☘️TARDE DE OTOÑO☘️ -SOPEKOOK-

32. Café y tinta

Yoon Gi está histérico, no quiere estarlo, pero tampoco puede no estarlo, un circo la situación que hay en su casa. Ho Seok se está duchando porque ha llegado del trabajo después que Yoon Gi y éste no para de dar vueltas por la sala.

¿A qué se debe todo este nerviosismo? Hoy es el día, today is the day. Mira la que se cree bilingüe.

Lo importante, hoy es el día en el que Yoon Gi se va a ir a tatuar y está esperando a que Ho Seok se prepare para que le acompañe. Todavía no sabe cómo va a conseguir que Jung Kook no insista en verle o como le van a poder impedir que le vea, pero hará todo lo posible.

Se cansa de ir de acá para allá y se sienta en el sofá con los brazos cruzados, su pierna empieza a moverse sola de los nervios, ¿es que va a tardar tres horas en ducharse? Según piensa eso, Ho Seok abre la puerta del baño, sale con la toalla envuelta a la cadera y el beta le sigue hasta que se mete en la habitación. Alfa del demonio, no puede darse un poco de prisa.

Yoon Gi se siente mal por pensar así, pero como ya hemos dicho, no se aguanta las ganas de irse a hacer el maldito tatuaje.

—¿Estás listo? —escucha decir a Ho Seok cuando sale de la habitación.

—Llevo listo desde antes de que llegases, —responde indignado Yoon Gi saltando del sofá para dirigirse a la salida.

—Lo sé, —se ríe Ho Seok con malicia, Yoon Gi quiere pegarle muy fuerte—. Anda vámonos antes de que empieces a echar fuego por la boca.

Yoon Gi gruñe pero prefiere no alargar la conversación para que salgan de casa de una maldita vez.

Durante el camino hablan sobre como van a esconderle a Jung Kook el tatuaje, quizás si Ho Seok va a verle de vez en cuando no hay necesidad de que vaya a casa, pero a Yoon Gi le pone mal no verle en tanto tiempo.

Desde que se bajan del coche, Yoon Gi tiene que esforzarse por no salir corriendo al estudio. Ho Seok le coge de la mano e inevitablemente eso le relaja hasta el punto de olvidarse que estaba histérico hace un instante. Llaman a la puerta y espera a que Ji Soo les abra.

—¡Buenas! —saluda animada—, llegáis pronto, esperad aquí, no tardo en terminar la pieza con la que estoy.

Los dos chicos asienten y se sientan en las dos butacas que hay.

—Tanta prisa y mira, ahora tenemos que esperar, —dice Ho Seok con ganas de molestarle.

—Todavía te pego, —dice Yoon Gi tan sereno como puede. No se aguanta a sí mismo.

Se levanta de la butaca y se va a sentar sin pedir permiso sobre el regazo de Ho Seok. Es increíble como el estar junto a él le relaja. Cierra los ojos y respira profundo. Puede imaginarse un bosque frondoso, lleno de calma, de paz. Se recuesta sobre el cuerpo del alfa y éste le empieza a acariciar la cabeza. Ahora sí que se olvida de toda existencia.

—Eres maravilloso, —susurra Yoon Gi escuchando una pequeña carcajada por parte del otro.

No es hasta que escuchan la puerta del estudio que se mueven de como están. Yoon Gi se levanta del regazo de Ho Seok con calma para que no parezca que estaban haciendo algo malo y se sienta en la butaca contigua otra vez.

Ven como Ji Soo cobra a la chica que ha tatuado y como le da las indicaciones de cuidado. Va hasta la puerta con ella despidiéndose así.

—Bueno, ya estoy con vosotros, —dice la chica yendo a la puerta de la habitación de tatuar—, pasad.

Yoon Gi se levanta cual rayo, mientras Ho Seok se ríe y le sigue. Al beta le late tan fuerte el corazón ahora mismo que cree que los otros dos puedan escucharlo perfectamente.