38. Canela, chocolate y frutos del bosque IV

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Jung Kook, Ho Seok y Yoon Gi están volviendo a casa en taxi, están cansados y quieren volver cuanto antes.

Se van con el sentimiento de haberlo pasado bien con sus amigos, pero no pueden evitar sentir una espinita casa uno de ellos, que a pesar de ser causado por lo mismo, acaba siendo diferente para cada uno de ellos. Yoon Gi siente que carga con un lastre que para colmo pone en peligro a Jung Kook también; Jung Kook está preocupado porque le mata que por culpa de ese ser Yoon Gi no pueda ser quien quiera ser y no esté cómodo con ellos; y Ho Seok... es una bola de preocupación y de impotencia, el creer no poder hacer nada para ayudar a Jung Kook y a Yoon Gi es como una tortura.

El silencio prima en el interior del vehículo y los tres saben que en sus cabezas ahora sólo da vueltas lo malo vivido horas atrás. Es increíble cómo a las cabezas les gusta regocijarse en lo malo y no son capaces de dejarlo a un lado para pensar solo en lo bueno.

Cuando llegan a casa, paga Yoon Gi el taxi pues es el primero en tener el móvil listo para pagar, se bajan del vehículo y Ho Seok se adelanta para ir abriendo. Jung Kook y Yoon Gi le siguen mientras el primero abraza al segundo por la cintura.

En el momento en el que están los tres en el ascensor, como un imán ajeno a ellos, se abrazan los tres, buscando consolar a los contrarios. Se quedan así hasta que se abre la puerta del ascensor y se meten en casa. Se quitan los zapatos con rapidez y Ho Seok en cuanto puede engancha a Yoon Gi por la cintura.

—¿Qué haces? —pregunta riéndose mientras siente como Ho Seok se pega a él.

—Quiero decirte algo, —dice dejándole un beso en la mejilla.

—¿Y es necesario esto? —pregunta buscando sus labios mirando hacia atrás para dejar un beso en ellos.

Jung Kook mira la escena fascinado. Ho Seok le tiende una mano para que vaya con ellos y se sientan los tres en el sofá quedando Yoon Gi sobre el regazo de Ho Seok.

—¿Qué pasa? —pregunta Yoon Gi ya que Ho Seok no dice nada.

—Sabes que hay muchas cosas que se me escapan, bueno, que se nos escapan, —aclara mirando a Jung Kook que asiente ante las palabras—. Pero nos gustas tú y te queremos así, no quiero hablar por los dos, —continúa volviendo a referirse al omega—, pero quiero amarte tal y como eres, no quiero que piensen que por ser verdaderamente tú, no me vas a gustar. No sé cómo fue tu relación con el ser ese, ni quiero saberlo porque me dan ganas de romperlo todo, —explica mientras la mano de Jung Kook viaja hasta su nuca con el fin de masajear sus cabellos y así se tranquilice—. Lo importante, puedes ponerte lo que quieras, estás precioso cuando vas a dar clase, cuando salimos por la tarde, como ahora mismo. No quiero que pienses como él, porque no creo haberte dado motivos para que pienses eso de mí...

Ho Seok quiere seguir hablando pero los labios de Yoon Gi chocan bruscamente con los suyos mientras siente como llueven pequeñas lágrimas por sus mejillas. Jung Kook se limita a pegar su cabeza a la de los otros dos. Mientras acaricia la nuca de uno y la pierna de otro.

—Eres el alfa más maravilloso que he conocido, —dice Yoon Gi separándose de él, mientras se le caen las lágrimas descontroladamente sin perder la sonrisa.

—Soy consciente que para algunas cosas te entiendes mejor con Jung Kook que conmigo y eso está bien, no hay problema, —continúa Ho Seok—, pero no quiero que te dé miedo hablarme o algo así, porque es algo que hasta ahora jamás había pasado, no quiero que esto cambie nada.

Creo que no hay palabras para describir como se siente Yoon Gi ahora mismo. ¿En qué momento le ha podido dar miedo decirle algo a Ho Seok? ¿O que opine sobre algo? Al contrario, nunca ha tenido problema con soltarle las verdades de frente, ¿qué pasa ahora?

☘️TARDE DE OTOÑO☘️ -SOPEKOOK-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora