Capítulo 48. Destruir

1 0 0
                                    

Kyros

El sonido de las llaves resuena, y debido al poco volumen que tengo en la televisión, lo escucho. Dirijo mi mirada hacia allí y veo como Kacie y Jugh entran en su casa. Kacie me mira deseando matarme y enterrarme, emitiendo un bufido.

—Kacie... —lo llama mi hermano—. Kacie...

—Este no es el momento, Jugh —gruñe ella—. ¿Qué es lo que miras? —me dice a mí de mala manera.

Suelta las llaves con rabia y sube las escaleras a la vez que mi hermano la sigue. Escucho murmullos lejanos, me acerco al rincón de la escalera, y desde allí los veo en su habitación.

—Kacie, por favor, ella misma lo ha dicho... Tú me escogiste a mí y nadie se interpuso y tus padres están juntos porque quieren... Si debe equivocarse, que lo haga por sí sola.

—¿No te das cuenta que este asunto va más allá de errar? ¡Estamos haciéndolo para poder mantenerla con vida! No lo entiendes, Jugh... no es fácil para mi familia nada de esto.

—Pero esconderle su historia, no hará que todo desaparezca, al contrario, mi hermano tenía razón, Kacie, habrá un momento que en cuanto el cajón se abra entonces, las cosas se volverán imparables.

—No, Jugh, el cajón está abierto desde hace unos meses, pero tú quieres ver por Kyros... No ayuda el pasado que tiene.

—¿Y tú cuál tienes, Kacie? ¿Hablamos de tu padre? El biológico me refiero, ¿o mejor destapamos tus secretos más oscuros? Tu bien sabes cómo es vivir mientras la gente supone cosas de ti, y no agradables... Ha estado yendo de casa en casa sintiéndose marginado, herido, maltratado y culpado por la muerte de sus progenitores, e incluso, cuando llegó a mi familia, el chaval apenas hablaba y no mostraba sentimientos que un humano debe tener. Él no eligió vivir esa vida, pero le tocó, y a diferencia de Livvy, no tuvo a nadie que lo protegiera tanto como dices protegerla... Al contrario, debe cargar con una verdad tan inmensa igual de grande que todo Estados Unidos. Jamás había visto el brillo de sus ojos, y quieres aceptarlo o no, tu hermana también lo tiene y sabes a que brillo me refiero...

—¿Y todo esto que tiene que ver, Jugh? Estamos hablando de la vida de mi hermana.

—Que la vida es una absoluta porquería como para estar diciéndoles a unos jóvenes que deben hacer con sus sentimientos. Protegerla, yo no digo que no, pero contándole la verdad. Lo que estáis haciendo no es correcto y muy dentro de ti lo sabes.

—Lo correcto es que mi hermana se aleje de Kyros para siempre. Ella se merece lo mejor de la vida, y con él solo causará dolor.

—¿Te has parado a pensar que es lo que de verdad quiere? También estas opinando sobre mi hermano, pero en sus zapatos no te pones...

—No, clar...

—No quiero escucharte, Kacie.

El ruido de unas llaves, llena el silencio que se forma entre ambos.

—¿Vas a irte?

—No sé donde iré, pero aquí no me quedo. A ti te duele Livvy y a mí me afecta Kyros, y no puedo estar en lugar donde lo menosprecien, Kacie, antes de nadie en este mundo vais tú y él, pero sobre todo él. No es de mi sangre, pero si debo protegerlo con mi piel, lo haré sin pensar un segundo; jamás armándole barreras en su vida, porque ya es lo suficientemente jodida como para decidir por él lo que le conviene. —Sale de la habitación de ambos y me mira, las baja y pasa una mano sobre mi hombro—. Nos vamos.

Miro a Kacie y veo como su mandíbula se tensa.

—No quiero causar problemas entre vosotros, Jugh... —susurro—. No quiero ser el detonante que también joda esto.

—Tú no eres el problema. Si ella no te acepta, que no espere a tenerme a mí, y no quiero oírte decir eso —asevera serio—. Métetelo en la cabeza. Mereces ser feliz. Vámonos.

Secretos (ARKHÉ I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora