☘️TARDE DE OTOÑO☘️ -SOPEKOOK-

20. Canela, chocolate y frutos del bosque II

Jung Kook y Ho Seok se ponen de camino a casa, al poco de subirse al coche el móvil de Ho Seok empieza a sonar, es Yoon Gi. Jung Kook responde, el beta quiere saber si está todo bien, Jung Kook le dice que ya van de camino y el del otro lado del teléfono parece quedar conforme despidiéndose con un: os espero en casa.

El problema viene cuando después de esto se hace un pequeño silencio. Los dos saben que tienen algo que decir, ese silencio no es normal en ellos y es porque, como de costumbre les pasa, algo les quema en la punta de la lengua, claro que a Ho Seok no le cuesta tanto soltar prenda y no ve sentido a seguir reteniendo lo que tiene que decir.

—Jung Kook he-

—Hablado con tus padres, lo sé. —No preguntéis como lo sabe, pero lo sabe, algo dentro de sí se lo dice. Ho Seok se queda un poco desarmado, pero si lo sabe es porque sólo ha podido pasar una cosa.

—Tú has...

—Sí, —se limita a afirmar Jung Kook.

—¿Quieres que esperemos a casa para hablar de esto con Yoon Gi? —pregunta Ho Seok preocupado.

—Lo vamos a tener que hablar con él de todos modos, —suena Jung Kook resignado.

—Pero... ¿estás bien? —pregunta preocupado Ho Seok, porque la verdad, por como habla, pareciera que ha salido algo mal.

—El que no debería estar bien eres tú, mamá está decepcionada contigo, —comenta Jung Kook con un tono raro que Ho Seok no sabe como interpretar, ¿está Jung Kook molesto con él?

—¿Qué? —Ho Seok como de costumbre no se entera de nada.

—Luego en casa hablamos, no pasa nada malo, —dice más tranquilo Jung Kook con una pequeña sonrisa sincera.

Esto a Ho Seok no le sirve, no es como si se quedase más tranquilo, todo lo contrario, ahora mismo es todo preocupación e incertidumbre.

La cabeza de Jung Kook repite la conversación con sus padres, en especial cada cosa que ha dicho su madre, ¿cómo no va a estar preocupado? Se intenta convencer de que todo va a estar bien, de que no va a pasar nada malo, pero... ¿quién asegura nada?

Jung Kook está tan perdido en sí mismo que no es consciente de que llegan hasta que Ho Seok le coge la mano una vez aparca. Jung Kook se queda mirando el lazo, el cual aprieta con fuerza, lleva su mirada a la de Ho Seok y no necesitan nada para saber que necesitan un abrazo. De forma automática se quitan los cinturones y se funden en ese abrazo tan necesitado. Jung Kook intenta aferrarse a ese olor a bosque, a ese olor que es su lugar seguro, ese olor que forma parte de su nuevo hogar. Este último pensamiento hace que achuche más el lazo y el alfa se da cuenta.

—Dime lo que sea que te está carcomiendo por dentro, —le pide Ho Seok—, no me importa si es algo que tenga que escuchar dos veces porque quieras hablarlo con Yoon Gi.

—En verdad, lo que más me preocupa, no es algo que crea poder decirle a Yoon Gi... —responde sincero Jung Kook con tono de tristeza.

—Bueno, pues dímelo a mí, —le pide Ho Seok acariciando una de sus mejillas queriendo reconfortarle de alguna forma.

Jung Kook siente una presión en su pecho, lo que le lleva carcomiendo todo el camino ahora tiene que salir y le da miedo exteriorizarlo porque entonces el miedo se volverá una realidad. El omega intenta sacar fuerza de la mirada de Ho Seok, pero en esta solo encuentra miedo, preocupación y amor. Es en esto último a lo que se aferra, porque es lo que verdaderamente importa después de todo.

—Tengo miedo de que mamá no quiera a Yoon Gi, —termina susurrando mientras sus ojos se cristalizan y su labio inferior tiembla.

Ho Seok cree sentir auténtico horror, aferra fuerte entre sus brazos a Jung Kook que aguanta sus lágrimas como puede porque no quiere que se le marque la cara cuando suba a casa. El alfa deja besos en su cabeza, quiere esperar a que se tranquilice antes de decir nada. Realmente siente rabia por lo dicho y eso que solo es un miedo del pequeño, ni siquiera es una amenaza real. Intenta pensar las cosas con calma y analizar la situación con el fin de ayudar a Jung Kook a calmarse.