☘️TARDE DE OTOÑO☘️ -SOPEKOOK-

35. Canela, chocolate y frutos del bosque III

Jung Kook está nervioso, ahora mismo está preparándose en su casa para ir en cuanto termine a la de Ho Seok y Yoon Gi. Ha salido antes del estudio de tatuaje para que no llegue muy tarde aunque de todos modos, le va a acercar su padre para que vaya con más calma.

Siente un fuerte dolor en su estómago, sabe que es de los nervios que tiene, no lo duda, pero no tiene forma de hacer que se esfumen. Encima no saber qué ponerse solo hace que se ponga más nervioso todavía. Sabe que a Ho Seok le gusta que use pantalones estrechos y a Yoon Gi le gusta que parezca grande (es grande, no sé qué tiene que parecer). De lo que no tiene duda es de ponerse por fin uno de los jockstrap de encaje que tiene. Pero, ¿qué se debería de poner? El clásico de los pantalones de cuero nunca falla. Tampoco sabe qué plan tienen los otros dos, sí tiene que ir a su casa, ¿pero se van a quedar ahí?

Una lucecita se enciende en la cabeza de Jung Kook, no, nada de pantalones de cuerpo por esta noche, se vuelve como loco buscando un pantalón en su armario. Uno que hace mil años que no se pone. Ahora se empieza a poner nervioso porque no lo encuentra. Bueno, pues si hay que sacarlo todo y mirar prenda por prenda, pues se hace.

Finalmente consigue encontrar los dichosos pantalones, qué tienen de especial os preguntaréis. Bueno, pues unos rotos considerables que dejan ver el bonito tatuaje de su pierna. No sabe cuánto tiempo lleva sin ponérselos, era unos pantalones que se ponía cuando quedaba con Ho Seok en el barrio. Se los compró después de hacerse el tatuaje. ¿Tal vez con intención de provocarle?, puede ser. Pero no será él quien reconozca esto. Aunque ya a estas alturas del partido da un poco igual.

Problema, Jung Kook está más grande que en aquel entonces, y tiene que esforzarse en abrocharse el botón, bueno, podría ser peor. Entonces cae en la cuenta de algo, ¿cómo va a enseñar el tatuaje del bosque y no el del gato? Jung Kook busca una camiseta, una negra, ya da igual si ancha o estrecha, una básica, algo que pueda sustituir fácilmente. Encuentra una sin dificultad porque la mitad de su armario es básico negro y no duda en coger unas tijeras de su escritorio. A éste hoy se le ha pirado la pinza muy fuerte. Le hace unos rotos en la parte de atrás de lado a lado para que deje entrever el tatuaje, se pone la camiseta y por delante parece estar bien y por detrás... Ni tan mal oye, para ser una cosa improvisada, está bastante bien y lo más importante de todo, entre los rotos se ve el tatuaje. Bueno, ¿estamos listos?

No, no lo estamos, tan preocupado por que ponerse que se le ha olvidado la parte en la que Ho Seok le pidió que se llevase ropa limpia para el día siguiente. ¿Y qué se supone que hagan mañana? La verdad, pasa de romperse mucho la cabeza, se coge un vaquero, estrecho eso sí, no sea que la ocasión lo requiera y una camiseta negra, básica, que para algo tiene 20.

Bien, ya lo tiene todo metido en la mochila, ahora ya sí se puede ir. Baja corriendo a buscar a su padre y le avisa de que está listo.

—En lo que vuelves se termina de hacer la cena, —le dice Chae Rin a Ji Ho dándole un beso—. Diviértete hijo, ya nos vemos, —dice su madre abrazándole fuerte.

¿No piensa felicitarle por si mañana no se ven? ¿Es que se han olvidado? Es imposible, literal le lleva su padre a casa de Ho Seok y Yoon Gi para eso. ¿Qué está pasando aquí?

Se suben al coche y se hace un extraño silencio, ¿y ahora esto por qué?

—Hacía mucho que no te ponías esos pantalones, —comenta Ji Ho como si tal cosa sin quitar atención de la carretera.

—Ya, es que se me habían perdido por el armario, —dice Jung Kook sintiéndose muy tonto.

—Bueno, como sea, espero que os lo paséis bien.

Eso último se puede entender de tantas maneras que Jung Kook prefiere no decir nada al respecto.

Permanecen en silencio el resto del viaje, cuando llegan, el padre no se detiene a aparcar, simplemente se para en doble fila.