39. Bosque, madera y café

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Ho Seok está en la clínica, no queda mucho para que termine su turno de hoy. Aún se le pone algo en el estómago al pensar en llegar a casa y encontrarse con Yoon Gi y Jung Kook. Respira hondo y va a por el siguiente paciente que es un perrito al que hay que ponerle las vacunas.

No tiene mayor problema, porque se porta bastante bien, una de las ventajas que tiene ser alfa y veterinario es que es raro que los animales se pongan demasiado bravos con ellos, al menos cuando hablamos de animales domésticos, no es como si un león o un oso no pudiera arrancarles la cabeza. Ho Seok debe reconocer que es difícil tomarle por alfa, especialmente cuando se pone a hacerle monerías a los perros o gatos, parece un niño pequeño.

Hoy el día parece que va de perros y pasa un señor claramente alfa con un rottweiler el cual parece gruñir dentro del bozal. Se fija en como va tirando y como se está ahogando con el collar de púas las cuales se le deben estar clavando. Ho Seok tiene que apretar los dientes.

—Hola, —saluda el dueño del perro.

Ho Seok se acerca al perro cuando se sienta en el suelo ignorando completamente al dueño. No deja de gruñir y cuando se agacha a su lado le gruñe en la cara, pero le da exactamente igual.

—Hola pequeñín, —dice ignorando igual los 50 kilos de perro si no son 60—. ¿Qué te pasa? —obviamente el perro no le responde por lo que le lanza una mirada al dueño para que responda.

—Le pasa algo en la boca, lleva unos días sin comer, pero no deja que le miramos dentro, —explica un poco de mala gana, ha debido de percibir la actitud de Ho Seok.

—¿Me dejas subirte para que te mire la boca? —continúa hablando con el perro mientras le acaricia la parte superior de la cabeza.

Ho Seok suelta la correa del jodido collar y le sube a la repisa de observación de una sin que el perro haga nada. Continúa acariciando el lomo del perro para que esté tranquilo y cada vez va gruñendo menos. Ho Seok no duda en sacarle el collar y lanzarlo a un lado.

—¿Es la primera vez que lo trae aquí? —pregunta Ho Seok.

—Sí, —responde el hombre.

—Bueno, pues tenemos que abrirle una ficha al perro, pero vamos a verle primero, ¿cómo se llama?

—En el chip el nombre completo es Indominus, pero le llamamos Min, —dice provocándole una carcajada a Ho Seok que tiene que ahogar como puede.

—Bueno Min, ¿te miramos la boquita? —dice mientras acaricia el cuello del perro que tiene las marcas del collar.

Después de masajearle unos minutos, se dispone a quitarle el bozal, pero el dueño no se lo recomienda porque muerde. Ho Seok le mira terriblemente mal.

—Si no le quito el bozal, ¿cómo quiere que le mire la boca? —En verdad se arriesga a quedarse sin brazo, pero realmente no parece un perro agresivo.

—Usted sabrá... —se limita a decir el hombre.

Ho Seok le quita el bozal con cuidado y empieza a acariciar los alrededores de la cabeza por donde le pasaban las correas.

—Ahora puedes arrancarme la cara de un bocado si quieres, —le dice Ho Seok al perro mientras se va acercando al hocico—. ¿Me dejas mirar dentro? —pregunta una vez le agarra por arriba y por debajo, pero a Min no parece gustarle la idea porque gruñe enseñando todos los dientes—. Oye, se supone que tienes que ser un buen chico y dejar que te abra la boca, —continúa tranquilo.

Ho Seok empieza a abrir la boca del perro y efectivamente tiene unos dientes como para arrancarle un brazo, pero enseguida ve el problema, tiene algo clavado en la encía que ha hecho que se le inflame. Deja al perro para que pueda cerrar la boca y así poder buscar una pinza con la que sacarle lo que tiene clavado, no cree que sea necesario hacerle una radiografía.

☘️TARDE DE OTOÑO☘️ -SOPEKOOK-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora