Capítulo 39. Detrás de la frialdad, siempre se esconden los miedos

1 0 0
                                    

Olivia

Aprieto mis ojos con fuerza y cubro mi boca con mi mano reprimiendo el gemido asustado que amenaza con salir antes de contemplar la escena.

—Oh, vamos... ¿Ahora vas a hacerte el héroe? —ataca Finn con ofensa—. ¿Tú no estabas en...?

—He dicho que la sueltes —repite.

—No es tuya.

—Lo juro por Dios, como vuelvas a tocarla así, voy a meterte en la cárcel por acoso, cuando termine de darte una paliza —amedrenta Kyros.

—Ten cuidado, hombre... Si peleas aquí, alguien puede llamar a la policía.

Cuando me atrevo a mirarle, veo su ceño fruncido con ira y su mirada fija sobre Finn. Sus brazos están encuadrados dando un aspecto más imponente que nunca, como si algo salvaje e intimidante hubiese salido a la luz. Camina despacio, sin bajar el arma hasta acercarse a Finn.

La frialdad de su mirada me pone la piel de gallina.

—Kyros, detente —siseo—. No me ha hecho nada.

No me atrevo a moverme ni a decir nada más.

—Oh... ¿La princesa no te quiere? —lo provoca Finn.

—Vete a la mierda.

Baja el arma y se la coloca en la cinturilla, para después apretar los puños con tanta fuerza que sus nudillos se tornan de un color blanquecino y lo mira con odio y rencor.

Finn se ríe y mueve su cabeza.

—No puedes acercarte más a mí porque las cámaras de seguridad te verían —escupe.

—Kyros, por favor... —ruego en voz baja, mordiendo compulsivamente mi labio y haciéndome sangre.

Kyros da un paso atrás alejándose de Finn, y el alivio viene a mí en oleadas.

—Eres cobarde, Kyros. Livvy ni siquiera te ama, y lo entiendo... ¿Quién iba a enamorarse de un demonio como tú? Solo la vas a destruir.

Entonces, el caos se desata.

Kyros se acerca respirando agitadamente levantando su mano para atestar un puñetazo sobre la cara de Finn.

—¡KYROS!

Él sigue golpeándolo repentinamente y la sangre sale a borbotones de la nariz bajando por su barbilla. Finn consigue golpearle de vuelta, haciendo que Kyros pierda el equilibrio, sin embargo, logra recomponerse al instante para volver a atestarle.

—Maldita sea, ¿pero qué estáis haciendo? —dice Lucas, acercándose a ellos para separarlos—. ¡BASTA!

Lucas empuja a Kyros apartándolo de Finn, pero parece que no es capaz de ver más allá, así que, sin saber bien lo que realmente estoy haciendo, me coloco al lado de Kyros rodeando su brazo para evitar otro golpe.

—Kyros, por favor... —tartamudeo tremulenta—. Para... Vas a matarlo.

Los ojos del chico al que amo, se posan sobre mí y me dedica una mirada tan helada que provoca un escalofrío en todo mi cuerpo. Se levanta de encima de Finn y su expresión cambia de amenazante a dolor luciendo totalmente arrepentido y avergonzado.

Lucas ayuda a Finn a levantarse y lo arrastra lejos de Kyros mientras escupe palabrotas y maldice y limpia la sangre que brota de su nariz.

—Kyros... —Trato de agarrarle del brazo, pero de un tirón, se aleja de mí—. Lucas, no cuentes nada —bisbiseo con el corazón encogido—. No es lo que parece.

Secretos (ARKHÉ I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora