Capítulo 38. ¿Qué será lo siguiente?

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Olivia

Ya es la décima llamada que le hago a Kacie, pero no me responde y me las desvía. No es que no tenga cobertura o su móvil no esté operativo... Literalmente me está colgando.

¿Qué les pasa a todos hoy?

Olivia: «¿Por qué no me coges? Necesito hablar contigo. Mamá está muy rara».

Doble tick azul, pero no responde.

¡Maldita sea!

Arrojo el smartwatch sobre mi cama y paso ambas manos por mi rostro.

—¿Livvy? ¿Qué se supone que estás haciendo? —pregunta Melody con diversión, acercándose a mi habitación.

Me volteo y me quedo mirándola.

—¿Mamá está aquí? ¿Os ha traído ella?

Ella frunce el ceño y la sonrisa se le convierte en una fina línea.

—No, fue mi madrina la que me trajo y Nathan se quedó con unos amigos, ¿por qué?

Ignoro su pregunta.

—¿Puedes prestarme tu móvil?

Ella se lo saca de la muñeca desenroscándolo y me lo tiende.

—¿Qué te pasa? Estás actuando muy raro —sisea.

Tecleo y busco hasta encontrar el número de Kacie, lo marco y a los segundos responde.

—¿Por qué no me respondes, Kacie? —me adelanto antes de que ella hable—. Estás ignorándome.

—Yo... Estaba con Jughead, Livvy... ¿Qué sucede?

—¿Dime tú qué pasa?

—No tengo tiempo para responder tus preguntas... —dice cansada—. Debo prepararme. Te recuerdo que en menos de una hora tenemos fiesta con los Jones. Adiós.

—Kacie...

—De verdad, deja de imaginarte cosas. Mamá está en la cafetería y el trabajo se le ha alargado y papá está con ella —manifiesta seca. Ya claro, como si no la conociera...— En una hora, Jugh y yo pasaremos a por ti y por los mellizos. Estén listos. Adiós.

Dicho esto, me cuelga.

Melody chasquea su lengua.

—Te doy la razón, Livvy, todos están actuando extraño —murmulla Melody, encogiéndose de hombros—. Papá esta mañana nos ha dejado en el instituto más tarde de lo que debería. Tuvo que parar en una oficina y se demoró mucho.

Volteo mis ojos.

—Sabía que no era yo la que sentía que todos actúan raro...

Yanet sube las escaleras con una sonrisa y vestida tan explosiva como siempre.

—Niñas, siento interrumpir vuestra tan amable, interesante y genial conversación en la que no estoy incluida pero, en menos de lo que canta un gallo tenemos que ir a la fiesta de los Jones.

—¿Tú también vas?

Ella coloca su mano sobre su pecho como si mi pregunta la hubiese ofendido.

—¿Lo dudabas? ¿Hola? Tierra llamando a Livvy... —exclama, abriendo sus brazos—. ¡Estamos hablando de una fiesta! Y solo tengo cuarenta y cinco años. Nada. —Me echa un vistazo de arriba abajo y niega con su cabeza—. Preciosa, no vas a ir así, ¿verdad?

—¿Qué?

—¡Eres guapísima! Bueno, ambas lo sois. —Le da un codazo a Melody—. ¡Habéis heredado los mejores genes que se podrían tener! Y no me extraña, porque teniendo a mi primito como padre y mi querida amigui como madre... Menos no podíais ser. —Se acerca a mí y posa su mano sobre mi hombro—. Venga, señorita, siéntate.

Secretos (ARKHÉ I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora