45. Vainilla y melisa

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Jung Kook está cansado, volver al trabajo después del celo es complicado. Lleva tal cantidad de inhibidor de olor que está de camino al estudio de tatuaje y no cree que vuelva la vainilla hasta dentro de unas horas. Es mejor prevenir en el hospital, no queremos problemas.

En cuanto llega, Ji Soo está recogiendo el estudio. Le gusta el olor fresco que tiene el estudio, pero ahora, nada más entrar está mezclado con algo que le resulta desagradable. Ni siquiera le pone atención para saber qué es.

—Hola, —le saluda Jung Kook dejando sus cosas.

—¡Hola! —corresponde Ji Soo animada—. ¿Qué has estado haciendo? —pregunta con tono de burla mientras le olfatea.

—Es el inhibidor de olor, —dice sonrojado—, me parece que me voy a tirar así todo el día. Y no me gusta nada. —La expresión del omega completamente enfurruñado le sacan unas carcajadas a Ji Soo.

—Te deberías haber ido a casa, darte una ducha y descansar, no pensé que fueras a venir, —le dice mientras se pone a recoger de nuevo.

—Creo que... saliendo de casa descanso más, —dice dejándose caer en la silla mientras resopla. Ji Soo empieza a estallar en carcajadas—. Tú ríete, pero estoy destruido.

—¿Ha sido intenso? —dice intentando que no suene a burla, no quiere que el chico la malinterprete.

—Creo que intenso podría definirlo bien, quizás se le quede corto, no sé... es tan... raro, —dice haciendo con su cara una mueca divertida.

—¿El qué es raro? —pregunta Ji Soo sentándose en su silla.

—Ha sido tan diferente a todos mis celos pasados, siempre me sentía tan mal, era como que necesitaba a Ho Seok siempre cerca. Sin embargo, ahora yo mismo buscaba a Yoon Gi y a Ho Seok. Y siempre una sensación de estar insatisfecho, y querer una y otra y otra vez. —Las palabras de Jung Kook parece más las de un paciente hablando con su médico, que la un amigo hablando con su amiga—. No tiene nada que ver la teoría con la práctica.

—La teoría está bien, pero vivir estas cosas, es otra vaina, —dice ella tranquila.

—Y lo peor no fue eso, fue los cambios de humor que tuve días antes, fueron... ¡horribles! —La mueca en su rostro vuelve a ser de desagrado, pero no dura mucho—. Siempre solía ponerme más sensible, las cosas me afectaban más, pero no a ese nivel.

—Bueno, igual los siguientes no son así de intensos, después de todo este es el primer celo que vives de esta manera, —explica Ji Soo tranquila—. Probablemente os estuvierais reprimiendo durante todos estos años y ha acabado explotando.

—Supongo...

Jung Kook se queda mirando al techo, pensativo, empieza a vagar por su mente acordándose también del celo de Ho Seok.

—¿En qué estás pensando? —se interesa Ji Soo con un tono cariñoso y una mirada cálida.

Jung Kook se sonroja irremediablemente, no puede evitar sentirse siempre como su hermano pequeño.

—En que el sentimiento ha sido muy diferente a cuando Ho Seok estuvo con el celo, —responde Jung Kook exteriorizando lo que pasa.

—Bueno, la funcionalidad no es la misma, después de todo, cuando un alfa está en celo, no es tanto por lo reproducción en sí misma. —La cara de desagradado mientras dice esto hace que quien se ría ahora sea Jung Kook.

—Lo sé, esas pequeñas diferencias injustas de castas, no pasa nada, —quiere restarle importancia.

—Decir que no pasa nada no me parece justo, ¿qué tan diferente lo has sentido?

—Cunado Ho Seok tuvo el celo, quería estar para él, en cambio en el mío... lo necesitaba tanto... Era como si no me pudiese saciar nunca.

—¿Ves como no puedes decir que no pasa nada? —Ji Soo se ríe otra vez por la inocencia del omega—. Irremediablemente los omegas siempre van a estar ahí para los alfa cuando se les antojen, con la diferencia de que tú tienes la suerte de haber encontrado a tu persona perfecta, bueno, a tus dos personas perfectas. —Le guiña un ojo quitándole peso al asunto, dramatizando después dejándose caer en su silla—. Los omegas siempre tenéis que estar ahí, para nuestro disfrute personal, bien sea porque nos busquéis por la necesidad de reproduciros o porque nosotros queramos saciarnos a diestro y siniestro.

—No hables así, parece que sois monstruos y no es tan así, —dice Jung Kook apenado por las palabras de su noona—. Claro que hay infinidad de alfas que se aprovechan y que nos tratan como la mierda y bueno... que se creen con derecho a todo y sobre todos.

—No se trata de que todos seamos buenos o malos, la realidad es la que es, la diferencia es quien se aprovecha de ella y quien no, —aclara Ji Soo—. Afortunadamente, estás rodeado de buenos alfas, pero hay tanto ser despreciable.

Es imposible que esas palabras no calen en la mente de Jung Kook, porque sí, él ha tenido suerte, pero en cambio Yoon Gi no. Ni siquiera es omega y le han tratado como la mierda.

—No pienses en más cosas feas, —interrumpe en su cabeza Ji Soo dejando un beso en su cabeza—. Tú piensa en las buenas personas que te rodean y que te quieren.

No tarda en llegar el siguiente cliente y Ji Soo se tiene que poner a trabajar. Jung Kook se pone a practicar sobre la piel sintética, está deseoso de poder cortar piel de verdad con la aguja.

Mientras se pierde con el zumbido de la aguja, por la mente de Jung Kook repasa todos los hechos vividos durante el celo. También pasean las palabras de Ji Soo por su cabeza. No puede no pensar en cada acto de amor de Ho Seok, desde que tiene recuerdo de él. ¿Por qué no todo el mundo puede tener la misma suerte? ¿Es realmente suerte? Una vez más, es inevitable que la imagen de Yoon Gi se vuelva a dibujar en su cabeza. Una corriente de rabia le recorre el cuerpo. No puede evitar pensar en el padre del beta. ¿Cómo no vas a querer a tu hijo por no ser beta? ¿Qué sentido tiene eso? Ninguno. Más rabia le da pensar el que por eso mismo pueda ser lo que provocase el que acabase tirándose a los brazos del alfa equivocado, del que lo trató tan mal. ¿Por qué? No hay ninguna respuesta que realmente pueda justificar un comportamiento así.

¿Fue suerte el que apareciese Ho Seok en su vida?

Cómo no sonreír con el siguiente pensamiento que cruza la mente de Jung Kook.

No fue suerte, fue el destino, el destino ha querido que estén juntos y la desgracia es que fue a él a quien le tocó la historia difícil.

Jung Kook recuerda su etapa adolescente, el momento en el que se sentía como un omega roto. Esa etapa no fue fácil, pero siempre lo tuvo a él. ¿Y a quién tuvo Yoon Gi? Bueno, al menos durante una época de su vida estuve bien con Won Sik, pero tampoco debió de ser fácil dejarlo para irse con el otro payaso.

—Jung Kook, el ángulo de la aguja, —escucha decir a Ji Soo volviendo en sí.

Se ha ensimismado tanto que no se ha dado cuenta.

—Lo siento, —dice en un susurro avergonzado, hacía mucho que no le corregía.

Vuelve a ponerse a lo suyo, pero su cabeza no tarda otra vez en irse de paseo. ¿Son solo los alfas los malos? ¿Y los omegas? No puede evitar acordarse de Tae Hyung, de todo lo que hizo por encontrar uno. Por más que fuese por decisión propia, que lo hiciese por él... ¿Realmente salía ganando él? ¿Por qué esa necesidad de un omega de buscar un alfa? Más allá de gustos o preferencias... Esa búsqueda tan obsesiva... Nada tiene sentido. Quizás por una cuestión biológica pudiera tenerlo, pero se supone que ya están lejos de ser animales. Bueno, quizás no tan lejos.

Jung Kook recuerda perfectamente como su cuerpo buscaba a su alfa y a su beta durante el celo. Sabe que los necesitaba a ellos porque son sus compañeros de vida, ¿pero de no existir ellos? ¿Se habría ido a buscar algún otro alfa por ahí? ¿Realmente cómo se darían los roles en esa situación? Tiene claro que el omega jamás tiene el control, de hecho, sentía que tenía más control sobre Ho Seok estando en celo.

Hay momentos en los que la cabeza de Jung Kook no deja de ser un auténtico quebradero. ¿Tanta teoría en la universidad para qué? Es tan frustrante. Al final acaba dando todo igual, el mundo está hecho por y para los alfas, todo lo demás está por debajo de ellos. La única esperanza es que ellos mismos se deconstruyan o hayan sido criados en familias ya deconstruidas. Esto es algo por lo que Jung Kook estará eternamente agradecido.

☘️TARDE DE OTOÑO☘️ -SOPEKOOK-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora