bueno, eso tampoco es, pero no es lo que más le gusta precisamente, menos mal que este año ya se gradúa, ojalá y así pueda ser.

Ji Min puede ver como su amigo lo está pasando mal en el día de hoy y aún así hace todo el esfuerzo por no perderse detalle de nada.

En el descanso, van a la cafetería de la universidad y Jung Kook se lleva media cafetería bajo el brazo. Durante el celo no puede comer bien y eso hace que los días de después coma el triple.

—Ji Min, —le llama para que le preste atención—, antes de que nos encontremos con Tae Hyung, te quería preguntar, si podemos quedar un día de esta semana.

—Claro, —acepta de inmediato—, dime qué tarde tienes libre, sabes que yo por la tarde, salvo las cosas de la uni, no tengo nada.

—Creo que mañana después de dibujo me puedo saltar boxeo, no tengo ganas de reventarme con el saco, —dice Jung Kook llegando a la zona que se encuentra entre edificio de su facultad y la de Tae Hyung donde suelen reunirse.

—¿Te voy a buscar a dibujo pues? —propone Ji Min, Jung Kook asiente.

—Buenos días, —les sobresalta Tae Hyung.

—Para el que los sean, —dice Jung Kook mientras prepara las cosas para ponerse a comer.

—¿Qué tal el celo? —le pregunta Tae Hyung como si tal cosa, Ji Min quiere patearle la cara.

—Como la mierda, para variar, —responde sarcásticamente Jung Kook.

—Te tengo dicho que tomes supresores, —dice Tae Hyung con la mejor de las intenciones—. Y deberías dejar de juntarte con tanto alfa, te empiezas a parecer a uno.

—¿Pero qué dices? — dice Jung Kook frustrado con su amigo.

—No le hagas caso, —interviene Ji Min.

—Oye, poca broma, —añade Tae Hyung—, si no huele a Ho Seok, huele a Ji Soo, se apuntó a clases de boxeo para alfas; que si fuere para buscarte uno, te diría que eres un puto genio, pero es que estás ahí para ponerte como uno de ellos.

—¿Y qué hago si es la única forma que tengo de que Ho Seok no se haga daño? —dice Jung Kook frustrado, ¿por qué nadie puede puto entenderle?

—Amigo, igual lo que deberías hacer es dejar que Ho Seok aproveche ese día y vaya a buscar a alguien que le relaje, —continúa Tae Hyung haciendo que Jung Kook le fulmine con la mirada.

—Tú eres tonto, —afirma Ji Min bufando—, mira, mejor cállate, porque para que sigas diciendo gilipolleces, cierras el pico.

—Da igual, —dice Jung Kook centrándose en su comida.

¿Se creen que esta situación es fácil para él? Jung Kook se siente frustrado a más no poder. Da igual lo que piense que la tristeza le llena por dentro. Es consciente de que tome la decisión que tome al respecto, no le va a gustar y lo va a pasar mal.

Durante el resto del descanso, no participa en la conversación de Ji Min y Tae Hyung, se pierde en sus pensamientos mientras no para de comer. Cuando vuelven a clase, pone de nuevo todo de su parte para no perderse nada y agradece infinito el momento en el que terminan.

Despidiéndose de Ji Min se pone de camino al estudio de tatuaje, por el grupo que tienen empiezan a hablar de quedar esta noche para cenar en casa de Nam Joon y Seok Jin. No se lo piensa dos veces y dice que está cansado y que no tiene ganas de ir, pero que agradece la invitación.

☘️TARDE DE OTOÑO☘️ -SOPEKOOK-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora