13. Rosas

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Jung Kook está en medio de su semana de exámenes, ni el descanso es para descansar pues lo utilizan para repasar, pero aún así, se han ido a donde siempre a ver si tanto Ji Min como él consiguen saber algo de Tae Hyung.

Parece que los minutos pasan y nada que aparece, los dos chicos comen mientras repasan el siguiente examen. Esto continúa así hasta que Jung Kook cree percibir un olor familiar, pero está como lejos. Le desconcentra y empieza a mirar a su alrededor, de ahí viene el olor. Le da un golpe a su amigo para que también mire en la dirección donde se encuentra Tae Hyung parado, está jodidamente raro. ¿Cuánto hacen que no lo ven así?

Poco a poco se acerca con pasos cortos y la mirada gacha. ¿Qué le ha pasado? ¿Dónde está el Tae Hyung seguro? Jung Kook se lanza una mirada con Ji Min quien le responde con una pequeña mueca.

Jung Kook no puede dejar de observarle, se ha vuelto a dejar su flequillo medio rizado, vuelve a usar las gafas, su ropa es la de siempre, pero le hace ver muy diferente y su olor... su olor es mucho más fuerte y también más natural. Ha pasado de oler a colonia de rosas a oler como una floreciente rosaleda.

Tae Hyung se sienta en la mesa sin siquiera mirar a sus amigos, saca los libros y su almuerzo y finalmente levanta la cabeza.

—No digáis nada, simplemente he dejado de tomar los supresores, —dice antes de empezar a comer volviendo a ignorarles.

Jung Kook y Ji Min se limitan a mirarle antes de continuar con lo que están haciendo, pero lo cierto es que el ambiente se vuelve medio raro. De vez en cuando Ji Min intercambia una mirada con Jung Kook y viceversa, pero Tae Hyung no dice absolutamente nada.

—Estaba yo pensando, —se anima a decir Ji min en lo que termina su comida—. Que podríamos tomarnos algo después del último examen de hoy.

—Tenemos que estudiar, —objeta Jung Kook sintiendo tremendo puntapié en su espinilla. Tiene que apretar los labios para no hacer una mueca de dolor—. Pero por un ratito, no creo que pase nada, —dice en ademán de arreglarlo.

Esperan a que Tae Hyung diga algo, pero no parece estar escuchándolos.

—Tae Hyung, —le llama Ji Min, es ahí cuando les presta atención.

—Que si quieres que luego vayamos a tomar algo, —repite Jung Kook, pero solo consigue que su amigo vuelva a mirar sus apuntes.

—Tengo que estudiar, —dice con voz baja.

Los otros dos se desesperan con él, lo dejan por imposible y se centran en lo que tienen que estudiar.

Siendo sinceros, Jung Kook está bastante tranquilo, lleva desde que se hizo el tatuaje sin pasar por boxeo ni el gimnasio, prácticamente no ha ido a las clases de pintura ni al estudio, pero lo bueno, es que está sacando los exámenes sin problema. Eso es maravilloso. Aún así no quiere confiarse y por eso a cada rato que puede repasa.

En cuanto la alarma del móvil de Ji Min suena, empiezan a recoger las cosas, no quieren llegar tarde al siguiente examen.

—Luego podemos ir a tomar algo si queréis, —les sorprende Tae Hyung, los otros dos se quedan mirándole desconcertados—, si queréis seguir yendo, claro.

—Sí, —se apresura a decir Ji Min mirando a Jung Kook quien asiente—. Claro que sí, después nos vemos.

Tae Hyung asiente y se termina yendo primero del lugar. Los otros dos también toman sus cosas y se ponen de camino a su edificio.

—Da un poco de miedo, —comenta Ji Min—. No sé como le han podido afectar tanto los supresores.

—Dejando a un lado que sí da un poco de miedo, siento que vuelve a ser el de siempre, —continúa Jung Kook acordándose de su amigo antes de que se empezase a tomar las pastillas del demonio—. El cambio que dio cuando se las empezó a tomar también fue terrorífico.

☘️TARDE DE OTOÑO☘️ -SOPEKOOK-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora