6. Chocolate y canela

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Después de ese fin de semana, las cosas parecen continuar mejor hasta que Jung Kook toma una decisión. Si todo va a continuar igual, como parece que va a pasar, necesita algo que le frene un poco. No le gusta la decisión que toma, pero como todo el mundo le dijo, incluido Ho Seok, va a hacer lo que le parece más conveniente.

Desde que empieza a ir al médico para hacerse lo estudios con el fin de saber qué supresores son los más indicados para él, se da cuenta de que empieza a estar más irascible. Al principio puede controlarlo, pero según pasan los días, le hacen análisis y demás, se va poniendo peor.

Ho Seok en este tiempo. empieza a pasarlo realmente mal, no sabe cómo ayudar al otro, e incluso, lo que antes solucionaba con su sola presencia ahora no basta. La frustración es considerable. Puede sentir como el olor de Jung Kook se amarga por su constante estado de estrés, ¿por qué no deja que lo ayude de alguna forma?

Aún sin quererlo, empieza a tener ansiedad repentinamente, a veces, sin saber el motivo, siente que le falta el aire, otras veces, siente que tiene ganas de romper lo que tiene delante. Es desesperante.

Para Yoon Gi, es aún peor, puede ver cómo se encuentran ambos y cómo no son capaces de darse cuenta de qué es lo que les pasa. Encima tiene que cargar con su propia culpa por no ser capaz de hablar con ninguno de los dos. Por no mencionar la confusión interna que tiene, ese sentimiento de estar involucrado en algo que no le corresponde.

Un día, entre todos estos, Ho Seok, después de salir del trabajo se siente mal, raro, agobiado. Cansado de todo, mira la hora, Jung Kook tiene que estar por salir del estudio de Ji Soo, va con el coche hasta el estudio y espera ahí. Observa el lugar desde fuera, sonríe fijándose en los cristales tintados de negro, tan Jung Kook iba a ser el sitio. Pendiente de la hora, se empieza a plantear que se haya ido antes, pero se da cuenta de cómo sale una persona del estudio. Seguro que Jung Kook ha esperado a que "su noona" termine con el trabajo.

Efectivamente, pasa una media hora, ambos salen del estudio, Ho Seok ve cómo se despiden con un abrazo, tiene que apretar los dientes cuando ella deja un beso en su mejilla, ¿por qué siempre le da tanta rabia esto? Ya es algo tan común que es ridículo que pueda molestarle.

Jung Kook tarda un par de pasos en percatarse de su presencia, tiene que parpadear varias veces para cerciorarse de que no está soñando. Inconscientemente corre hasta él y le abraza.

—¿Qué haces aquí? —pregunta Jung Kook sin tener intención de romper el abrazo.

—Tenía ganas de verte, —es sincero Ho Seok, absorbiendo el ligero aroma, ahora amargo del chico—. ¿Te llevo a casa? —se ofrece para pasar un rato con él.

—Claro, —acepta Jung Kook soltándole finalmente.

Los dos suben al coche y el camino empieza en silencio, pero Jung Kook se decide a hablar.

—¿Quieres quedarte un rato conmigo? —propone—, en mi casa digo, cuando lleguemos.

—Por supuesto, —acepta Ho Seok sin pensárselo dos veces, es la primera vez en varias semanas que parece estar más receptivo.

En coche no tardan mucho en llegar.

Ya en casa de Jung Kook, como siempre saludando a la madre y al padre de éste, se van a su habitación.

—Creo que en una de estas debería de ir a ver a mis padres, se van a pensar que los he abandonado, —comenta Ho Seok medio riéndose.

—Deberías, —coincide Jung Kook sentándose en la cama—. ¿Vienes? —pregunta mientras da unos pequeños toques en el colchón para que el otro se siente a su lado. Ho Seok así hace—. ¿Cómo es eso de que tenías ganas de verme? —pregunta Jung Kook.

☘️TARDE DE OTOÑO☘️ -SOPEKOOK-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora