23. Chocolate amargo y frutos del bosque

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Yoon Gi está volviendo a casa algo cansado, no tanto físicamente como mentalmente. Hoy han tenido claustro de profesores y está que no puede más. No ve el momento de llegar a casa y tomarse un café, sentarse en el sofá y abrazarse a Ho Seok. Porque hoy es uno de esos días maravillosos en el que vuelve del trabajo y uno de sus amores le recibe con un beso. Ojalá pronto pueda volverse una rutina con los dos.

Cuando llega a casa, se asusta al ver las deportivas de Jung Kook, entonces también ve la mochila tirada a un lado, ¿qué ha pasado?

Suelta sus cosas rápidamente mientras se quita los zapatos y donde su instinto le lleva antes es al cuarto del alfa. Está a punto de gritar sus nombres cuando los ve en la cama. Se queda completamente abrumado al ver tremendísima estampa.

Encontrárselos completamente desnudos ya es un choque, pero encima están iluminados por la luz del atardecer. Es imposible que pueda haber nada más hermoso. Se fija en como Ho Seok está tumbado sobre Jung Kook, como si lo estuviese arropando con su cuerpo, ya ves tú, si es Jung Kook casi el doble que él. Pasa a la habitación para contemplarlos más de cerca, entonces empieza a ver un sinfín de marcas en el cuerpo de ambos. ¿Qué mierdas ha pasado? No es como si ellos fuesen violentos en la cama, al menos con Yoon Gi no, ¿es esta su primera vez solos no? Un montón de cosas pasan por la mente de Yoon Gi. Hasta que el planteamiento de que Ho Seok esté en celo pasa por su mente. Su último celo normal fue en enero, por lo que podría ser perfectamente. Y eso responde a la pregunta de por qué Jung Kook ha llegado tirándolo todo por todas partes. Que caos.

Independientemente de todo, se queda observándolos unos minutos, que par de brutos. Entonces se fija que no han ni tirado el condón a la papelera. Vaya tela. Lo coge y lo tira él mismo, capaz se levantan y lo pisan. Bueno, al menos han usado condón, eso está bien, es que han controlado la situación.

Yoon Gi decide seguir con su plan previsto, sólo que sin bienvenida de Ho Seok, pero bueno, todo sea por una buena causa. Se va a la cocina y se pone a hacer café. Resopla al ver que Ho Seok se lo ha terminado y no ha hecho más.

El aroma a café del beta, despierta a cierto alfa, alza su cabeza algo confuso y no le ve a su alrededor. Se levanta de la cama con cuidado de no despertar a Jung Kook y se percata de que falta una cosita del suelo, definitivamente ha tenido que llegar Yoon Gi.

Él que está tranquilamente mirando la cafetera, se sobresalta al sentir como alguien le abraza y traga cuando nota el miembro de Ho Seok pegado a su culo.

—¿Estás desnudo? —es lo primero que pregunta sintiendo como el otro deja un beso en su mejilla.

—Sí, —dice como si nada, Yoon Gi rueda sus ojos—. ¿Ha pasado algo? Llegas tarde...

Yoon Gi quiere girar sobre sí mismo y Ho Seok le deja su espacio apoyándose en la encimera a un lado.

—He tenido claustro, —explica Yoon Gi cruzándose de brazos—. ¿Tú estás bien?

—No sé si bien es la palabra, —suelta una carcajada Ho Seok.

Se siente maravillosamente bien, mejor dicho... se sentía, porque ahora mismo siente las repentinas ganas de tener a Yoon Gi como ha tenido a Jung Kook. El beta se empieza a reír cuando nota su aroma a chocolate, chocolate especialmente amargo.

—¿No has tenido suficiente? —pregunta Yoon Gi cogiendo una taza para servirse el café recién hecho.

—A ti no te he tenido, —responde Ho Seok agarrándolo por la cintura mientras se vuelve a colocar tras él.

—¿Sabes que no es igual verdad? —dice Yoon Gi queriendo ignorarle.

Ho Seok le empieza a morder la oreja y al beta se le escapa un suspiro, menos mal que quería el resto de la tarde tranquilita.

☘️TARDE DE OTOÑO☘️ -SOPEKOOK-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora