Capítulo 32. ¿Buscas a alguien?

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Kyros

Dicen que una persona tiene mala suerte en el amor y buena en el juego o viceversa, pero yo soy la excepción a la regla. No suelo tener suerte en nada porque acabo haciendo algo que lo estropea todo, y lo he demostrado a lo largo de mi vida.

Una y otra vez.

Y no quiero que esta noche suceda.

Siempre tengo el control pero lo pierdo cuando estoy con ella y no tengo idea de cuánto más podré aguantar. Me hace querer algo en lo que ni siquiera debería pensar y, aun así, no soy capaz de dejarla marchar.

Mi estómago duele de los nervios.

Me miro en el espejo y no me reconozco percatándome de que quizás mi belleza ha estado escondida y no he sabido nunca sacarme partido.

—Sabes cuan complicadas las cosas pueden ser, Kyros. Ten cuidado —me advierte Jugh. Ambos permanecemos en silencio y nos miramos—. Te sienta bien la americana.

—Soy consciente. Te lo aseguro.

—¿Buscas a alguien? —le pregunto a sus espaldas con una sonrisa

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—¿Buscas a alguien? —le pregunto a sus espaldas con una sonrisa.

Toco su hombro y ella al verme, se le ilumina el rostro.

Está preciosa.

—¿Me abrazaras esta noche? —inquiere, mordiendo su labio.

Sus ojos me miran con tanta emoción que me dejan sin aliento.

—No hay nada que desee más.

Olivia desliza sus manos por mis brazos hasta detrás de mi cuello, la presiono contra mí y se queda quieta.

—Hueles bien —dice en voz baja. Inclina su cabeza hacia un lado, me estudia un momento y sonríe—. Esta es la primera noche de muchas, Kyros. Acostúmbrate.

Cierro los ojos y presiono mi frente contra la suya, sabiendo tres cosas en este momento.

No me merezco esto.

No la merezco a ella.

Y no tengo el valor de decirle que este será, probablemente, nuestra primera y última fiesta.

Secretos (ARKHÉ I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora