Capítulo 57: No es así

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NAYLA;

Me encuentro súper mal, no tengo fuerza para nada... Entre la ansiedad, lo que me duele la mano y los porros que me e fumado... Tengo que irme de aquí, no puedo estar así.

Me conseguí levantar pero estaba muy débil, me iba tambaleando hasta que caí nuevamente al suelo.

Mierda... Que daño me e hecho en la mano joder, me estoy empezando a agobiar un montón, nunca me había pasado algo así. Tengo que llamar a alguien, siento que me voy a desmayar.

Cogí el móvil y marqué a Morad, fue el primer contacto que vi.

— Dime Nay, ¿todo bien?

— No, necesito que vengas al mirador de Francia.

— ¿Qué ha pasado?

En ese momento dejé de contestar, no tenía fuerzas para hablar si quiera.

— ¡Nayla! Joder, contesta.

— Ven ya. Me encuentro muy mal.

— Tranquila, voy para allá. ¿Qué ha pasado?

Dejé de contestar nuevamente, me desmayé.

— ¡Nayla! Joder, contéstame por favor.

MORAD;

Morad colgó y llamó lo más rápido que pudo a Beny.

— ¿Qué pasa tete? Ahora no me pillas en buen momento...

— Te necesito, baja ahora mismo.

— ¿Qué ha pasado?

— Ahora te cuento, baja ya. Tenemos que ir al mirador, ya.

— Joder, ¿le ha pasado algo a...?

— Si Beny, baja ya joder. Te espero en tu coche, no tardes.

— Voy, voy. — Finaliza la llamada.

Espero que no haya pasado nada grave, debería avisar a Julia y Jazmín, pero no hay tiempo para estar esperando a que bajen y posiblemente estén durmiendo... — Pensaba Morad mientras salía de su casa lo más rápido posible.

A los minutos Morad llegó al coche de Beny, él estaba dentro esperando a Morad, se dio bastante prisa en bajar.

— ¿Me puedes explicar que ha pasado?

— Arranca. — Dijo Morad entrando al coche de Beny.

— Tranquilo Morad. — Dijo Beny mientras arrancaba y salía del aparcamiento.

— No sé que le ha pasado a Nayla, me ha llamado y me ha dicho que no se encontraba nada bien, que fuese allí a por ella. De repente a dejado de contestar, me repitió que fuese para allá y dejó de contestar definitivamente. Se la notaba muy débil, no sé que le habrá pasado.

Beny en ese momento no dijo nada, tras haber escuchado a Morad lo que hizo fue acelerar un montón hasta qué llegaron a la autopista y empezó a acelerar llegando a los 300 km/h.

— Beny, estas muy callado...

— Esto ha sido por mi culpa, si no la hubiese dejado ahí... No la hubiese pasado nada de esto, joder.

— No te machaques, no tienes la culpa.

— Si la tengo Morad, la he cagado pero bien. No fui casi ni capaz de mirarla a la puta cara, mintiéndola con que ya la había olvidado, cuando no es así.

Inestabilidad mental Donde viven las historias. Descúbrelo ahora