27. Vainilla, bosque y café II

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Jung Kook está en casa de Ho Seok y Yoon Gi vistiéndose, está ya por terminar julio y es ahora cuando han conseguido encontrar un día para quedar todos. Ni que fueran ministros para poder tener una tarde libre.

Los nervios hacen que le duela la tripa, no está preocupado, pero sí está ansioso, no sé ha querido ocultar en todo este tiempo, pero poder darle un beso a Ho Seok o a Yoon Gi delante de quien sea... y que nadie pregunte porque lo sepan y sea algo cotidiano... Da mucho vértigo.

Yoon Gi está en el baño, bastante más nervioso que Jung Kook, sabe que aunque para los otros dos, él es exactamente igual de importante, para el resto va a ser el tercero en discordia. Le están dando náuseas. Necesita respirar hondo para tranquilizarse.

—Todo va a ir bien, todo va a ir bien...

No para de repetirse esas palabras una y otra vez. Pero nadie le asegura que vaya a salir realmente bien. Necesita darse unos minutos para tranquilizarse aunque no cree que pueda.

En cambio, sentado en el sofá, está Ho Seok muy tranquilo esperando a los otros dos. No sabe la razón de que tarden tanto, pero les quiere dar su espacio. Por algún motivo tiene el extraño sentimiento de que tiene que ser él quien mantenga la cordura esta tarde y así lo piensa hacer.

La verdad es que el alfa no cree ni que sus amigos se enfaden, ni les cuestionen, ni nada de nada, pero sabe que es un miedo que van a tener los otros dos, al menos uno de ellos seguro. ¿Cómo van a salir de esta? Pues no lo saben, pero Ho Seok siente que va a ir todo bien y se piensa aferrar a eso.

Como si se hubiesen puesto de acuerdo, la puerta del baño y de la habitación se abren al mismo tiempo.

—¿Ya estáis? —pregunta Ho Seok levantándose del sofá.

Los otros dos asienten, el pánico de Yoon Gi es perceptible y los nervios de Jung Kook también. La diferencia entre ambos es que el primero tiene una mueca y el segundo una sonrisa nerviosa. Ho Seok se los queda mirando, ¿cómo no va a amarlos? Son lo más precioso de este mundo. Jung Kook está precioso con sus pantalones estrechos que le marcan todas las piernas y su camiseta ancha, no sabe como no se cuece. Yoon Gi, en cambio, lleva un vaquero algo más holgado con una camiseta blanca. Definitivamente no son más preciosos porque no pueden.

—Vámonos pues, —dice el alfa animado—. ¿Tienes tú las llaves del coche Yoon Gi? —extiende la mano.

Yoon Gi busca en su bolsillo y las saca, justo cuando se las va a dar Ho Seok le coje la mano y con la otra le quita las llaves que quedan en el lazo. El beta se sonroja ante el gesto, pero de verdad necesita esa mano.

Desgraciadamente no dura mucho el lazo porque se tienen que poner los zapatos, pero bueno. En cuanto salen por la puerta Ho Seok vuelve a cogerle de la mano y el otro la aprieta con fuerza.

—Todo va a ir bien, —dice Ho Seok queriendo convencer a los otros dos mientras están en el ascensor.

—Estoy de los nervios, no lo voy a negar, —dice Jung Kook resoplando.

—Yo creo que voy a vomitar, —dice Yoon Gi en tono bajo.

—No vas a vomitar, porque estamos contigo, —le dice Ho Seok dándole un beso en la mejilla.

Cuando se van a subir al coche, Ho Seok le pide a Jung Kook que se suba al asiento trasero con Yoon Gi, el omega así hace. Se pone en el asiento del medio y Yoon Gi se sienta detrás de Ho Seok. El beta se recuesta sobre Jung Kook mientras intenta calmarse respirando su olor a vainilla, hace tiempo que no le desagrada el que sea tan dulce, al contrario, le gusta y además, mucho.

Ho Seok está concentrado en la carretera cuando Jung Kook llama su atención.

—¿Cómo es posible que estés tan tranquilo? —dice en un susurro.

☘️TARDE DE OTOÑO☘️ -SOPEKOOK-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora