NAYLA;
Estábamos llegando ya al hospital, me mantuve sin hablar el resto de viaje, ya que es eso lo que él quería. Aunque me habló un par de veces pero no quise contestarle.
Mientras aparcaba Beny, justo le llamó Morad.
— Dime, acabamos de llegar al hospital.
— Vale, ¿estáis en el del barrio?
— Si, en ese.
— Vale, yo ya voy a coger mi coche. Tardo cinco minutos en llegar.
— Me vas avisando tete. — Finaliza la llamada .
Pasaron unos minutos y llegó Morad, le esperamos al lado del coche.
— ¿Pasamos? — Dijo Morad nada mas llegar.
— Yo me tengo que ir... Avisarme si necesitáis algo, ¿vale?
— Vale. — Dijo Morad mirando un poco mal a Beny.
— Venga, espero que no sea muy grave Nayla. Ya me contáis.
Beny entró a su coche y se fue, Morad y yo entramos al hospital.
— ¿Qué tal el viaje con Beny?
— Demasiado tenso, la verdad. Yo tampoco ayudaba, las cosas como son, pero es que no tenía ganas de hablar. Luego hablé pero de forma atacante, no esta bien pero me era inevitable, tengo mucha rabia.
— Es normal que estés así, al fin y al cabo la a cagado mucho y no tiene justificación, pero si que es verdad que Beny esta en una situación muy complicada. Simplemente dale tiempo para que asimile todo lo que está pasando.
— No sé, me ha jodido mucho lo de esta noche. Pensé que tenía la oportunidad de poder hablar con él de todo lo que pasó, tenía tantas ganas...
— Tranquila, seguro que Beny querrá hablar.
— No lo creo, además de qué cuando quiera él no sé si querré yo...
Pasó una hora y algo y por fin me atendieron, me hicieron radiografía y me limpiaron la sangre de la mano. Estuvimos esperando casi dos horas a que me dijesen que es lo que tenía. Me dijeron que tenía un nudillo roto y un esguince en la muñeca, me pusieron una escayola para inmovilizar la mano y nos fuimos. No dije nada de los desmayos para evitar pruebas y no estar tanto tiempo allí.
— Joder, por fin... Tres horas aquí. — Dije mientras salíamos del hospital.
— Ya te digo, se me ha hecho eterno... — Dijo Morad bostezando.
— Bueno, por lo menos estamos al lado de casa.
— Si, eso es verdad.
Llegamos al coche y Morad me llevo hasta mi casa.
— Pues nada Nayla, ten cuidado con la mano anda. Por cierto, ¿Jazmín está en tu piso?
— Supongo, ahora cuando suba te confirmo.
— Vale, bueno yo me voy ya a mi casa que estoy muerto. Toma, las llaves de tu coche que se me olvidaba dártelas.
— Vale, descansa y muchas gracias por haber venido hasta Francia a por mi.
— No hay de que, descansa Nay. — Morad se fue hacia su casa.
Por fin en casa, menudo día... Espero que mañana sea mejor, sino me pego un tiro. — Pensé tirándome a la cama.
Apagué la luz y me intenté dormir, pero me dio insomnio. Estuve un buen rato dando vueltas en la cama hasta que decidió levantarme a fumarme un porro, a ver si así conseguía dormirme.
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Inestabilidad mental
Ficción históricaA Nayla le acaba de dejar su novio después de casi dos años de relación, le puso los cuernos con una de sus mejores amigas, Noelia. De madrugada le llegó una llamada de uno de sus mejores amigos (Rafael), diciéndole a Nayla que Emilio (el narco para...