37. Vainilla, bosque y café III

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Ho Seok se está vistiendo en su habitación, se siente muy extraño, está como ansioso, deduce que por ver de nuevo a Jung Kook, pero otra parte de él no puede evitar sentir algo de frustración. No cree que sea justo que se sienta así, por lo que prefiere dejar a un lado ese sentimiento y seguir vistiéndose para la salida.

En la habitación del beta la escena es parecida, Yoon Gi se está vistiendo, ya tiene los pantalones puestos pero no sabe qué camiseta ponerse, se debate con las opciones sobre la cama cuando le parece escuchar unas llaves, ¿qué? ¿Es que Ho Seok se había ido?

La mirada de Ho Seok y Yoon Gi se encuentran al salir ambos de sus respectivas habitaciones. No puede ser, ambos pasan a la sala, si los dos están en casa solo puede ser...

—¿Jung Kook? —dice Ho Seok inconscientemente mientras se acerca a la puerta que se abre.

—Hola... —saluda en un susurro con todas sus mejillas rojas la bolsa de viaje y la mochila.

—¿Qué pasa? —pregunta Yoon Gi que se acerca también a él.

—No lo sé, —dice Jung Kook con unas pequeñas carcajadas nerviosas.

Ho Seok y Yoon Gi no están entendiendo nada, cualquiera diría que sus padres le han echado de casa, pero es imposible que haya pasado semejante cosa. Yoon Gi tira de él para que pase a casa, aunque sea con las botas puestas y le ayuda con los bultos mientras Ho Seok cierra la puerta.

—Jung Kook, ¿qué sucede? —insiste Ho Seok con tono de clara preocupación.

—Pues... es que os fuisteis y mis padres quisieron hablar conmigo, —empieza a explicar sin saber como exteriorizar toda la conversación.

—¿Ha pasado algo con ellos? —pregunta ahora Yoon Gi más preocupado aún.

—No... Es que, es muy raro de explicar, —intenta hablar Jung Kook.

El alfa le lleva hasta el sofá y Yoon Gi se sienta a su otro lado. Santo cielo tan desesperante iba a ser esto. Ho Seok deja un beso en su cabeza y el beta en la mejilla. Jung Kook se siente sumamente reconfortado con ese par de gestos.

—Dinos que pasa, —vuelve a animarle Yoon Gi.

—Pues... es que me empecé a sentir raro cuando os fuisteis, ya me sentí así, cuando llegamos, pero... cuando os fuisteis era como que... no entendía que estaba haciendo ahí, —empieza a explicarse—. Entonces mi madre y mi padre me dijeron que querían hablar conmigo y me dijeron que no tenía sentido que siguiera en casa, que entendían que me quisiera quedar hasta la graduación, pero que no era necesario, que mi sitio ya no estaba allí.

Jung Kook empieza a llorar desconsoladamente y es abrazado por los otros dos. Es consciente de que algo en él le llevaba diciendo desde hace tiempo que su vida está en esta casa, pero hasta ahora no se ha sentido tan fuerte ni de lejos. Se aferra a ellos dos no queriéndolos soltar jamás.

—Y-yo ya le había dicho a mi padre que no me sentía igual cuando estaba en casa que cuando estaba aquí, pero ahora ese sentimiento es muchísimo más intenso, —explica entre sollozos, los otros dos se separan para verle. Le limpian las mejillas de lágrimas en vano porque no dejan de caer.

—¿Pero es malo eso intenso que sientes? —pregunta Ho Seok con una pena que no le cabe dentro de verle así, siente verdadero miedo de que no se quiera quedar en casa con ellos y por eso se sienta así.

—No... —responde mientras también niega con la cabeza.

—¿Y por qué lloras así? —pregunta Yoon Gi que tampoco entiende el motivo de su fuerte llanto y le parte el corazón no encontrar consuelo.

☘️TARDE DE OTOÑO☘️ -SOPEKOOK-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora